Al batería de Meshuggah, Tomas Haake, le abruma que su banda sea tenida en tan elevada estima por tanta gente, según confiesa a la revista Zero Tolerance.
«Me cuesta mucho vernos como si fuésemos legendarios pero puedo apreciar que hay esa especie de culto mágico con nosotros, probablemente por un montón de razones pero principalmente porque nos hemos mantenido firmes con lo que veníamos haciendo desde hace un tiempo ya. Tiempo atrás, éramos simplemente unos chavales felices de que hubiera un sello que quisiera editar nuestra música fuera de Suecia. Solo queríamos componer música que molara, agresiva e intrincada y con suerte poder vender copias de eso. No miramos más allá de es.»
Al respecto de «obZen«, comenta que «uno de los aspectos de los que hablamos antes de sentarnos a componer este álbum es que debía ser realmente diverso y que cada canción debería ser una cosa individual con su propio rollo. Para mi, es la suma de todo el álbum lo que lo hace lo que es.»