Nuevo capítulo de la entrevista de la MTV con Metallica. Ahora ha tocado hablar del cambio de productor: los de San Francisco llevaban cuatro discos seguidos grabando con Bob Rock pero entendían que era momento de cambiar. Su nuevo disco lo iba a producir, Rick Rubin, productor detrás de discos de artistas tan variopintos como Red Hot Chili Peppers, Rage Against The Machine, Shakira, Weezer o Jay Z.
Para empezar las sesiones de grabación, el veterano productor les hizo que echaran la vista atrás a 1985, año en el que compusieron «Master Of Puppets» para lograr capturar aquella mentalidad y el hambre que tenían por aquel entonces.
«Para lograr cumplir eso, debíamos deshacernos de mucho equipaje,» afirma James Hetfield. «Necesitábamos centrarnos un poco más, necesitábamos tomar decisiones más rápidas, necesitábamos sentirnos bien por decir no a ciertas cosas, y necesitábamos pasar por ciertas cosas con mayor rapidez.»
Lo que pretendía Rubin era que el cuarteto se deshiciera de los hábitos adquiridos con Bob Rock. «Una de las cosas más guays que Rick sugirió fue que nos pusiéramos en pie y rockearamos como si estuviésemos en directo,» explica el bajista Robert Trujillo. «Y lo hicimos, y eso le dio mucha vida a la grabación. Ahí estaba grabando mis partes y meneando la cabeza. Nunca antes había hecho eso mientras grababa. Es un gran médico de canciones y tiene orejas geniales.»
El guitarra Kirk Hammett cuenta que «lo mejor de trabajar con Rick es que nunca está. Yo diría que eso es algo muy potente (ya que) nos deja a los cuatro el sufrimiento del trabajo, y la planificación que apareja el proceso de composición y grabación. Por supuesto que Rick estaba ahí parte del proceso -cuando grabamos la batería y las voces- pero el hecho de estar aislados en nuestro estudio, trabajando por nuestra cuenta en las canciones, fue una gran diferencia porque mantuvo nuestro sonido puro. Éramos más Metallica que lo habíamos sido anteriormente con Bob Rock.
Bob añadía mucho de su propia cosecha musical y eso traía mucho de lo suyo y sus influencias y estilo jurisdicción e idiosincracias. Y acababa entrando en nuestro sonido. Pero con Rick, al no estar ahí, es Metallica 100% sin diluir. Llegaba y decía, 'Eso es bueno y eso no, cámbialo'. Y teníamos que arreglárnoslas. Esto es lo más puro que hemos sonado en mucho tiempo.»
Hetfield reconoce que Rock es un gran productor pero con un estilo diferente al de Rubin. «Rick no es la clase de productor que es Bob Rock, que está ahí en cada momento, agarrándote la mano, haciéndote que des el siguiente paso. (Rock) lo arregla todo, todo el tiempo y se encarga de muchas cosas en el estudio. ¿Rick Rubin? Nada de eso. Rick entra y suelta, 'Bien, ¿donde están las canciones? Vale, está bien. Eso no está bien. Más de esto, menos de aquello; nos vemos en un par de meses. Adiós'. Y eso es lo que necesitábamos: esa honestidad brutal, pasar por eso. Y ha funcionado.»
La banda quería ese lado más directo que Rubin logra sacar a los artistas que produce. «El disco de Slipknot que hizo, los de System Of A Down e incluso lo de Johnny Cash, que es su esencia, y lo oyes y oyes lo que está pasando: eso es lo que quiero, quiero que la gente oiga realmente a Metallica,» exclama Hetfield. «Así que, de algún modo, tiene algo de sonido antiguo. En cuanto a las canciones y los arreglos, tenemos mucha más diversidad en este disco – instrumentales, rápidas, canciones cortas, épicas, momentos de baladas. Es bastante diferente de 'St Anger', donde, si estás cabreado, es tu álbum y si no, quizá te lleve algo más de tiempo (entrar).»
«Lo más difícil de trabajar con Rick,» hace saber el frontman, «es dejarlo hacer, que Rick produzca. No es suerte: tiene algo, no es estúpido. Sabe lo que será lo mejor para nosotros, yo creo en eso y teníamos que confiar en ese proceso. Eso era difícil porque Lars y yo hemos llevado esta banda siempre y echarnos un poco atrás…Eso fue difícil.«