Souvenir

Recuerdo perfectamente la primera vez que escuche «Kerosene Girl»: un tema con descarado potencial comercial, y que tenia entre sus grandes virtudes un evidente tufillo al sonido de los Soundgarden más accesibles de su última etapa. Desde entonces he seguido con atención todos los movimientos que [sub]NOVA han venido generando. Todo ello esperando su largamente anunciado debut discográfico. Los de Sheffield se han tomado su tiempo y aunque con los evidente matices que todo debut pueda tener.

No cabe duda de que [sub]NOVA pueden sentirse muy orgullosos del material que han reunido para dar forma a Souvenir, un disco que, mucho me temo, pasará desapercibido para desgracia de los muchos seguidores del sonido ‘grunge’ o ‘post-grunge’, o para más detalles, del característico sonido de Soundgarden o Audioslave, las 2 bandas que sin lugar a dudas más han influido en el resultado final de [sub]NOVA.

Los de Sheffield abren el disco con 4 temas que paulatinamente ya fueron filtrando sucesivamente hasta que terminaron de completar la totalidad de «Souvenir«:

«Arms Wide Open», una canción con clarísimas reminiscencias a Audioslave, tanto en el trabajo de guitarra como en el registro del cantante, absolutamente ‘Cornell-iano’ y que ya no abandonara en el resto del álbum; «Black Soul Monday», «Kerosene Girl» y «Severance» siguen una linea similar y posiblemente conforman la parte más accesible de todo el disco.

Afortunadamente el disco no pierde un ápice de interés en los siguientes 7 temas: de hecho, «Runaway», el quinto corte es uno de mis favoritos, y donde de nuevo la sombra de Audioslave planea sobre el resultado final aunque con un estribillo tan acertado como el de este tema y la energía que desprenden todo lo demás se le pude perdonar.

«Snow In July» es uno de los clásicos medios tiempos que todo álbum de estas características contiene y que por muy típico que parezca nunca esta de más. Los siguientes 3 cortes, «Deathrow Cheerleader», «Worn» y «Razorblades & Motorcades», llevan impresos el inconfundible sello de Soundgarden y aunque en su conjunto carecen de la complejidad que los de Seattle eran capaces de introducir en sus composiciones, salen mucho más que airosos de la prueba gracias una vez más al excelente cantante y al efectivo trabajo de guitarras, además de una muy dinámica y efectiva sección rítmica.

El disco va tocando a su fin con «Sleeper», otra nueva demostración de lo que Audioslave han influido en la banda, otro excelente tema sin duda alguna. Y finaliza con «Trains», un emotivo tema de corte semi-acústico que personalmente me ha recordado tanto a Big Wreck como incluso a Thornley y que apunta interesante pinceladas progresivas muy a pesar su corto minutaje.

Como suele suceder con este tipo de discos, puede resultar muy sencillo criticarlo si atendemos únicamente a sus clarísimas e incluso descaradas influencias pero que muy a pesar de todo esto apunta un enorme potencial e incluso muchas posibilidades comerciales. Lástima que se trate una vez más de un trabajo autoeditado y que no contará con el soporte o apoyo de ningún sello discográfico.

Por lo demás en estos tiempos que corrén sigo prefiriendo un disco de estas características, sincero y con unas cotas de calidad de las que cada vez adolecen más bandas y discos de ‘rock alternativo’.