Con la avalancha de giras de regreso (The Police, Genesis, Crowded House o los propios The Smashing Pumpkins) no es descabellada la pregunta que la gente del Toronto Sun le hacen a Chris Cornell: ¿cabe la posibilidad de un regreso de Soundgarden?
Jarro de agua fría: «No. Creo que debería haber un factor de confianza ahí. Necesitan tirarme montones de dinero, esperar un par de años y luego que me digan para qué, y entonces decidiré.»
Hace mucho tiempo que Cornell no habla con sus ex-compañeros pero puntualiza que «hay cordialidad. Siempre ha sido así.
Nadie me ha llamado con ninguna sugerencia de que Soundgarden deberíamos volver. Somos un raro grupo de tíos. Siempre lo fuimos. Por eso hacíamos la música que hacíamos. Al final, montamos algo que realmente parecía imposible, lo sacamos adelante, hicimos algunos grandes discos y fuimos capaces de deshacer la banda cuando aún estábamos en la cumbre de nuestra relación creativa sin abusar ni dejar zurullos a los fans a los que luego tuviéramos que hacer frente.
Así que lo miro ahora, lo de volver a juntarnos, y no veo el escenario para que tuviera sentido. Quizá, cuando seamos verdaderamente viejos, si nos juntáramos e hiciéramos alguna actuación que beneficiara a cualquiera menos a nosotros, en lugar de decir, 'Uau, alguien nos ha ofrecido un enorme cheque'. Eso daría la impresión de ir contra todo lo que fue la banda desde su primer día. Así que debería ser por una razón que ahora mismo no se me ocurre.»
Aún así el cantante se quita el sombrero por el regreso de The Police, de nuevo en los escenarios 23 años después de su último concierto. «Tengo una postura buena ante el regreso de The Police. Han habido ocasiones donde la gente dice, 'Hay un concierto con The Police tocando en un festival, ¿te gustaría tocar en él?' ¡Demonios, si! Soy un gran fan.
Pero pienso que es genial que estén juntos, y dando vueltas por ahí, tocando canciones de The Police pero además tengo la sensación de que pueden. En otras palabras, no hay razón por la que los fans quedaran decepcionados por ello.
Y por supuesto, hace que alguien como yo, que tengo 42 años, me sienta genial porque puedo decir, 'Ey, ¡si ellos lo pueden hacer, yo puedo hacerlo!'«