Danny Goldberg: «La llegada de Courtney a la vida de Cobain provocó el fin de una era en Nirvana»

Recordaréis que hace unas semanas os hablábamos de la biografía que iba a editar Danny Goldberg, quien fuese manager de Nirvana, en la que daba detalles sobre su relación con Kurt Cobain y los que rodeaban a este.

La web Spinner.com adelanta algunos pasajes del libro, «Chocando con genios: Mi vida dentro de la industria del rock and roll». Os reproducimos, íntegros, los pasajes que publica la web.

«Cuando mi socio, John Silva, y yo conocimos a Nirvana, el batería Dave Grohl era el más joven de los tres y con diferencia el más callado. La mayor parte de la cháchara vino de Krist Novoselic, un afable gigante de dos metros. El cantante Kurt Cobain, bajo y delgado, estaba sentado en silencio pero cuando intervenía, siempre en un tono de voz bajo y sencillo, reconocía la autoridad que tenía entre ellos. Como ocurría cuando Jimmy Page hablaba en las reuniones con Led Zeppelin, estaba claro que Kurt siempre tenía la última palabra.

Yo era sensible al hecho de que muchas bandas influidas por el punk preferían los sellos indies. Le pregunté a la banda si quería seguir en Sub Pop. Kurt contestó de forma enfática: 'Absolutamente no'. La gente quería llegar a más gente. '¿Y sabes quien de los tres era el que más quería llegar a más gente?', me preguntó años después de forma retórica Krist, 'Kurt. Él era el que quería hacer de aquello algo grande'.

Una vez habiéndose asegurado que Geffen le iba a dar a la banda el control creativo y haber igualado la mayor oferta, se llegó a un acuerdo. Aún siendo algo excelente para una banda indie, el trato solo le reportó 50.000 dólares para cada miembro. Antes de eso, Kurt no había sido capaz ni siquiera de pagarse un apartamento propio y había estado durmiendo en el piso de Grohl.

En primavera, Nirvana grabaron el álbum 'Nevermind'. La portada, como todo aquello conectado con Nirvana, fue idea de Kurt. Había visto una foto de un bebé bajo el agua e hizo un dibujo de un bebé tentado por un billete de dólar enganchado en un anzuelo.

Todos quisimos que 'Smells Like Teen Spirit' fuese el single porque parecía concentrar la esencia de la banda. Una de las primeras ediciones del vídeo mostraba una toma de Kurt mirando directamente a la cámara mientras caminaba hacia ella. El director la quitó porque pensó que era demasiado 'comercial'. Kurt insistió en volver a meter la toma lo que provocó que se retrasara todo un día. Quería que los fans pudiesen mirarle directamente a los ojos.

Finalmente vi a Nirvana en concierto cuando les firmaron para abrir para Dinosaur Jr. Pese a que casi la mayor parte de las canciones que tocó la banda no habían salido aún, Kurt tenía una conexión mística y poderosa con el público. Después de ver como me había ido creciendo el cinismo sobre en qué se había convertido el rock and roll, sentí una ingenua emoción de quinceañero.

De alguna manera, Kurt era capaz de estar en el escenario y entre el público, rockeando para el público y a la vez estar entre él. Fue entonces cuando me di cuenta de que no solo era un artista de rock listo y estrafalario sino un auténtico genio. Me estremecí al pensar lo informalmente que me había tomado la contratación de Nirvana.

A pocos días del 24 de septiembre de 1991, lanzamiento de 'Nevermind', estaba claro que Nirvana no era simplemente otra banda de culto. Los tipos más serios que habían trabajado alegremente en el álbum en una relativa oscuridad estaban a punto de convertirse en estrellas del rock a una velocidad que la industria musical no había experimentado desde los días de 'The Ed Sullivan Show'. Kurt había logrado conectar y entendió que Nirvana, en los primeros días del lanzamiento de 'Nevermind', ya no limitaban su atracción a la prensa punk-rock. Hasta el día que murió, siempre estuvo disponible para los fanzines que habían apoyado a Nirvana cuando era una banda indie pero también se centró también en un público más 'mainstream'.

