Es muy probable que los nombres de Arthur Shepherd o Joseph Grillo nos os digan gran cosa si no habéis seguido con atención a algunas de las bandas más notables del ‘post-hardcore’ de Nueva York de la última década.
Si en algún momento han circulado por vuestro iPod, disco duro o colección de CDs nombres como Instruction, Errortype: 11 o Garrison, podéis haceros una idea de la capacidad artística y versatilidad que un proyecto musical formado por músicos como A. Shepherd, J. Grillo, John Wilkinson y Drew Thomas.
Quizá podríamos hablar de una especie de ‘superbanda’, y digo quizá, porque cualquiera de estos músicos hubiera merecido una mejor suerte de haber tenido la paciencia suficiente como para llevar a alguno de sus proyectos anteriores a otro nivel, algo que no ha sucedido y por tanto siguen siendo todavía unos grandes desconocidos.
Quizá también de la paciencia que tengan, dependerá en gran medida lo que vaya a suceder con God Fires Man, la banda que debiera de ser un ‘supergrupo’.
Su última referencia discográfica y el trabajo que me ocupa, ‘Life Like’, vio la luz el pasado verano. Se trata de su segundo disco largo y su tercera referencia discográfica si tenemos en cuenta su debut, ‘The Dark EP‘.
En su primer disco largo ‘A Million Balconies Facing The Sun‘ los neoyorquinos ya apuntaron nuevas direcciones musicales y una más que interesante conjunción de influencias y sonidos pero es «Life Like» el trabajo donde definitivamente God Fires Man se muestran como una banda muy compacta y con la capacidad de escribir e interpretar canciones que van mucho más allá de lo que habían sido capaces de ofrecer en el pasado.
A. Shepherd vuelve a destacar como compositor y no solo escribiendo las letras de los temas -un aspecto en el que destaca por su particular oscuridad, no en vano ya lo califican por ahí como «The Crown King Of The Fatalist Chronics» (El rey de las crónicas fatalistas), una frase que bien podría definir lo que A. Shepherd nos narra a través de God Fires Man.
También J. Grillo se destaca especialmente en «Life Like» , ya no solo por su enorme personalidad como guitarrista, si no que incluso se atreve a cantar junto Shepherd, y todo hay que decirlo sin desentonar en absoluto.
Me resulta complicado situar a este disco en un ámbito concreto. Como decía, la versatilidad que han encontrado a la hora de escribir este álbum, introduciendo elementos que discurren desde el ‘shoegaze’ al ‘rock alternativo’ sin olvidar nunca interesantes pinceladas heredadas de su pasado H/C.
Provocan una incesante sensación de energía a lo largo de todo el álbum.
Imagino que algún mérito en el resultado final de este excelente disco habría tenido Alex Newport, un experto productor en poner cierto orden en el caos, y que se mueve como pez en el agua con todo tipo de bandas ruidosas.
Fue uno de mis discos favoritos del pasado año y es muy probable que se convierta en una de vuestras principales opciones de reproducción a nada que le deis una oportunidad.
Ojalá Shepherd y Grillo tengan la paciencia suficiente para seguir incendiando nuestros oídos por un largo periodo de tiempo a través de God Fires Man porque este proyecto tiene madera para entregarnos unos cuantos discos memorables en el futuro.