Recordar a estas alturas que hace 20 años aparecía el “Nevermind” de Nirvana parece fuera de lugar: desde hace meses que se viene anunciando la reedición del disco en distintos formatos y se preparan diversos actos para celebrarlo.
La revista Rolling Stone ha charlado con el productor del disco, Butch Vig, sobre como fue aquella grabación y la repercusión que ha tenido con el paso de los años.
“Vinieron a (los estudios) Smart y grabaron lo que por entonces iba a ser un álbum para Sub Pop (Records),” recuerda Vig. “Terminamos seis o siete temas e iban a volver pero en ese punto empezaron a generar interés de los grandes sellos. Así que terminaron por saltar del barco y se fueron a Geffen. Primero recibí una llamada de la banda preguntándome si quería ser el ingeniero del disco. Iban a trabajar con otro productor… La banda se vio con tres o cuatro otros productores y no les gustó ni uno. Así que unas dos semanas antes de meterse en el estudio, llamaron y me preguntaron si quería producir el disco, y les dije, ‘Sin duda’. Vino a ser mi primer proyecto para un gran sello.”
Cuenta Vig que “Sub Pop llevaba siendo un sello importante del indie desde hacía unos años. De hecho, yo era miembro del Sub Pop Singles Club: cada mes mandaban un split single de dos artistas molones. Salieron muchas grandes bandas de ahí. Nadie tenía ni idea de que iban a explotar en el ‘mainstream’.”
Lo cierto es que el productor reconoce que lo primero que oyó del trío no le sorprendió. “Lo gracioso es que cuando vinieron a Smart, Jonathan (Poneman) de Sub Pop me mandó el ‘Bleach’, el primer disco que sacó Nirvana. Y para ser sincero, no quedé muy impresionado. Pensé que el álbum era bastante unidimensional – excepto ‘About A Girl’, que me sonaba como una composición de Lennon/McCartney. Grandes acordes y gran melodía – era super pegadizo. Me pareció muy prometedor. Como terminó pasando, Kurt (Cobain) empezó a componer de forma mucho más melódica cuando se puso con el ‘Nevermind’. Creo que esa es una de las razones por las que el disco es tan genial – está repleto de grandes armonías vocales. Y Krist (Novoselic) sacó grandes partes de bajo y Dave (Grohl) sacó grandes partes de batería. Componían con una sensibilidad más pop.”
De las sesiones de grabación, rememora que “lo único difícil fue lidiar con los cambios de humor de Kurt. Era extremadamente bipolar y no tenías nunca ni idea de como iba a estar en ningún momento. Pero estuvieron realmente centrados y habían ensayado mucho. Trabajamos en pre-producción para intensificar las canciones y vaya si se lo pasaban bien. Habían firmado por un gran sello por primera vez en su vida; tenían un poco de dinero. Se hospedaban en los Oakwood Apartments y no paraban de decir que el apartamento que habían alquilado era el mejor sitio en el que habían vivido en su vida. E iban a conciertos. Dejaron las setas y se iban a la playa toda la noche. Hicimos el disco realmente rápido. Creo que estuvimos en el estudio quizá 16 ó 18 días. Así que no es que fuese un ejercicio elaborado.
Especialmente Kurt no tenía pacienca. Tenías que estar preparado. Así que me metía en el estudio cada día y trabajaba en la batería o lo que fuese que estuvieran haciendo – afinando las guitarras o los amplis. Así que cuando venían a eso de la una o las dos de la tarde, empezábamos a grabar. Estaban muy centrados.”
Aún sabiendo de la calidad del disco, el impacto obtenido si que fue inesperado. “Sé que el disco era bueno porque pensaba que las canciones e interpretaciones eran geniales. No fue hasta que terminamos y empecé a ponerle mezclas primerizas a alguna gente y dejaban de hacer lo que hacían y me decían, ‘Vuelve a ponerlo’. Y también empezaba a recibir algunas llamadas de gente que decía, ‘He oído hablar del disco de Nirvana – ¿podría oír algo?’ Empezó a crecer la expectación, la mayoría de gente que conocía o de gente de la industria.
Y entonces hicieron un concierto en el Jabberjaw, un pequeño club en Pico (Los Angeles), justo cuando andábamos mezclando. Y fueron como 150 ó 200 personas. Estaba lleno hasta arriba. La gente enloquecía ahí dentro. Tocaron muchas de las nuevas canciones y el público tenía esa intensidad de como si algo fuese a ocurrir. Supongo que nadie había visto nada que diera esa sensación de electricidad primaria que estaba por explotar en cierta extensión. Y eso siguió hinchándose más y más tras hacer el disco.
Recuerdo volver a casa y estaba trabajando en (los estudios) Smart con algunas bandas que vinieron para un picnic del 4 de julio y puse el disco de Nirvana en mi radiocassette. Había como 30 ó 40 músicos ahí. Todos pararon y se juntaron alrededor del radiocassette para escuchar. Y al terminar, recuerdo que hubo silencio. Y alguien dijo, ‘Oh Dios, vuelve a poner ese disco’. Todo el mundo se quedó ahí y lo volví a poner. Me parecía raro sentarme y ver como todo el mundo lo escuchaba y la reacción que iba teniendo. En ese momento supe que el disco tenía un factor x que ninguno de nosotros sabía cuando lo estábamos haciendo.”
“Fui a ver la banda alrededor de la semana que salió el disco en el Metro de Chicago… Cuando llegamos en el Metro, había como 2000 personas en fila esperando entrar. Ya se habían vendido todas las entradas. Y había esa electricidad en el aire. Salieron y empezaron con el ‘Jesus Doesn’t Want Me for a Sunbeam’ de los Vaselines. Nunca había oído ea canción y pensé, ‘Oh, Dios, Kurt ha compuesto otra gran canción’.
