Crónica The Pretty Reckless, Sala Razzmatazz 2, Barcelona (06-07-11)

Son varios los ejemplos de bandas cuyos líderes han probado suerte en Hollywood; también hay ejemplos de actores que hacen sus pinitos en el mundo de la música con mayor o menor éxito (poned en la balanza a Jared Leto en un extremo y a Bruce Willis en el otro). Pese a su juventud, Taylor Momsen se encuentra más cerca de Leto que de Willis, lo cual, por otro lado tampoco es complicado.

En cualquier caso, tiene mérito el disco que se ha sacado Momsen de la manga bajo el nombre de : 10 temas que juguetean con el ‘post-grunge’ con bastante acierto. No deja de ser curioso que con la edad que tiene (en unos días alcanza la mayoría de edad) su música se haya visto más influenciada por los 90 que el ‘emo’ de la pasada década, cosa que es elogiable y que celebramos.

La verdad es que ciertas dudas surgían sobre las prestaciones en vivo de Momsen (porque dábamos por hecho que los jornaleros que la acompañan cumplirían con solvencia su papel) pero a los pocos segundos de saltar a escena (con 25 minutos de retraso, homenajeando a la banda de la que llevaba una camiseta, Guns N Roses), la actriz de “Gossip Girl”, disipaba cualquier neblina que sobre su voz o presencia sobre las tablas pudiera surgir.

La voz de Momsen sonó bien, con fuerza y sin despegarse en demasía de lo que podemos oír en el álbum por lo que comprobamos que no se han hecho artificios en el estudio; quien desafinó fue el guitarrista Ben Philips, que en el primer tema (“Since You’re Gone“) sonó como si le estuvieran pisando los dedos de los pies. Afortunadamente, con el paso de los temas los coros de Philips fueron mejorando.

Y aún siendo actriz y uno pensaba que tiraría de clichés, la verdad es que la forma de moverse parece bastante natural y no abusa de posturitas (y ojo, porque con los taconazos que lleva, tiene más mérito aún); si, cierto, hay poses de estrella del rock (esas gafas de sol en un local cerrado) pero nada más allá de lo que cualquier frontman al uso pudiera hacer y sus continuas alabanzas y comunicación con el público -cuya media de edad no superaba los 15 años- la mostraron como una artista accesible y agradecida.

Con una voz en buena forma y una banda que la acompañaba sólidamente, el punto álgido de la noche llegó cuando Momsen invitó a todo aquel que quisiera, se subiera al escenario para acompañarla en “Going Down” pero con una condición: quien lo hiciera debía quitarse la parte superior de su vestimenta. Resultado: 10-12 chicas (entre ellas la vocalista y bajista de los voluntariosos teloneros, los almerienses Neverlose, cuyo mayor éxito fue una versión de los ‘emo poperos’ Paramore) en sujetador saltando e incluso sobando a la actriz, que se insinuaba y restregaba mientras cantaba. Por cierto, las ansias del guitarrista porque subieran más chicas al escenario le hizo parecer más un viejo verde que un músico.

Y casi sin darse uno cuenta, y tras un brevísimo set de 11 temas donde sonaron sus mayores éxitos como pueden ser «Make Me Wanna Die», «Light Me Up» o «Medicine» para 45 minutos justos, se despedían no sin antes agradecer el apoyo de sus enfervorizados fans, muchos de los cuales habían venido acompañado de sus padres que respiraban tranquilos al ver que terminaba la velada.