Mirando más allá de las máscaras

Corey Taylor ha hablado con The Vancouver Sun y ha reconocido que no tiene en mente alargar Slipknot hasta límites indignos: cuando vea que no les queda nada que contar, adiós muy buenas.

«Creo que tenemos, al menos, nos queda un álbum crucial por hacer. Después de eso, dios dirá. Me conozco y conozco la mentalidad de muchos dentro de la banda. No queremos llegar al punto en que hagamos álbums como una excusa para salir de gira. Si no hay nada nuevo o no tratamos, al menos, de diversificarnos musicalmente, ¿qué sentido tiene (seguir haciendo música con Slipknot)?»

No deja de ser curioso que fuese Slipknot la banda que pusiera los cimientos de la que es, sin duda, la época más fructífera -comercialmente hablando- de Roadrunner Records: su debut para el sello fue el primer disco de platino (más de un millón de copias vendidas en EEUU) en la historia de la discográfica.

«Muchas bandas han ido creciendo alrededor de eso y por alguna razón no han podido sortear ese montículo. Estábamos en un sello con tantas bandas geniales que no teníamos ninguna expectativa. Una vez llegamos dijimos, 'Salgamos ahí y hagamos lo que sabemos'. Estábamos listos para ser una de esas bandas underground. Cuando el álbum empezó a despegar, nos pilló por sorpresa. Nadie estaba preparado para ello.»

Cuando un grupo aparte de invertir tiempo en la composición musical lo hace en otros aspectos, como su imagen, siempre se gana críticas. «Todo lo nuestro nos lo puso un poco más difícil con mucha gente. Hubo una oleada instantánea de fans pero hubo gente que no nos quiso dar una oportunidad. Vieron los monos y las máscaras y pensaron que éramos una mierda solo aparecer sin siquiera oírnos. Con el paso del tiempo, nuestro mensaje no ha cambiado y nuestra música ha evolucionado y mejorado. Eso ha atraído a mucha gente. Una de las razones por las que seguimos aquí es porque no vendemos nuestros valores por un céntimo. No renunciamos a pensar de modo artístico simplemente para atraer al público (radiofónico)»

Afortunadamente para su salud, los años más locos y violentos han quedado atrás. «Me quedaban arañazos en os ojos y las piernas se cubrían de quemaduras (durante los conciertos de la gira de 'Iowa'). Se me dislocó de mala manera el hombro pero me lo lograron colocar bien. Era una locura. Si no andábamos lesionados, nos lesionábamos entre nosotros. Siempre digo medio en broma que gastábamos más en vendas y tiritas que en lavarnos los monos. No sabes el dolor de espalda que sufríamos y las pomadas (compradas). Tío, nos estábamos jodiendo cosa mala.«