La volta de Bjork

El 7 de mayo se publica el nuevo disco de Bjork que se titulará «Volta«. Para variar, se tratará de un nuevo ejercicio de eclecticismo y experimentación pop como se intuye viendo los artistas con los que colabora: Timbaland, Antony, Brian Chippendale (Lightning Bolt), el percusionista Chris Corsano, el colectivo musical africano Konono N°1, el virtuoso de la kora (instrumento africano) Toumani Diabaté, el músico chino de pipa (instrumento típico de aquellas regiones) Min Xiao-Fen, y una sección de instrumentistas de metal de su Islandia natal.

La gente de Pitchwork ha entrevistado en exclusiva a la artista, con la que han hablado de multitud de cosas que irán desgranando semana tras semana en la web.

Habla la islandesa sobre la abundancia de percusión que parece habrá en el álbum: «Supongo que ha sido realmente diferente de como suelo trabajar. Porque, al menos con 'Homogenic', 'Vespertine' y 'Medulla', si había un punto de inicio, eran los ritmos. No sé porqué, quizá porqué es lo que yo no hago. Con 'Homogenic' empezaba con un programador solo para hacer ritmos de rock distorsionados. E hicimos, creo, compases de 100 cosas. Y para entonces, había compuesto suficientes canciones, me podía sentar y decir que ya estaba todo, 'OK, para el estribillo de esta canción, ritmo 73, y para el verso, número 2' o lo que sea. Y con 'Vespertine' justo tenía mi primer portátil y era más sobre el universo estático de internet, y todos los clicks de ritmos y susurros. Así que ese sería el punto de inicio. Y obviamente, 'Medulla' era un álbum vocal.

Pero este era tan diferente porque emocionalmente sabía lo que quería. Y porque había hecho dos o tres proyectos de golpe que eran bastante serios, y quizá necesitaba sacar eso de mi sistema o algo. Así que todo lo quería hacer con este álbum era divertirme y hacer algo que tuviese cuerpo y vigorizante.

De hecho hice todo el álbum, y no fue hasta los últimos dos o tres meses donde el único rompecabezas que no había sido solucionado eran los ritmos. Habíamos hecho muchos experimentos con ritmos pero los descarté todos porque cada vez que hacíamos algo realmente inteligente con los rimtos programados, era demasiado pretencioso para éste álbum, y no pegaba.

Por alguna razón, para mi fue quizá un poquito nostálgico volver a 1992, cuando tenías esas máquinas de batería lo-fi 808 o 909, que no hacían nada elaborado pero realmente básico, como rollo rave o trance y luego, batería realmente acústica. Así que hay algunos temas en este álbum que son programaciones, con muchas horas de programación invertidas, y cuando lo escuchas suenan como timbales o algo.

Con este álbum quería volver a ser rítmica.'Medulla' fue mi forma de sacar eso, rehusando ser categorizada como, 'Oh, ¿qué ritmo hará luego?' Sintiendo la presión de todos esos jóvenes programadores de batería o productores o llámalos como quieras, contactando conmigo en plan, quien iba a ser el que estaba de moda ese mes. Se había convertido en esa declaración de moda, no era correcto.

Es decir, me encanta a veces quedar por encima, como por ejemplo cuando ves a tus hijos hacer 'break dance' y quien puede hacer los mejores trucos. Es común, es nuestra naturaleza como animales, como los pájaros del paraíso que tienen el mejor plumaje y esa clase de cosas. Pero es divertido cuando es impulsivo y se trata de divertirse. Cuando se convierte en algo inteligente, cuando se convierte en algo más analítico, sobre quien puede matemáticamente ser superior al otro, ya no es divertido. Y puede que dejara ir todo eso e hiciera un álbum todo vocal.

Pero sin duda que eché de menos los ritmos. Es decir, me encantan los ritmos. Empecé en una banda de punk todo chicas cuando tenía 14 y era la batería, no la cantante. Soy muy, muy, muy exigente con lo que respecta a los ritmos. Así que ha sido divertido acercarme a ello desde otro ángulo.

Y estaría mintiendo si no dijera que era una especie de reacción al estado del mundo hoy. Es decir, en enero de hace un año fue a Indonesia, donde el tsunami afectó más. Viendo que en un pueblo de 300.000, 180.000 habían muerto, y que la gente seguía cavando y sacando cuerpos, y el olor de cuerpos y huesos. El tsunami se llevó casas de su sitio, aún podías ver el suelo, y la gente con la que estuve encontraron el vestido favorito de su madre en el barro y fue como, escandaloso.

Es decir, la raza humana, somos una tribu, afrontémoslo, y paremos toda esta mierda religiosa. Creo que todo el mundo, o al menos mis amigos, están tan exhaustos de toda esta gente religiosa que se las da de importantes. Dejadlo. Somos putos animales, así que hagamos un ritmo tribal universal. Somos paganos. Marchemos.«