Por algún motivo en el norte de Europa los sonidos setenteros han tenido una trascendencia mucho más latente que en ninguna otra latitud del mundo. Bueno, salvo Palm Springs en California, donde aún a día de hoy unos cuantos fumetas siguen haciendo sonar sus amplificadores a todo volumen. Quizás existen algunos paralelismos entre el desierto californiano y la tundra escandinava, más allá de su antagonismo climático…
Ese fenómeno que parece reproducirse en areas tan áridas y dispares, no puede tener otro nexo en común que el aburrimiento. Solo así me explico que tantas y tan buenas bandas aparezcan con tanta regularidad y por esos lares.
Minus son una banda originaria de la fría y lejana Islandia, donde muy probablemente, estos chicos forman, junto a Bjork y Sigur Ros la élite musical de un país, en el que el aburrimiento debe de ser uno de los deportes nacionales.
Este «The Great Northern Whalekill«» es el tercer disco que nos entregan Minus. Los anteriores trabajos (bastante recomendables por cierto, aunque un tanto irregulares en su conjunto) deambulaban con bastantes buenas intenciones entre las sonoridades deudoras del ‘noise’, el ‘hard rock’ cercano incluso al ‘metal’ más contemporáneo y sobre todo la clara intención de dominar la distorsión y saturar las válvulas de sus amplificadores).
El proceso de evolución en el que estos 4 islandeses se han involucrado, hace por el momento una parada (ya veremos si transitoria o definitiva) en el sonido y el estilo de los Queens Of The Stone Age más clásicos. Supongo que mucho han debido de revisar y escuchar los últimos trabajos de Josh Homme y compañía, porque desde el primer tema, «Cats Eyes», hasta el último, «Weekend Lovers», la sombra e influencia de los Queens no los abandona en un solo momento.
Como suele suceder en este tipo de casos, donde las comparaciones son demasiado evidentes como para dejarlas de lado, existen algunos puntos a favor y otros en contra. A favor de Minus juega el hecho de que son capaces de dotar a sus canciones de una mayor carga melódica, lo que aún haciendo un poco más accesible su trabajo, permite escucharlo de un solo golpe y con suma facilidad. Aunque en ningún caso se trata de un disco de espíritu comercial ni mucho menos, estos tíos tocan rock a mucho volumen y desde luego de contundencia no carecen precisamente.
En contra de esta banda juega el hecho de que pretender sonar como los Queens, es poco más que un atrevimiento: lo que Homme es capaz de crear con su particular estilo y doctrina musical, no está, a dia de hoy, al alcance de casí ninguna banda…
En el rock, como en tantas otras disciplinas de la vida, el talento no se puede copiar, por mucho que incluso hayan recurrido al mismísimo Joe Barresi para producir este disco.
Aún y con estos detalles, Minus salen mucho más que airosos del ejercicio. De hecho, este disco es uno de los más compactos que se han gestado en Europa en los últimos meses. Y es que cuentan con cañonazos como su primer single «Futurist», «Rythm Cure» o la lisérgica «Weekend Lovers», un excelente punto y final. No quiero olvidarme tampoco del tema «Throwaway Angel», quizás el mejor tema de este disco, y uno de los mejores que hayan grabado nunca estos cuatro islandeses.
Vamos, que con discos como este, muy pesar de la afinidad que puedan mostrar hacia otras bandas, me llevan a creer que el rock vive y seguirá viviendo en estando de gracia. Un muy buen disco, si señor.