Hace unos días Wes Borland, guitarrista de Limp Bizkit, dejaba en Instagram un comentario humorístico al respecto de la participación de la banda en el ShipRocked, el festival a celebrar en un crucero donde comparten cartel con Chevelle, Black Label Society, POD, Nonpoint y Sevendust.
Preparando las maletas para el Broatchella 2015 de esta semana. Es lo mismo que el Brochella pero en alta mar. Me muero de ganas de ver a esos bohemios a tope de esteroides, tatuajes tribales, bronceados con spray y hasta arriba de chupitos de gelatina y vodka, haciendo sus imitaciones de lucha libre en el mosh pit de la cubierta. Cuando no estemos en el escenario, estaré acurrucado en posición fetal en mi camarote, palmas hacia arriba, y me aferro a la última semana de mi treintena mientras se me escapa entre los dedos. Así que me gustaría saludar a todas aquellas bandas de vuelta de todo de finales de los 90/principios de 2000 que vienen al crucero: ¡démosle a esta gente su festival de nostalgia con alcohol a cascoporro por el que han pagado! ¡Sé que podemos hacerlo si afinamos las guitarras lo suficientemente graves!
El comentario fue entendido por mucha gente (incluidas diversas webs) como hecho en serio por lo que quiso aclarar que era una broma.
El caso es que la gente de Stereogum le ha querido preguntar si odia estar en Limp Bizkit:
Mmm, no odio a Limp Bizkit. Soy muy consciente de mi banda. Sabes, entiendo que a muchísima gente no le guste y piense que es un chiste. Y tenemos una gran base de fans que es genial. Y ha sido algo de lo que siempre he sido parte, entrando y saliendo, pero siempre ha sido mi banda y aunque la gente piense que es una tontería o tenga elementos que no molen, me da igual. Siempre hemos tenido conciertos divertídisimos. Siempre he creado personajes para subir al escenario que me hacen reírme y con suerte llamar la atención de alguien del público que no esté tan habituado a ver cosas así, que bordean el disfraz y el arte escénico, o como quieras llamarlo. No, es interesante, y siempre lo he visto como si fuese un demócrata en un estado republicano.
Es como que me encanta mi banda. ¿Si escucho ese género de música? No. ¿Pero participo en mi banda y disfruto tocando con esos tíos? Si, es como mi casa. Les conozco desde hace 20 años y he crecido como músico con John a la batería y Sam al bajo, y es parte de mi ADN. Sienta bien.
Preguntado por si se ve en 10-15 años aún en la banda:
Probablemente no, porque hace 10 años pensé que estaría fuera. Si, no estaba en la banda hace 10 años. Lo dejé y tuve todas esas – no me gustó la dirección que habíamos tomado y desarrollé este gran ego y la comunicación entre mi y Fred se interrumpió en 2001. Y entonces tocamos en el Big Day Out Festival y una chica murió durante nuestro set, lo cual fue devastador para mi y verdaderamente aún no lo he superado, pero fue como, «Eso es suficiente. Se terminó. No me gusta la atención que estamos recibiendo. No me gusta que salgamos en TRL (programa de la MTV). Esto no es lo que pensé que era estar en una banda de rock». Así que a los 26 dije, «Hasta luego, me las piro. Voy a hacer algo más molón que esto». Tenía todas esas suposiciones de como sería la vida tras Limp Bizkit, y joder, vaya hostión me di, porque si se te conoce por una cosa y te vas a hacer otra cosa, no siempre funciona porque tienes una base de fans que no aceptará lo que haces.
Tuve un fallido proyecto autocomplaciente en el que trabajé durante dos años después de dejar Limp Bizkit por primera vez, y fui a tocar la guitarra con Marilyn Manson durante un tiempo. Hablaba con Trent Reznor sobre la posición de Nine Inch Nails y eso me estuvo rondando la cabeza y fue como, «Vale, finalmente me estoy metiendo en estos otros mundos de gente a la que admiraba como músicos…» Pero participar en esas otras bandas no era lo que pensaba que sería y no lo disfruté… Y empecé a echar de menos a Bizkit. Era como que decía, «Echo de menos nuestros conciertos e improvisaciones». Empecé a echar de menos tocar en algún sitio con un grupo de tipos con los que me siento como en casa y me di cuenta de que se me habían subido los humos y tenía que tener humildad y madurar un poco. Y volví. Y lo acepté, lo bueno con lo malo.
