La humanidad de Sigur Ros

Parecía difícil de creer que una banda que cantara en islandés o incluso en una lengua inventada llamada «Vonlenska» llegara a tener éxito. Sigur Ros sin embargo, lo han conseguido. Y todo ello sin hacer una música apta para radiofórmulas.

El grupo siempre trata de sorprender a sus fans y tras «Takk» pensaron que el mejor modo de hacerlo era cantando en inglés.

«Hablamos mucho sobre ello y en este disco ha sido el momento adecuado,» explica el bajista Georg «Goggi» Hólm a MTV.com. «Es un disco donde nos dejamos ir y hacemos lo que sentimos sin pensárnoslo demasiado. Así que decidimos probar de escribir canciones en inglés. Algunas no salieron bien así que las cambiamos a islandés pero una -la última del disco, 'All Right'- quedó bien así que la dejamos en inglés.»

Para este disco, la banda compuso un puñado de canciones en una semana y las dejaron «macerar» un añito. Una vez pasado, a primeros de este año volvieron a echar un vistazo a lo que habían compuesto con la ayuda del productor Flood (The Smashing Pumpkins, U2) para terminar el disco en poco más de un mes. El título: «Með Suð í Eyrum Við spilum endalaust«,que viene a querer decir algo así como «Jugamos sin parar con un zumbido en las orejas».

«La actitud para el disco era hacerlo rápido dejando los errores y con eso viene la espontaneidad, y sale la felicidad y el jolgorio. Así que, con ese espíritu, todo estaba acabado en un par de meses. Fue realmente espontaneo y pienso que es algo que necesitábamos de veras porque, normalmente, nos lleva dos años terminarlo todo, así que era el momento de dejarnos ir.»

El batería Orri Páll Dýrason se suma a la conversación y cuenta que «Hay momentos que podríamos haber vuelto a lo habitual pero decidimos dejarlo porque queríamos que se hiciese deprisa. Estábamos grabando las secciones de cuerda en la sala de estar (del teclista Kjarri Sveinsson) y hubo un momento en que se fue a la panadería y seguimos grabando. Y al volver, se oye un «Driiiiiiing» de cuando tocó el timbre para entrar. Pero eso también lo hemos dejado. Lo hemos dejado todo.»

El cambio también se puede notar en las canciones del disco en las que se puede oír un aire caluroso siendo ejemplo palmario el primer single, «Gobbledigook». «Creo que hemos cambiado mucho musicalmente -y también en la vida. Hemos madurado y nos gusta que la gente sea algo ruidosa. Nos va gustando ese público de estadios. A veces es aburrido cuando la gente está ahí sentada en plan, '¡Sssssssh, no digáis nada!' porque nos van los públicos ruidosos,» cuenta el bajista.

«Además, nos pone contentos,» añade Dýrason. «La gente se preocupa de si hablan en los conciertos nosotros nos equivoquemos o algo. Pero creemos que eso está bien porque siempre hacemos multitud de fallos. Está bien.»