Duff McKagan, bajista de Velvet Revolver, no tiene precisamente el aspecto de ser un ejecutivo experto en finanzas. Afortunadamente, la imagen no hace al hombre, y McKagan, aparte de ser un excelente músico se encarga de llevar el apartado financiero de su banda.
Llevar tanto tiempo metido en el mundillo del rock le ha dado la experiencia necesaria para moverse con eficacia en el negocio, lugar al que no suelen asomarse los músicos. «Hago todo lo posible para que no estafen a esta banda,» afirma el bajista al Wall Street Journal. «Somos los últimos en ser pagados. Trabajamos bastante duro para el dinero que hacemos.»
Con el terremoto que asola la industria en forma de descargas vía internet, las bandas deben ser financieramente creativas, reconoce el músico. Y es que antes los ingresos venían simplemente de la venta de discos; hoy día esto se ha diversificado y la música de un grupo puede aparecer en un anuncio, en la banda sonora de una película o un videojuego o en un politono para un teléfono móvil.
Así, teniendo en cuenta la situación actual del mercado, según sus apreciaciones, los 3 millones de copias vendidas de «Contraband«, el disco debut del quinteto equivalen a los 10 que vendió alguno de los discos de su anterior grupo, Guns N Roses, a finales de los 80 / principios de los 90.
El interés por el lado económico de la industria le surgió al dejar Guns N Roses, en 1994. Poco después, sus años de abuso del alcohol y drogas se tradujeron en graves problemas en el pancreas, lo que hizo que entrara en un centro de rehabilitación. Una vez limpio, decidió estudiar económicas en la universidad de Seattle, carrera de la que le faltan solo 15 créditos para terminar.
A diferencia de sus compañeros de clase, el bajista tiene una larga experiencia: el «Appetite for Destruction» de Guns N Roses es uno de los discos más vendidos de la historia con más de 20 millones de copias expedidas. Más números: la gira mundial de los dos volúmenes de «Use Your Illusion» tuvo más de siete millones de espectadores.
En aquella época recuerda Duff que «no sabíamos qué era el dinero. No sabía como invertir en acciones ni nada por aquel entonces. Así que no lo hice.»
Hoy en cambio tiene parte de su capital invertido en acciones de bajo riesgo. Y lo tiene claro: la estrategia es diversificar: «Tengo fondos comunes. Tengo muchos títulos valores. Tengo de todo, todo muy diversificado. Y luego los bienes inmuebles han sido algo importante para mi.» Aunque en lugar de deshacerse a lo loco de propiedades por pocos beneficios , el bajista prefiere que vayan revalorizándose poco a poco. Así, cuenta con inversiones en Los Angeles, Seattle, Hawaii y «allá donde veo algo que valga la pena.»
Por si no fuese poco, reconoce orgullos que fue una de las primeras personas en invertir en Google Inc., cuyos valores se han quintuplicado en tres años. Además, no «me volví loco y vendí todo cuando hubo el crash de las punto com» en el periodo 200 – 2002.
Otro mercado que ve que va viento en popa es el de los isntrumentos: explica que una guitarra Les Paul Sunburst del 59 tiene un valor de aprox. 400.000 dólares.
McKagan prefiere no dar detalles sobre el valor total de sus inversiones pero reconoce que algunas de sus técnicas se las explica a sus hijas: «La pasada noche jugamos todos al Monopoly. Genial. Nada mejor que eso, los cuatro sentados jugando al Monopoly.«