Dave Lombardo, batería de Slayer, ha hablado con KNAC.com sobre el nuevo disco del grupo, «World Painted Blood«. Lombardo asegura que el disco es «muy punk, muy extremo. Es real. No suena sobre-procesado. Está muy bien construido y es un álbum muy bien montado. Estoy muy emocionado. Hace mucho que no me siento así. Solo puedo compararlo a nuestros primeros discos, 'Reign In Blood', 'South Of Heaven', 'Seasons…', da una sensación de auténtico. Es un disco que se ha montado colectivamente. Cuando teníamos una opinión sobre algo en una canción, quizá algo que debía acortarse o alargarse o añadir esto o aquello, fuese lo que fuese, se oía la opinión de todos y tocábamos (la canción) para ver como quedaba. Así que ha sido un esfuerzo colectivo, de parte de todos, desde el principio con las bases de batería hasta ahora con las voces. No podría estar más contento.»
Está siendo distinto a como se hizo su anterior disco, «Christ Illusion«. «Si, hay otra sensación. (Entonces) las cosas aún me venían de nuevo. Había estado fuera de Slayer durante 10 años. Ellos habían hecho tres discos con Paul (Bostaph). Pienso que 'Christ Illusion' estaba bien pero este disco tiene algo que aquel no tenía. Está bien estructurado. Las melodías son geniales. Probablemente estés pensando, '¿Slayer? ¿Melodías?' Pero echa la vista atrás a 'South Of Heaven' y escucha las melodías que había en aquellas canciones. Incluso en 'Reign In Blood' había mucha melodía, lo que lo hacía tan 'escuchable'. Y eso es lo que tenemos aquí. Hay mucha energía, mucha velocidad pero hay melodía para unirlo todo. Por lo que a mi respecta, diría que es un muy pero que muy buen disco.»
El álbum se ha ido grabando a trozos: antes de ir de gira grabaron algunos temas y al volver otros. «Normalmente ensayamos todo muy bien. Todas las canciones están básicamente hechas, en cuanto estructura está todo ahí. Lo tenemos todo bien pensado. Pero esta vez, hicimos al principio dos o tres canciones, y fue realmente guay, es como si nos preparásemos para las próximas canciones. La emoción estaba ahí porque estábamos tocando e interpretando las canciones y sentaba bien hacerlo. Cuando volvimos de nuestra gira y pasaron las vacaciones, empezamos a ensayar con el productor, Greg Fidelman, que ha hecho un trabajo magnífico. Venía y escuchaba lo que habíamos hecho y lo grabábamos, trasteábamos un poco con ello, por lo que los fundamentos estaban muy trabajados para asegurarnos de que el resto fluía con normalidad. Y yo me emocionaba mucho por todo nuestro entusiasmo y el esfuerzo colectivo que le estábamos poniendo en las canciones. Lo que moló es que nos metimos en el estudio con solo cinco canciones. Así que tuvimo que crear y aprendernos canciones en el estudio y era una atmósfera realmente distinta. Le añadió algo de presión pero sacó lo mejor de nosotros. Nos quitó nuestras defensas pero nos hizo trabajar más. Y creo que eso se nota.«