El batería de Foo Fighters, Taylor Hawkins, ha hablado con Chartattack acerca del nuevo disco de Taylor Hawkins And The Coattail Riders, su proyecto paralelo.
«Me da igual que el disco termine sonando como si estuviera manteniendo sexo con mi colección de discos,» declara divertido, en referencia a las notables influencias que se aprecian en el segundo álbum del grupo, «Red Light Fever«. «Sé que no estoy reinventando la rueda pero espero que coja cosas que quiero y le añada mi personalidad. Se supone que debe ser divertido – es un trabajo de amor.»
El álbum se grabó en el estudio de Dave Grohl y la diferencia ha sido importante en comparación con el primer disco. «Cuando hicimos el primer disco, lo hicimos en un pequeño cuarto con un Pro Tools. Teníamos muy poco por lo que solo tenía un número limitado de canciones – y la verdad, ni siquiera sabía si estaba haciendo el disco. En cambio, el estudio de los Foo Fighters es uno de los mejores de Los Angeles. He podido hacer lo que he querido pero lo he enfocado al estilo de la vieja escuela. Mucha gente que graba con ordenadores está tentada a hacer que todo quede perfecto. No encendimos el auto-tune. Usamos el estudio como un lugar de grabación y todo está un poco desafinado – justo como debería ser.»
El álbum no es el único disco en el que trabajará este año el batería: Foo Fighters se meterán en el estudio con Butch Vig (Nirvana, Garbage) a grabar nuevo material. «Ya hemos empezado haciendo partes y trozos. Dave tiene un montón de ideas y grandes riffs. Hemos empezado haciendo demos y creo que va a ser un disco de rock. Esa es la sensación hasta ahora pero las cosas pueden cambiar. Pero nos sentimos como, 'Hagamos un disco de 11 canciones, 40 minutos, de rock directo'. Quizá me coma esas palabras dentro de un año pero ese es el rollo (que hay).«