De su relación con Fred Durst y sus diferentes personalidades:
Creo que lo que hace interesante (a Limp Bizkit) es eso (sus personalidades) y lo que nos hacía destacar también es lo que lo hizo volátil y volverme loco. Pero hay una manera en que podemos coexistir y seguir haciendo esto que ha sido bueno para nosotros, y de alguna manera aprender a como no pisarnos el uno al otro. Y ahora nos comunicamos y todo es super fácil.
¿Si somos amigos? Mmm… (breve pausa) Si, diría que si somos amigos. La única razón por la que dudo es que una vez terminas una gira con alguien en una banda, quieres que pase un tiempo antes de volver a verle pero eso es algo que pasa con cualquier banda. Creo que es algo bastante común. Estás con alguien a diario y te despiertas y estás al final del pasillo y desayunas, comes y cenas y tomas café con ellos, necesitas un descanso. Así que sin duda que somos amigos pero cuando terminas una gira, paso la mayor parte del tiempo con mi novia y pintando y esos rollos.
De sus conversaciones con Durst:
(Hablamos) de cosas normales. Arte. Escucha música que probablemente no te esperarías y es bastante bonachón en lo que a representa en la sociedad. Es un tío consciente de si mismo y siempre está abierto a conocer nuevas bandas. Le he metido en muchas cosas que le han gustado mucho. Durante un tiempo lo único que escuchaba era Holograms y Horrors y estuvo muy metido en esas cosas.
A los que acusan a Limp Bizkit de destruir el metal en los 90:
Creo que el metal es tan aburrido que me gustaría arrancarme los ojos con destornilladores. En los 90 tratamos de hacer algo con el metal, llevarlo a una nueva dirección, basado en combinar bandas de metal con cosas surgidas en los talones del movimiento grunge como Helmet, Primus e incluso Pantera y Melvins – coger esos riffs de matadero de Helmet y combinarlo con riffs a lo Carcass y tratarlo más como una canción hip-hop de Ministry. Eso es lo que pensamos en su momento y no sabíamos donde iba a llevar. Y afortunadamente para aquellos que nos acusan de destruir el metal, éste vuelve a ser lo que solía ser. Así que obviamente nada se arruinó porque fue un periodo de tiempo de experimentar y tomar una determinada dirección y ver que hacían las guitarras si les hacías eso, y las canciones, y así. Y en ningún momento dijimos ser metal. Eso nos lo pusieron como si fuese una influencia.
¿Y considera que la banda fue una influencia positiva o negativa para la música de aquellos años?
Ambas. Creo que Fleet Foxes son una influencia negativa para la música, por dios santo. Depende de como lo mires. La gente ha estado haciendo mosh y comportándose mal en los conciertos, en conciertos de heavy, durante muchísimos años, y creo que Bizkit tomó esos riffs agresivos y heavys rollo Suicidal Tendencies y Pantera y los simplificó un poco y le añadió un poco de melodía y terminó con algo que se hizo popular, ¿sabes? Y la gente ha estado haciendo el gilipollas en los conciertos desde hace mucho tiempo. No creo que un tío diciendo ‘joder’ un montón de veces sea chocante.
El guitarrista anda últimamente muy involucrado con el proyecto de su novia, Queen Kwong.
Carré (Callaway) y Joe Cardamone de The Icarus Line han compuesto todo, lo improvisaron todo en el estudio e hizo las letras mientras iban avanzando para el nuevo disco y lo mezclé todo en mi estudio. Es interesante tratar con Joe porque odia tantísimo a Limp Bizkit que fue una interesante y divertida interacción. Abiertamente dice que no aguanta (a Limp Bizkit). Pero está bien. Me parece un tío con talento y no miro mal a la gente por su opinión sobre arte o música o lo que sea.