Ha charlado Lars Ulrich -otra cosa no, pero locuacidad tiene un rato- con la gente de RollingStone.com que le preguntaban sobre los avances con el nuevo disco de Metallica.
El músico asegura que por el momento los títulos de las canciones son nombres de ciudades, «no bromeo. Caspar, Fresno, Munich, Glasgow. Parecía la forma más sencilla de identificarlas.»
La forma de componer el disco ya empezó de modo diferente a como acostumbraban: «Hicimos algo que no habíamos hecho antes. Nos llevamos un ProTools con nosotros. Veinte minutos antes de salir al escenario (durante la gira de 'St Anger')nos metíamos en un cuarto y tocábamos, para que la maquinaria siguiera funcionando. Hubieron 'jams', riffs, diversión y juegos. Y todo eso fue grabado.
De eso ha salido el 95% de este disco. Los títulos provisionales de las canciones son los lugares en las que salieron.»
La adición de Rick Rubin a la producción ha hecho cambiar viejos hábitos al grupo en orden a lograr que Metallica suenen como los Metallica de siempre sin tener que volver al pasado. «Nos pregunta en qué tono deberíamos tocar. Hemos tocado en mi bemol desde principios de los 90. Nadie lo cuestionaba. De golpe, Rick soltó, 'Quizá ese material tenga más energía y la voz de Hetfield suene mejor en 'mi'. Nos ha forzado a repensar en términos globales, algo que no habíamos hecho en años.»
Además, el productor les insistió en que tocaran y ensayaran los temas hasta que, «podamos tocar esas canciones durmiendo, se metan en nuestras cabezas. Con Bob Rock (el habitual productor de la banda)nos metíamos en el estudio cuando teníamos algunas ideas concretas. Pero Rick quiere que primero nos preocupemos de todos los elementoas creativos. Quiere que capturemos esas canciones en un ambiente de grabación en lugar de crearlas ahí.«