Noisecreep ha hablado con Bruce Dickinson, frontman de Iron Maiden, sobre el éxito que su banda sigue teniendo en América del Norte sin prácticamente publicidad.
«Todo vendido en Vancouver; todo vendido en Toronto; Edmonton todo vendido. Metimos a 10 ó 11 mil en Winnipeg. Metimos a ocho mil en Saskatoon.»
A ello ayuda su política de precios, para todos los bolsillos. «No, no hacemos lo de 250 dólares. Pero eso es mierda. Todo eso son los grupos que tienen, entre comillas, 'herencia'. Es el nombre que han convertido en marca.
Básicamente, vas a ver a un montón de bandas que llevan por ahí un tiempo haciendo la misma vieja mierda. Salen de la carpintería tras 10 años, 'Mmm, veamos. Vas a dejarte un ojo de la cara para ver la misma mierda así que vamos a violarte por 200 euros la entrada'. Y eso lo que me dice es, 'No vamos a hacer esto de nuevo o al menos, no pronto' o 'Si estás lo suficientemente loco para pagar este dinero y agotar las entradas, bueno, quizá volvamos el año que viene y veremos si funciona'.»
Dickinson explica que un concierto de su banda no es para todos los públicos: «Un concierto de Iron Maiden no debería ser una experiencia burguesa como ir a ver a The Eagles con perritos calientes de 50 dólares y trajeas y toda esa clase de mierdas. Debería ser lo más sucio, apestoso y sudoroso posible. Y si no te gusta la mierda sucia, apestosa y sudorosa, fuera de aquí.«