¿Cuanto estaríais dispuestos a pagar porque vuestro músico favorito os dejara grabar canciones con él o saliera con vosotros a jugar a golf? Recordaréis que Josh Freese estaba vendiendo su último disco, «Since 1972«, en diferentes packs, a cada cual más exclusivo: desde la edición de 50 dólares que incluía una llamada telefónica de Freese agradeciéndole al comprador su adquisición hasta la de 75.000 dólares, que entre otras cosas incluye una vuelta por Los Angeles en el Lamborghini de Danny Carey de Tool o la posibilidad de que, si el comprador tiene un grupo, el mismísimo Freese sea el batería del mismo durante un mes. Esta última edición está aún por vender pero la que si se ha agotado es la de 20.000 dólares, comprada por Thomas Mrzyglocki, un chaval de 19 años, que debe tener el dinero por castigo porque de otro modo no se entendería tal dispendio.
El caso es que Mrzyglocki estuvo en el estudio con Freese, donde el batería grabó dos cancione sobre él; también tuvo la oportunidad de echar una partidita de mini-golf con Maynard James Keenan, frontman de Tool y como que otro de los que tenía que participar en la partida, el cantante de Devo, Mark Mothersbaugh, no pudo venir, Freese improvisó posteriormente una fiesta con pizzas como alimento principal en casa de Mothersbaugh. Además, el comprador de la edición de 20.000 dólares pudo conocer a otros músicos de Tool, A Perfect Circle y a Slash; disponer de entradas de forma gratuita para cualquier concierto que se celebrara en Los Angeles y cambió uno de los extras que le correspondían (una masaje de pies de parte de Freese) por otro: pasar un rato en un tanque de privación sensorial.
Mrzyglocki, con residencia habitual en Melbourne, Florida, declaró a Wired que la compra «valía totalmente la pena» reconociendo que habían sido algunos de los momentos «más divertidos que he pasado en muchísimo tiempo.»
El batería por su lado comentó que «me gusta el chaval y sé que ha sido una experiencia extrañísima para él.«