El Bakersfield Californian ha charlado con Brian «Head» Welch, el que fuese guitarra de Korn y que abandonó la banda tras abrazar la fe cristiana. Como sabéis, Head publica estos días un libro en el que detalla su caída a los infiernos de las drogas y el alcohol, y como ha logrado ver la luz tras ser visitado por Dios.
El guitarrista es preguntado sobre su relación con sus ex-compañeros de banda y si tiene planes de volver a verlos. «No tengo planes de reunirme con ellos. Me gustaría verles algún día pero ahora no es el momento adecuado. Hace ya un par de años que no les veo. La última vez que les vi fue algo raro y me disculpé. Hice y dije algunas estupideces y lo sentí pero el rencor ha desaparecido por mi parte. De poder hablar ahora mismo con ellos les diría que les quiero.»
En el libro relata sus excesos estando en Korn -específicamente su adicción a la metanfetamina- o las continuas fiestas que hacían. El caso es que tampoco parece ser algo que se aleje del tópico de cualquier banda de rock y que resume la frase sexo, drogas y rock and roll. ¿Tan excesivos eran los excesos, valga la redundancia?
«Hicimos de todo. Parecía que todo el mundo lo hacía. A algunas bandas las provocamos a salir de fiesta, como Incubus. Fieldy (bajista de Korn) se llevó a su guitarrista a beber por primera vez en su vida. Les vimos después de eso y estaban todo el rato bebiendo.»
Lo que si tiene claro Head es que no volverá a caer en las redes de la droga: «Puedes meterme en una habitación con pastillas, cerveza, metadona, y no tocaría nada. Estoy liberado y no volveré a meterme drogas nunca más.»
El músico recuerda como en un mismo día vivió la mejor y la peor experiencia de su carrera: «El punto culminante de mi carrera fue Woodstock (1999). Fue un caos absoluto. Una locura. Tras ello estuvimos todos abrazándonos, incluso David (Silveria, batería) y Fieldy (bajista; comenta Head que no existe buena relación entre los dos). También fue el punto más bajo de mi carrera: al volver a casa, me peleé con mi mujer. Los momentos más álgidos y más bajos de mi vida ocurrieron en un fin de semana.»
No está orgulloso de todo lo que ha hecho en su vida y se arrepiente de otras: «No estoy orgulloso de todo lo que he hecho pero estoy contento por el camino que he elegido. (De no haberlo tomado) no sería capaz de tocar a la gente como ahora si puedo. Pero me arrepiento de haberle pegado a mi mujer.»
Habla de su relación con sus padres: «Están orgullosos de que defienda lo que creo. Empezaron a ir a la iglesia y terminaron involucrándose con el cristianismo. Mi padre se ofendió por diversas cosas (relatadas en el libro) y ellos no sabían todo lo que pasó con las drogas y mi novia pero lo superaron y están orgullosos. En lineas generales fueon unos padres magníficos.«