La gente de FourteenG.com ha charlado con el guitarra de Lamb Of God, Mark Morton, sobre «Sacrament» nuevo disco del grupo.

«Siempre quiero que cada álbum tenga su propia personalidad y su propio carácter. Además trato de pensar de forma general, ¿sabes? Como, cada álbum tiene que tener sentido, en contexto con los álbums previos. No es una competición entre álbums, es más añadir una parte a una obra mayor. Pienso que 'Sacrament' hace eso muy bien porque es un álbum bastante único para nosotros.

Es más diverso. Toma más riesgos, pienso. Musicalmente, creativamente y eso es lo que nos ha hecho mantener el interés, más que no hacer un refrito de 'As Palaces Burn' o 'Ashes Of The Awake'. Muchas veces eso es lo que quieren los chavales porque se acostumbran a un cierto sonido o un cierto estilo que tu tocas. Pero como artistas, perderíamos interés si hiciéramos eso una y otra vez.»

¿Y como evitar caer en la auto-repetición? «Creo que lo hacemos nosotros mismos,» explica Morton. «Llevando las cosas al límite y el umbral de lo que somos capaces de hacer. Técnicamente, musicalmente, luchando por ideas creativamente…Randy (Blythe, cantante) ha estado definitivamente mucho mejor en este disco. Continua perfeccionando esa voz increíblemente insana que tiene. Eso ha sido divertido de ver.

Creo que todos tienen su propia visión de lo que debe ser la siguiente fase musical o como les gustaría individualmente que sonara el siguiente álbum. El conflicto surge cuando tienes cinco visiones en una habitación, ¿sabes a qué me refiero? Así que creo que eso se arregla de forma natural. Si yo fuese a componer yo solo un álbum de Lamb Of God sonaría muy, muy diferente de si lo hiciera Chris (Adler, batería). Pero eso es lo que lo hace, le da profundidad. No creo que tengamos una estrategia al ir a grabar pero pienso que después de un tiempo empiezas a ver qué clase de disco será al oír el material. Viendo la clase de ideas se ponen sobre la mesa. Se empieza a hacer aparente como sonará el disco. Pienso que con este disco, si algo, mi mentalidad al entrar era, siempre tuve la sensación con los discos previos que habían ciertas líneas maestras que teníamos que seguir, al ser una banda de thrash metal y habían ciertas convenciones a las que nos teníamos que adherir. Y esta vez no quería imponernos esta clase de reglas. Pensé que ya éramos una banda que podía hacer casi lo que quisiéramos y que Lamb Of God seguiríamos siendo metal. Pero no me sentí constreñido por ninguna forma metalera 'convencional' de pensar. Eso fue bastante liberador.«