El líder de Disturbed, David Draiman, ha charlado con la revista Revolver de uno de los temas del nuevo disco de Disturbed, que trata del Holocausto. El cantante creció en el seno de una familia judía ortodoxa y tiene cerca de 200 parientes viviendo en Israel, entre ellos su hermano y su abuela.
Así habla de «Never Again»: «Mis dos abuelos de parte de madre fueron supervivientes de los campos (de concentración). Mi abuelo estuvo en Bergen-Belsen (en el noroeste de Alemania). Andaba con la carretilla llevando cuerpos al crematorio. Mi abuela tenía seis años cuando estuvo en Auschwitz (Polonia). Sobrevivió hasta en tres ocasiones al arrastrarse entre las piernas de la gente que estaba detrás suyo que estaban en fila para ser metidos en las cámaras de gas. Y tras la tercera vez, el campo fue liberado. Tengo otros parientes que sobrevivieron y toda mi familia por parte de madre, excepto mi abuela y abuelo y algunas de sus hermanas, fue exterminada. Así que me pareció importante escribir al respecto porque me di cuenta de que la última generación de supervivientes va a perderse. Y cuando tienes a animales como Mahmoud Ahmadinejad (presidente de Irán) diciendo que el Holocausto nunca sucedió, sentí que era importante escribir esta canción.»
Preguntado sobre músicos que coleccionan parafernalia Nazi, como pueda ser el frontman de Motorhead, Lemmy Kilmister o el guitarrista de Slayer, Jeff Hanneman, Draiman afirma que «es un tabú estupendo y algo ofensivo para mi. No entiendo la fascinación. Es la imagen más provocativa que puedas blandir y por eso la gente la usa. Y si ese es su objetivo, supongo que lo están logrando pero debes saber que habrán repercusiones. Slayer salió al escenario en Alemania llevando parafernalia nazi y no se tomó muy bien.»
Cuando le dicen que Lemmy comentó que le gusta coleccionar piezas de guerra y que los malos siempre han tenido el material más atractivo visualmente, se muestra tajante: «Me importa una mierda quien seas. Si vas a blandir simbología nazi, tendrás un problemas conmigo porque no entiendo como alguien puede pensar que está bien llevar algo en su cuerpo que simboliza la aniquilación y el genocidio de mi gente. No me parece bien y no hay excusa o explicación para eso.»
Hace unos años, Lemmy explicó a New York Waste que «no colecciono material nazi, colecciono objetos de los 'países del eje'. También de países que ni se mencionan como parte, como Letonia, Lituania, Estonia, Finlandia, Hungría, etc. Vale, al final, todos dijeron, 'No somos nazis' cuando vieron que los alemanes empezaban a perder pero antes de eso todos dijeron, '¡Vamos!»
Respecto a los uniformes, cuenta que «desde el principio de los tiempos, los malos siempre han tenido los mejores uniformes. Napoleón, los confederados, los nazis. Tenía uniformes tremendos. Es decir, ¡los uniformes de las SS son jodidamente brillantes! Fueron las estrellas del rock de su tiempo. ¿Qué vas a hacer? Lucían bien. No me digas que soy un nazi porque tenga uniformes. En 1967 tuve a mi primera novia negra y he tenido muchas más desde entonces. No entiendo el racismo, nunca pensé que fuese una opción.»
En cuanto a comprar los objetos y demás, dice que «EEUU es un gran sitio para coleccionar esa mierda porque los soldados americanos se llevaron todo para América. Se llevaron almacenes llenos de uniformes, Mercedes. Un tipo mandó un caza Focke Wulf 190 en piezas y lo reconstruyó en América. Ahora es propietario del único puto FW 190 del mundo. Solía comprar algunas cosas en Alemania pero ahora no puedo llevar cuchillos en el avión. Y la cosa se ha relajado en Alemania para poder comprar esa clase de coas. Hay cinco o seis tiendas en Hamburgo, especialmente. Hacen propaganda y todo. ¿Qué sentido tiene? No es una cosa nacionalista, es decir, ¿qué coño vas a hacer? ¿Hacer ver como si no hubiera pasado? Hay modelos a escala de cazas Messerschmidt 109. ¿Deberías no tocarlos?«