Ian Astbury, vocalista de The Cult, ha hablado con CraveOnline sobre la colaboración que ha llevado a cabo con los japoneses Boris.
«Ha llevado su tiempo, diría que dos años. Vi a Boris tocar hará como cinco años en el Knitting Factory de Nueva York y verles tocar fue una experiencia profunda. Traté de lograr que tocaran con The Cult, no dejé de mandar e-mails a su manager pero nuestras agendas nunca coincidían. Al final, siendo como soy un gran fan de Sunn O))) conseguí reunirme con Stephen (O'Malley) y Greg (Anderson) en un concierto y ellos lograron facilitarme conocerlos más rápidamente. La colaboración fue algo que Boris instigaron sabiendo que yo era un gran fan suyo y de su música. Me mandaron diez piezas musicales y vieron cuando me iría mejor venir y hacer las partes de voz. Tuve mucho tiempo para vivir con la música y familiarizarme así que escogí tres piezas que me gustaron y fui a Tokyo a hacer las voces.»
Del grupo japonés cuenta que «me impresionó el compromiso de lo que hacen y la totalidad de su música. No hay chistes jocosos ni 'choca esos cinco' o 'rock 'n' roll' (mientras adopta un tono agudo), nada de eso. Todo es negocio, muy serio, son bellas artes y Shakespeare en mente. Muchas capas, muchas texturas, las actuaciones son increíblemente comprometidas. Cada nota que tocan, cada ruido que hacen son muy serias.»
Sobre la relación que pudiera existir entre el frontman de The Cult y una banda como la japonesa, expone que «debes entender que cuando era niño me gustaba Joy Division y Public Image, así que siempre he tenido interés por la vanguardia. La clase de persona que tiene esta clase de voz con la que nací, con esta voz que tengo en el pecho iba a actuar. A medida que envejecía quería probar cosas nuevas así que hice discos en solitario, trabajé con Trent Reznor, UNKLE y The Doors, así que me dirigía a esa dirección. Trabajar con artistas más serios. No quiero decir que The Cult no sea serio en lo que hacemos pero The Cult gira alrededor de la guitarra de Billy Duffy, es el músico principal, así que estoy restringido a eso. No es tan experimental como me gustaría que fuese o como lo fuesen The Doors con los que trabajé y que tienen una larga historia de experimentación y, de muchas formas, son las raíces de mucho rock experimental y psicodélico y en cuanto a tonos, texturas, profundidad e invención. Es, simplemente, un deseo de colaborar con otros artistas que son serios con lo que hacen.»
Respecto al futuro de The Cult dice que «salen cosas nuevas en septiembre. Para mi The Cult será siempre como esos niños que tuve hace mucho tiempo. Especialmente el álbum 'Love' o 'Sonic Temple' o 'Electric', son discos muy queridos por mi, el legado que mantendré. No quiero ver como se pudren en una cuneta, quiero que se mantengan vivos. Nos estamos haciendo más prolíficos en cuanto a componer. Recientemente hemos empezado a trabajar con Chris Goss y tenerle a él ahí ha hecho ir a la banda hacia donde veo que tiene que ir más que no el rollo de rock de estadios, que era algo más gracioso o semi-curioso. Aquello era el momento y sitio en el que había que estar y lo abrazamos y viajamos con ellos. Luego se convirtió en algo más introspectivo y autodestructivo y oscuro. Ahora estamos en un sitio donde hay un equilibrio entre los dos. Creo que la experiencia con The Doors me ayudó a meterme en el estudio con Boris. Fue una educación de universidad. Ray (Manzarek) es imperdonable como supervisor. Ray llevó el barco de la misma forma en que Atsuo es la fuerza detrás de Boris. Con ello no quiero decir que Takeshi y Wata no contribuyan pero Atsuo es el auténtico visionario. También es un cabrón gracioso.«