Después de escuchar varias veces Vorágine Aborigen no puedo si no hacerme una pregunta: ¿Acaso no somos excesivamente exigentes con las bandas de rock españolas o nacionales?
A la hora de valorar un disco resulta inevitable buscar las conexiones, influencias y parecidos con otras bandas, géneros o sonidos. Muchas veces este tipo de comparaciones juegan en contra del resultado de un disco. Así que me propuse aislar este tipo de recurrentes comparativas para dejarme llevar por las emociones que un disco como Vorágine Aborigen puede provocar. Algo así como intentar ver un vaso de agua medio lleno en vez de medio vacío.
Aquellos que prefieran ver el vaso medio vacío, argumentarán que Porcelina proponen un disco en el que resulta muy obvio encontrar sus influencias; citarán a Alice In Chains, Stone Temple Pilots o incluso Pearl Jam como la bandas sin las que seguramente este disco no existiría. Incluso los más avispados podrían decir que suenan como ya lo hicieron años atrás otras bandas españolas como Tribu X o El Fantástico Hombre Bala.
Sencillamente le harán un flaco favor a Vorágine Aborigen.
Por otro lado, quienes prefieran ver ese mismo vaso medio lleno, citarán la semejanza del sonido de Porcelina como una acertada revisión del mejor rock (alternativo) de los 90. Porque, en definitiva, esto es lo que propone la banda sevillana.
Desde que iniciaran su actividad como banda 8 años atrás, han trabajado duro. Han grabado 2 demos y se han presentado a cuantos eventos y concursos han podido para seguir adelante. Durante estos años han compuesto, tocado y revisado los 10 temas de Vorágine Aborigen una y mil veces. Así que el resultado de este álbum, es algo así como el resumen de varios años de buen trabajo.
Un trabajo, un disco, creado por unos músicos que han sabido entender y entrelazar la influencia de esas bandas que antes mencionaba.
Uno de los aspectos que se debe destacar de Vorágine Aborigen son las letras y no solo por su profundidad sino también por su excelente elaboración y por el nada sencillo ejercicio de dignidad que supone enfrentarlas en castellano.
Otros aspectos destacables del disco, y aquí es donde a una banda hay que exigirle son la ejecución, mucho más que notable. La calidad de las composiciones y la capacidad del grupo para moverse sin cisuras por todos los ángulos que un disco como este debe tener. Si en los temas más contundentes mantienen la intensidad con maestría, en las canciones con vocación de medio tiempo manejan con acierto la cadencia adecuada como bien muestran en “La Madriguera” o la magnífica “Yugoslavia”.
Definitivamente no sé que más se le puede o debe pedir a una banda de rock alternativa en España. Al fin y al cabo por muy ‘refritas’ que puedan resultar sus referencias o el género en el que se mueven, tampoco es que haya tantas opciones en el mercado nacional.
Como decía, con respecto a Porcelina yo soy uno de los que prefiere ver el vaso medio lleno. Y a nada que te sumerjas en su disco libre de comparaciones y prejuicios seguramente seras un convencido más de que este vaso está mucho más lleno que vacío.