Los suecos Opeth ya han terminado de grabar su nuevo disco pero aún no han dado con el título que le pondrán. Las noticias que apuntaban a que sería «A Holocaust on the Moon» no son ciertas: el frontman Mikael Akerfeldt ha afirmado a la MTV que «no lo había oído nunca.»
De momento, el título provisional -y el que le ponen a cada disco antes de dar con el definitivo- es «Suck Pussy». «Estoy seguro de que cambiará. Tiene que ocurrírseme algo que mole.»
El título no sabemos pero parece que el disco molará, y mucho. «Me he divertido más haciendo este álbum que con cualquiera de los anteriores. Siempre ha visto el grabar un álbum como tener montones de problemas durante un mes o dos. Pero este ha sido fácil. Ha sido e interesante. Podría decir que incluso he disfrutado.»
Lo cierto es que lío si que han tenido grabándolo. El disco incluirá un tema con un órgano de iglesia, que grabaron 'in situ'. «Per Wiberg (teclista de la banda) entró (en la iglesia) y lo rompió, tocando un riff realmente 'doom-iano' y endemoniado.» Indica el frontman que están a la espera de que los representantes de la iglesia le hagan llegar la factura del coste de la reparación del órgano.
El nuevo trabajo se espera en las tiendas a mediados de primavera, cuando el grupo esté en una gira norteamericana junto a Dream Theater, Three y Between The Buried And Me. «Lo hemos grabado en dos estudios -el bajo en uno y las guitarras en otro- así que no he tenido el control sobre la grabación como había tenido en el pasado. Así que no estoy 100% seguro de como suena todo pero sé que va a ser genial.»
El álbum lo produce el mismo grupo y como viene siendo casi norma de la casa, los temas que contendrá tendrán una duración de media de casi 10 minutos. «Las canciones son un poquito más energéticas. Me recuerda a nuestro tercer disco, 'My Arms, Your Hearse' de 1998) porque es realmente energético. No suena como una banda de viejos cansados. Suena como una banda que realmente disfruta tocando y que está bastante loca. Es muy, muy diverso y hay muchas cosas que no hemos hecho antes. Sin duda: hay momentos de amor/odio; estoy seguro de que habrá gente que pensará que es una mierda monumental pero es realmente interesante. No será un disco aburrido, déjame decirlo así.»
La mayoría de los temas que ha compuesto el frontman ha sido con teclado y las demos las grabó en casa, lo que le permitía estar junto a su encinta esposa. El pasado 28 de octubre la pareja recibió a su segundo retoño, una niña que se llama Mirjam Ebba Maria Åkerfeldt. «Estuve trasteando con un sonido en plan Fender Rhodes, en plan años 70 y a mi me salió un pasaje que sonaba como un Chick Corea libre de formas. Tiene más momentos de fusión. Las partes heavys son más rápidas y me he asegurado de vocalizar las letras de una forma que no había hecho antes: los gritos son muy rápidos y fuertes. Son como fuego a discreción. No llego a cubrir 10 segundos con un grito largo, esta vez me he concentrado en las letras.
Ahora que soy padre, estoy más preocupado por todo. Es bastante inspirador. Me afectan más las tragedias y penas del mundo, por así decirlo. Nunca llegué a pensar que sería una de esas personas que se preocupara por todo menos por él mismo -siento que he sido egoísta en el pasado. Pero mi hija me ha cambiado mucho, más de lo que pudiera imaginar. Así que, tenerla a ella me ha hecho pensar en ciertas cosas, cosas que están en las canciones.«