Llegado a ese punto, Kurt había controlado todo lo que se cocía detrás de los escenarios pero prefería mantenerse alejado de los focos. No sabía siquiera como quería ser llamado, experimentando con deletrear su nombre 'Kurdt' o 'Curt', para finalmente optar por su nombre original. Tras la salida del álbum, Kurt decidió que él sería el portavoz principal de la banda.

Nirvana volvió a tocar en los locales de indie-rock que les nutrieron antes de pasar a los pabellones convencionales. En el Metro de Chicago, el 12 de octubre de 1991, una rubia alta se me presentó como Courtney Love de la banda Hole. Me dijo que había venido para hacer compañía a su amiga Lori Barbero de la banda Babes In Toyland. Lori fue la última chica alt-rock que se enamoró de Grohl. Me cautivó la modestia de Love, aunque pronto me di cuenta de que tenía numerosas personalidades que podía adoptar cuando quería, y aquella fue la última vez que vi a Courtney como alguien desvalido. Tras el concierto la vi sentada en el regazo de Kurt, una imagen cómico siendo ella mucho más grande que él. Pero no había nada cómico en su conexión. Desde aquella noche eran inseparables.

Hasta la noche en que vino Courtney, Kurt nunca había hablado conmigo sobre nada personal. Era (un tipo) temperamental, propenso a la depresión y capaz de transmitir una amarga mordacidad. Kurt podía crear un aura de distancia que me hacía sentir que iba a caminar sobre cáscaras de huevo aún yendo a tratar los temas más rutinarios. Pero la mayoría de veces era dulce y gentil. Rara vez exteriorizaba su mal humor frente gente que le rodeaba. Y cuando las nubes de desesperación se desvanecían, su chispeante sonrisa y su irónico humor iluminaba cualquier habitación.

La presencia de Courtney era una metáfora del fin de una era en la vida de la banda y el comienzo de otra. Muchas veces ella era simplemente una portavoz de lo que Kurt quería pero que no se atrevía a pedir. Pese a que sé que Courtney podía ser difícil e irracional, también era obvio que el apego que Kurt tenía hacia ella no era un capricho pasajero.

El fin de semana de enero de 1992 que Nirvana tocó por primera vez en el 'Saturday Night Live' fue un momento crucial para poner el foco sobre el problema con la heroína que iba a perseguir a Kurt el resto de su vida (se tiñó el pelo de rosa para el programa, que de algún modo le dio una sensación de disolución). Courtney me llamó a casa la mañana en que el programa iba a emitirse y me pidió que le consiguiera a Kurt 5000 dólares para que pudieran hacer 'algunas compras'. Me sentí bastante incómodo al llevarle a ella el paquete con billetes de 100 dólares al hotel. Sin aviso, la oscura nube del exceso con las drogas había entrado en la vida de la banda. Me di de bruces con la barroca fachada de mentiras y los ojos cristalinos y mortecinos que provee el uso de heroína. Decidí hacerles frente tras pasar los siguientes días en Nueva York.

En el backstage del 'Saturday Night Live' me contaron que Kurt se había quedado dormido unas cuantas veces durante una sesión de fotos para el concierto. Pero el dulce y tóxico perfume del 'zeitgeist' opacó todo, al menos de momento. Nirvana tocó decentemente y 'Nevermind' volvió al número uno en las listas; fue por esas fechas en que logró llegar a doble platino. Se le atribuyen unas declaraciones a Johnny Rotten que decían, 'Nirvana ha hecho lo que ni los Pistols ni los Clash han podido hacer nunca. Han llevado el punk a lo alto de las listas'.

