Chester Bennington, vocalista de Linkin Park, ha reconocido a Billboard que el día después de la publicación de «A Thousand Suns«, su último disco, curioseó en iTunes para ver qué opinión tenía la gente del disco.
«Esta vez es como, o les encanta y son cinco estrellas del tirón o lo odian tanto que…Si pudieran nos lo tirarían a la cara. Y creo que eso es genial.»
Según su compañero de tareas, el otro vocalista, Mike Shinoda este disco «exige más atención de la gente; es más una experiencia de 48 minutos que no una simple colección de singles.» Añade Bennington que «hemos tratado de hacer un álbum que te hiciera salirte un poco de tu cabeza…Y queríamos que la gente hiciera este viaje. Es una especie de droga musical.»
Si ya con «Minutes To Minight» se desmarcaron del sonido de sus dos primeros discos, el nuevo trabajo les ha alejado aún más de su sonido primigenio de lo cual tiene mucha culpa la aplicación para el iPhone «Linkin Park Revenge». El productor Rick Rubin explica que «era interesante el modo en que surgió porque originalmente no sabían que estaban empezando el álbum…Pero simplemente tomó vida propia. Luego hablamos de que quizá si esta música que haces te apasiona, quizá es donde deberías dirigirte. De algún modo llegaron al final de la ola del movimiento rap-rock…Y cuando, de algún modo el mundo de la música alternativa cambió de esa clase de música, estaban en un lugar peligroso. Podrían haber continuado haciendo aquella música, con la cual tuvieron mucho éxito pero…Creo que hubiera sido una partida muy corta.»
Tiene claro Bennington que es imposible contentar a todos los fans. «Como artistas (hacer música) es un esfuerzo completamente egoísta. Hacemos música para nosotros, que nos gusta a nosotros. No hacemos música para otra gente…No pensamos, 'Hagamos una diagrama de todos nuestros fans para ver cuanta gente encaja en esta categoría y entonces hagamos el álbum perfecto para ella'. Eso sería absolutamente ridículo. Nos gusta ponernos en la línea de fuego, por así decirlo y arriesgarnos con la música que hacemos y cada vez estamos más cómodos haciéndolo.»
En tiempos como estos, donde un álbum es cada vez menos valorado en favor de los singles, cuenta el bajista Phoenix como «siento que la música que hay hoy en día por ahí en el 'mainstream', en su mayoría, hay mucho dulce. Está bien para un sabor corto, está bien para una pequeña explosión pero luego no hay sustancia, y no puedes comer mucho porque si no te dolerá el estómago.» Añade Shinoda que «quiero algo que tenga sustancia – algo de sustancia. (Pero) estamos encontrándonos a muchos fans a quienes cuesta pillarlo.»
Rubin concluye asegurando que «le he puesto (el disco) a alguna gente a la que no le gusta o nunca le ha gustado Linkin Park, y les ha encantado. Le va a llevar un minuto a la gente que le gusta saber que le va a gustar. Serán los fans de mente abierta que de algún modo han crecido con la banda.«