Antes del concierto vi a Dave y me dijo, ‘Joder, odio esta batería’. Y le dijo, ‘Bueno, tu manager está aquí, por qué no la destrozar y entonces tendrán que comprarte un kit nuevo’. Y quien lo iba a decir, creo que esa fue una de las primeras veces que Dave destrozó el kit al final de la noche y arrastró por todo el escenario. Claro, necesitaba una batería nueva para el día siguiente.
Y hubo una fiesta en el Crash Palace. La banda lo flipaba. Era antes de que el peso del éxito empezara a hacer mella en Kurt. Estaban disfrutando tanto. Era emocionante estar ahí en ese momento y sentir la energía de la audiencia que sabía que estaba viendo algo especial. La siguiente vez que les vi, ya podía ver que estaban completamente exhaustos. Eso fue como cinco meses después en Nueva York y estaban totalmente quemados de la gira y la prensa que llevaban haciendo.”
El productor asegura que “el disco cambió por completo mi vida. Me abrió tantas puertas. Había estado haciendo mucho trabajo underground con sellos independientes. Y de la noche a la mañana, todo los grandes sellos llamaban y podía elegir los proyectos que quería hacer. Creo que se puede decir que el disco cambió la vida de aquellos que estuvieron involucrados en el. Al principio me acojonó porque me di cuenta de que nunca había tenido un disco tan grande y comercialmente exitoso. Tienes que dejarlo de lado y decir, ‘Aún quiero hacer música y seguir adelante’.
Si no hubiera hecho ese disco no sé si habría sido capaz de trabajar con Sonic Youth o The Smashing Pumpkins. Y no habría podido empezar Garbage y hacer eso porque abrió tantas puertas y me permitió tener una carrera interesante de la que sigo disfrutando – y toco madera. ”
Vig cuenta que “he estado oyendo el ‘Nevermind’ un poquito estos últimos meses porque estoy ayudando con el cofre que saldrá. Remasterizamos el disco. Y había algunos descartes, algunas mezclas de los estudios Smart que hicimos para las sesiones de Sub Pop – algunas mezclas que hice en Devonshire que desenterramos y habíamos masteriado. Creo que algunas irán al cofre. Así que estoy escuchando mucha de la música de ese álbum en varios formatos.
Sigue sonando fresco. En mi opinión no creo que suene desfasado. Una de las razones es porque es guitarra, bajo y batería.No hay el sonido de teclados de los 80 – a veces oyes algo por la radio y el sonido de la producción le pone fecha. Eso no lo oigo en el ‘Nevermind’. Es una batería grabada en un cuarto con bajo, guitarra y voz. Creo que suena igual de fresco y excitante ahora que entonces.”
¿Cambiaría algo del disco? “No hay demasiada cosa que cambiaría. Lo que normalmente recuerdo (cuando oigo el disco) son los pequeños momentos divertidos, como hacer los coros. Normalmente las anomalías son las cosas que recuerdas de los discos. Todas las cosas estrafalarias. Recuerdo que al principio de ‘On A Plain’, donde Kurt trajo un trenecito. Tenía todos esos juguetitos ahí e iba jugando con ellos durante la canción. Recuerdo haberle dicho, ‘Vale, ¿estás listo para (grabar) la voz?’ Y me dijo que si, así que empecé a grabar. Pero él no cantó; grabó todas estas pequeñas cosas en la canción. Y me pareció interesante. Entonces le decía, ‘¿Estás listo para hacer la voz?’ Y me decía, ‘Vale, Butch, supongo que si’.
También recuerdo a Dave tratando de clavar los agudos de ‘In Bloom’. La voz de Dave suena increiblemente parecida a la de Kurt y mezclaba realmente bien. Me dijo, ‘Tengo que hacer un Keith Richards’. Así que le daba un sorbo a (la botella de) Jack Daniel’s y una calada a un cigarrillo. Iba a mitad de frase y su voz empezaba a romperse. Nos recuerdo a todos no parar de reír. Para cuando terminó, se había bebido media botella de Jack Daniel’s.”
Le preguntan por el siguiente disco, “In Utero”. “Creo que hay algunas grandes canciones en él. Echando la vista atrás, creo que Kurt necesitaba trabajar con alguien como Steve Albini (productor) para relamar de alguna manera su ética o credenciales punk. Cuando terminamos el disco, a la banda le encantó. Y más adelante, Kurt habló mal (del ‘Nevermind’) en la prensa. Pero eso lo decía porque no puedes decir, ‘Hey, me encanta nuestro disco y estoy feliz de que haya vendido 10 millones de copias’. Eso no es molón. Y creo que él sentía que tená que hacer algo más primario. Así que trabajar con Steve fue bueno porque lo que básicamente hace es grabar la canción. No le hace nada de producción. ‘Heart Shaped Box’ es una de mis canciones favoritas de Nirvana y también uno de mis vídeos favoritos que hicieron.
Habría sido guay volver a trabajar con ellos pero en ese momento yo andaba muy liado con The Smashing Pumpkins haciendo el ‘Siamese Dream’ que terminó siendo un largo proyecto. No sé ni si habría podido hacerme tiempo para trabajar con ellos.
De tanto en cuanto la gente me pregunta si Kurt aún estaría haciendo música. Y la respuesta es que por supuesto que si. Le encantaba escribir y dibujar. Constantemente garabateaba y cogiendo la guitarra y escribiendo cosas. No tengo ni idea de qué clase de música sería. Pero eso es lo que me entristece cuando oigo el ‘Nevermind’ – lo prometedor que era. Era un artista con tanto talento. Todos desearíamos que aún estuviera aquí porque estoy seguro de que estaría haciendo música increíble.”