Robb Flynn: «Mis pelotas están genial»

Robb Flynn ha hablado con el LA Weekly sobre sus inicios en la música en los que su familia tuvo poco que ver.

No conozco a mis padres biológicos. Nadie de mi familia adoptiva era musical. Escuchábamos música. Es divertido porque no crecí con metal. Todo mi experiencia musical eran los Beatles.

Flynn reconoce haber tenido sus dudas respecto a buscar la identidad de sus padres biológicos:

He luchado con eso, sinceramente. He luchado contra eso. La mayoría del tiempo los odié. No quería tener nada que ver con ellos. Compuse un tema llamado «Left Unfinished» en el disco «Through The Ashes With Empires» y básicamente era un gran «a tomar por culo» a ellos. Recientemente he pensado en ello (buscar a sus padres biológicos). No sé. No sé si les va a importar.

Me considero afortunado. He conocido a cientos de personas que no fueron adoptadas y pasaron por sistemas de acogida durante años y años, y algo brutal y tormentoso. No voy a sentarme aquí y llorar por ello. Sin duda fui un afortunado, adoptado a los seis meses. Tuve tres padres de acogida. Mis padres (adoptivos) me lo contaron – para cuando tenía seis meses había tenido tres familias de acogida. Pude entrar en una buena familia así que me considero en ese sentido, afortunado.

Le preguntan por su salud, después de la cirugía a la que se tuvo que someter el pasado año por una hernia inguinal.

Gracias por preguntarme por mis pelotas. Lo aprecio. Mis pelotas están genial. Tenía los intestinos en mis huevos. La cirugía era por una doble hernia. Una de las hernias estaba encima de la cintura. La otra, de hecho, los intestinos se me metían en el escroto.

Esa la tuve durante tres meses. No estaba tan mal, solo que tenía un aspecto desagradable. Daba la sensación de ser un tercer huevo. Pero, sabes, lo aprietas de nuevo y vuelve a ponerse donde toca y se queda ahí.

Pero en algún momento de la gira con Dethklok, empezó a ponerse mal. En los post-conciertos trataba de volver a ponerlos en su sitio y no podía. Me decía, «Uh, no sé si esto está bien. No sé cuanto tiempo más aguantaré». No recuerdo qué concierto fue pero uno de los conciertos, bajé del escenario y me relajé en el camerino durante una hora y estaba tratando de meter el tercer huevo de nuevo en mis intestinos y no podía y en ese momento no podía ni andar… Fue como, hasta aquí hemos llegado. No puedo ni estar de pie. Tengo que operarme. Nos bajamos de la gira durante diez días y luego reiniciamos la gira.

Los primeros tres conciertos fueron difíciles. Me iba diciendo, «Sube ahí y tómatelo con calma. Nada de ‘headbanging’. Acabas de oprarte». Subía ahí y me tomaba mi ojo marrón (vodka + Coca Cola) y me decía, «¡A la mierda! ¡Me da igual lo que duela, ya me tomaré luego los analgésicos!»