Al final se ha cumplido el viejo dicho de «cuando el río suena, agua lleva». O la fuerza de la fe ha hecho que una de las bandas más importantes de los 90, ajenos a etiquetas, haya decidido que porqué no probar a grabar un nuevo disco. Así, en una entrevista con Rolling Stone, el bajista de Faith No More, Billy Gould, ha confirmado que la banda de San Francisco está componiendo en su local de ensayo de Oakland su séptimo disco, el primero en dieciocho años, y que lo publicarán en abril de 2015 vía su propio sello, Reclamation Records, corriendo la distribución a cargo de Ipecac Recordings, la discográfica del vocalista Mike Patton.
(El nombre del sello) tiene que ver con el hecho de que nos dimos cuenta de que estamos libres de obligaciones discográficas. No estábamos de gira, tenemos estas canciones en las que estábamos trabajando – nos parecen bastante guays – y ¿por qué no hacer nuestro propio sello y, de algún modo, reclamar nuestro propio futuro? Nuestro futuro nos pertenece mucho más que nunca.
La banda prepara asimismo una extensa gira por EEUU, mercado que tenían abandonado desde su regreso a los escenarios para diferentes festivales.
El primer anticipo será «Motherfucker», una canción que estrenaron en vivo en su concierto en el Hyde Park, el pasado mes de julio, que aparecerá en una edición en vinilo limitada a 5000 ejemplares el 28 de noviembre siendo la cara B una remezcla obra de J.G. Thirlwell.
El bajista ha explicado a Rolling Stone que el grupo anda bastante adelantado con el disco aunque «no, aún no tenemos título. Nos estamos acomodando a hablar del hecho de que estamos haciendo un disco (risas)»
Gould se sincera:
Llevamos trabajando en la idea (de hacer un disco) durante probablemente año y medio. Vivimos en ciudades diferentes y todos tenemos otras cosas entre manos así es que es cuestión de ir comprobando (disponibilidades) e ir trabajando poco a poco.
La gente me pregunta siempre, «¿Qué estás haciendo ahora? No paras de trabajar pero, ¿qué coño estás haciendo?» Y no puedes decir nada. «Bueno, ya sabes, trabajando en cosas; en algunos proyectos». Quien iba a querer empezar el hype sin nada detrás, ¿no?
Del sonido:
Lo que puedo decir es que creo que con nuestra experiencia como músicos a lo largo de los años, creo que lo que hacemos refleja donde hemos ido desde que hicimos nuestro último disco como Faith No More. Creo que esto sube el nivel. Y creo que hay partes que son muy potentes y hay partes que tienen mucho «espacio». Todo lo que hacemos, con nuestra química, la manera en que tocamos; siempre sonará a nosotros. Es lo que hacemos, eso nos hace sentirnos tan bien. Con suerte no sonará como un grupo de viejales de 50 años… ¡Cosa que somos! (risas)
¿Como adjetivar el material? Habrá mucho espacio y alcance – grandísimo espacio acústico – pero también creo que habrá muchas cosas que ya tenemos. Todo lo que puedo decir es que estamos haciendo lo que nos parece bien.
De lo que ha cambiado en estos años:
(Ahora) tocamos mejor. Cuando nos volvimos a juntar para hacer esos conciertos de reunión, estábamos en los ensayos y todos tocábamos mejor las canciones; somos mejores músicos. Eso fue algo gordo. Canciones que eran muy exigentes cuando las compusimos, salían realmente fácil.
La banda también ha estado haciendo tiempo para quedar libres de su contrato discográfico y poder hacer y deshacer a su antojo.
Creo que quedamos libres oficialmente hace cuatro o cinco meses. Mandamos una carta indicando que nos considerábamos libres de nuestras obligaciones y nos lo confirmaron. Eso fue algo gordo. En el pasado, éramos una banda rara que tenía que salir mucho de gira. Peleábamos constantemente para lograr la atención de nuestro sello y que nos apoyara. Salimos mucho de gira y de alguna manera, creo que quedamos un poco aturdidos de eso aún habiendo pasado 17 años. Cuando tuvimos estas canciones y trabajábamos en material, y tratábamos de ser creativos y ser una banda de verdad, siempre se nos pasaba por la cabeza lo de, «Si pero, ¿vamos a volver a pasar por la picadora?» Y hay algo verdaderamente liberador en saber que podemos tomar nuestras propias decisiones… Ahora mismo no me imagino haciéndolo de otra manera. Es raro e interesante… Te da poder decir, «Guau, es nuestro reloj; lo hacemos a nuestro ritmo. No hay presupuesto, no hay calendario – simplemente tiene que ser bueno». Es un placer tan grande trabajar así.
De posibles influencias:
Oh, si. Justin Bieber – no tengo ni idea de la edad que tenía Justin Bieber cuando tocamos por última vez – y ahora es una grandísima influencia (risas) Por aquel entonces no teníamos ni el vocoder. Es maravilloso como adelanta la tecnología.
Hablando por mi, me he metido mucho en cosas de fuera del país: rollo de los Balcanes, cosas que se salen de la forma occidental de pensar en la música que pueden ser muy poderosas pero no de un modo ya probado en el rock & roll. Por ejemplo, está este tío búlgaro llamado Ferus Mustafov que hace estas mierdas de loco; no hay nada de rock and roll ahí pero hace esas cosas. Los músicos son músicos; hay ciertas maneras en que encaran lo que hacen de las que sacas cosas.
Ya en su día era difícil encajarlos en ninguna etiqueta, ¿es posible hoy día?
Es un reto pero pensamos que tenemos algo bueno y eso es todo lo que podemos controlar. Y de hecho, es realmente interesante para nosotros porque ya en su día era toda una lucha cuando tocábamos y hacíamos música – daba la sensación que nunca lográbamos pillar a la gente. Y aquí estamos, 15 años después, con mucha gente que quiere oír lo que hacemos y el material que hicimos ha aguantado. Y para mi es eso – eso significa que lo hemos logrado y eso es genial. Y eso es lo que nos hace querer hacerlo de nuevo.