Cuentan en el Dagbladet noruego que un médico de una clínica abandonó su puesto de trabajo el pasado miércoles para asistir al concierto que Iron Maiden dio en Bergen.
El médico, que era uno de los dos médicos de servicio esa noche, comentó al Bergens Tidende que había tratado de cambiarle el turno con otro colega antes de ir al concierto pero sin fortuna. Además, afirmó que veía que había poco movimiento esa noche por lo que decidió que podía hacer lo que hizo.
Por el momento, la dirección del hospital ha decidido suspenderle de sus funciones hasta que se aclara el asunto.