Poco después, el 24 de febrero, Kurt y Courtney se casaron en Waikiki, donde habían parado volviendo de Australia y Japón. Fue una boda muy íntima a la que acudieron los otros miembros de la banda y algunos del equipo de gira. En los primeros meses de su matrimonio, Kurt hablaba de Courtney en unos términos corteses, una fantasía del modo en que imaginaba que un esposo debía hablarle a su esposa.

El sentimiento de Kurt sobre su matrimonio se reflejó en la portada que la revista para quinceañeros 'Sassy' le dedicó a él y Courtney. 'En los últimos meses me he comprometido y mi actitud ha cambiado drásticamente,' dijo Kurt. 'No puedo creerme lo mucho más feliz que soy. A veces, me olvido incluso de que estoy en una banda, estoy tan cegado de amor. Sé que suena embarazoso pero es verdad. Ahora mismo podría dejar la banda. No me importa pero tengo un contrato'. Kurt estaba siendo falso. Era más que consciente de que su contrato no le forzaba a estar en la banda o a grabar, únicamente le obligaba a que cualquier disco que quisiese editar debería salir en Geffen Records.

A principios de 1993, Nirvana empezó a trabajar en 'In Utero'. Kurt estaba centrado en buscar el equilibrio entre canciones con energía punk y canciones que pudiesen funcionar en la radio. Cuando terminó 'Heart Shaped Box' me llamó y exaltado me anunció, 'Tengo el primer single'. Mientras componía 'All Apologies' tocaba una y otra vez 'Norwegian Wood' de The Beatles, hora si, hora también. Cuando 'In Utero' estaba listo para ser editado, Geffen se enteró que Wal-Mart no iba a vender el álbum a no ser que se pusiera otra portada porque la original tenía dibujos de fetos. Kurt había diseñado el artwork y daba por hecho que iba a resistir cualquier presión para cambiarla.

Le reaseguré a Kurt que la banda iba a sacar un álbum número uno y que podía agarrarse firmemente a él. Los fans de Nirvana, le aseguré, iban a ser capaces de encontrar el álbum en otros sitios. Kurt, con calma pero con firmeza, me interrumpió y me dijo en su débil mono-tono: 'Por supuesto que quiero nuestros discos en Wal-Mart. Cuando era pequeño, el único sitio donde comprar discos cerca de donde vivía era un Wal-Mart. Una de las razones por las que hago discos es por chavales como yo'. No tuvo problemas en crear una portada alternativa para poder llegar a las tiendas Wal-Mart.

En septiembre, la banda tocó en los MTV Music Awards. Kurt aceptó tocar a regañadientes. 'Estoy haciendo muchas cosas que nunca pensé que haría. Quizá llegue el día en que deba ponerme un esmoquin', dijo con un tono de autoresistimiento que mis objeciones no fueron capaces de borrar. Una de las cosas más dolorosas de la destructividad de Kurt era que se centraba casi por completo en él. Para mi, él era increíblemente gentil y generoso.

Cuando estaba con su hija, Frances, era un padre que se deleitaba con cada gruñido y movimiento que hacía. Pero momentos de satisfacción como esos eran cortos y frecuentemente estaba sin descanso y con problemas por su carrera. Muchas veces se hundía en la depresión y al abuso de las drogas. Sus espantosos dolores estomacales crónicos eran impermeables a los cuidados médicos convencionales, haciendo que el atractivo de los opiaceos, legales e ilegales, mucho más potentes.

El 4 de marzo, Kurt fue hospitalizado en Roma tras una sobredosis de Rohypnol. Luego, en la tercera semana de marzo, Courtney me llamó para preguntarme si querría volar a Seattle para participar en otra mediación. Me dijo que Kurt estaba peor que nunca, en referencia a su uso de la heroína, y que temía por su vida. No tenía manera de saber en ese momento que la mediación habría sido la última vez que le habría visto.»

El libro se publicará el próximo 18 de septiembre.