Duff McKagan, bajista de Velvet Revolver y ex de Guns N Roses, ha hablado con Independent.ie sobre Axl Rose, con quien tantas andanzas compartió.
«Creo que cuando no hablas con los medios, estos empiezan a decir locuras por aquí y allá. Hubo esa historia de la Rolling Stone que le dibujaba como una especie de Howard Hughes y todo el mundo usó eso como base sobre la que escribir sobre Axl. Nada de ello es cierto. No deja de ser un tipo atrapado por las circunstancias. Él era el cantante de aquella banda. Y esa banda se hizo más grande de lo que nadie pudiera imaginar. Y al ser cantante, eres el punto de interés principal, para bien o para mal. Es así y no hay nada que te pueda preparar para ello.»
El bajista recuerda como fueron aquellos años de tremenda fama con Guns N Roses: «Lo de la fama…Recuerdo entrar a un supermercado y que todo el mundo empezara a fliparlo. ¡En un super! El super al que solía ir siempre. Sabes, nada te prepara para ello. Y la gente lidia con ello de forma diferente. Construyes mecanismos defensivos. No puedes ser un tipo normal, especialmente siendo el cantante y pelirrojo. Te reconocen en todos sitios. Así que si, si lo llamas 'reclusivo' – sería una forma de verlo. O si lo quieres lo puedes definir como que se salvó.»
Fueron años de completo desfase: «Si, follábamos y compartíamos agujas. Había un libertinaje total. No solo en nuestro grupo sino en todos lados. Seguramente fueron los últimos tiempos de hedonismo puro. El SIDA lo estropeó todo. La gente iba por ahí sin usar gomas, sin usar agujas limpias. Era todo gratis. No creo que fuese algo de lo que nadie se cansara. De no ser por el SIDA la cosa seguiría como estaba. Es un milagro que Slash siga vivo. Es un milagro que yo esté vivo. O incluso Axl aunque él era probablemente el menos hedonista de nosotros. Siempre se mantenía un poco al margen y evitaba profundizar más en ello.»
Siendo él de Seattle, no deja de ser curioso que fuese la escena musical de aquel lugar la que diera carpetazo de algún modo al 'hair metal'. «De algún modo, no fuimos incluidos en eso. Éramos una banda tan grande que a palabras necias, oídos sordos…¿sabes? Pero el otro aspecto era, 'Dios, podría haberme quedado en Seattle y estar en Soundgarden o Alice In Chains'. No tendría ni que haberme mudado. No tendría ni tan siquiera que haberme convertido en un drogadicto. Por supuesto, uno siempre quiere lo que no tiene. Yo estaba en la banda más grande del planeta en esos momentos. Y eso no estaba nada mal.«