No sabemos si será el clima, la alimentación o algo más profundo como el ambiente social pero Manchester ha sido la cuna de dos de las bandas más importantes de lo que la prensa ha adjetivado como ‘neo progressive’: Oceansize y Amplifier.
Los segundos nos han obsequiado con dos auténticas joyas discográficas (un primer disco reeditado hasta en dos ocasiones vía dos sellos distintos con el que sorprendían a todo el mundo y un segundo donde, lejos de perder comba, mantenían el tremendo nivel mostrado en su debut) que les situaban en el mapa musical mundial con todo merecimiento.
La música del trío de Manchester integrado por Sel Balamir (voz y guitarra), Neil Mahony (bajo) y Matt Brobin (batería), tiene reminiscencias setenteras pero sin abusar (ecos de Led Zeppelin, Black Sabbath o incluso Pink Floyd se oyen en sus composiciones), tonos de la música alternativa de los noventa sin sonar gastados (Soundgarden sería quizá su mayor influencia de esa década), todo ello pasado por un tamiz de rock espacial que tiene como resultado final algo original y nunca antes escuchado.
Sin embargo, pese a la genialidad de su música, la banda se topó con un duro muro: las discográficas. Ninguna de sus experiencias con el “otro” lado de la música, el empresarial fue satisfactoria. Cuando no cerraba un sello, veían como no recibían el apoyo merecido de parte de otro.
Ante ese panorama, el trío optó por liarse la manta a la cabeza y lejos de tirar la toalla, siguió adelante por su cuenta y riesgo: sin el apoyo económico de un sello pero también sin las injerencias que trae consigo estar bajo contrato discográfico.
Su objetivo: grabar su obra magna, “The Octopus”. Pero claro, para hacerlo necesitaban fondos porque la empresa era harto ambiciosa. ¿Solución? Básicamente dos: primero, poner a la venta camisetas con el artwork de “The Octopus” y editar un EP de temas inéditos, “Eternity”.
Logrado el objetivo, se pusieron manos a la obra con un álbum que va más allá de una simple obra musical: aparte de un tremendo disco, hay un cómic, vídeos y todo un proyecto promocional donde los fans tienen en sus manos lograr que Amplifier y su pulpo logre desplegar sus tentáculos lo más lejos posible.
Como merecen todo el éxito del mundo, desde pA hemos tenido la ocasión de hablar con su frontman, Sel Balamir quien amablemente ha respondido a las preguntas que le planteamos al respecto de “The Octopus”, que se editará oficialmente el día 31 de enero.
pA: ¿Habéis comido pulpo alguna vez? En España tenemos una famosa receta, “pulpo a la gallega”, que si os gusta el pulpo no deberíais perderos.
Sel Balamir: En el pasado si pero ahora no comería pulpo; he aprendido que está mal. Son animales muy bonitos e inteligentes.
pA: ¿Pensáis en ‘amplificar’ vuestra base de fans con “The Octopus”?
SB: Si – Amplis hasta el infinito.
pA: ¿Qué ha sido lo más cansado de hacer un proyecto de la magnitud de “The Octopus”? ¿Os habría gustado tener ocho brazos para hacer el trabajo? (risas)
SB: Eso habría estado genial – creo que podríamos haber tocado cuatro instrumentos cada uno – ¡así que eso sería, de nuevo, más trabajo!
pA: ¿Donde y como salió toda la idea o el concepto detrás de “The Octopus”? Has llegado a contar que nació en una libreta… ¿Como nació el ‘artwork’?
SB: Bueno, el concepto de ‘The Octopus’ es muy grande y nebuloso – como una nube – simplemente se formó lentamente y acabó siendo lo que es. Lo escribí todo en una libreta durante mucho tiempo. El ‘artwork’ vino después de eso…
pA: ¿Fue el porno japonés una inspiración para el título? (risas) No, en serio, ¿podemos interpretar que el pulpo es como un sello discográfico de modo que quieren agarrarse a algo y no dejarlo ir? Bueno, quizá una sanguijuela se ajuste más a los sellos discográficos…
SB: El porno japonés es siempre una inspiración para el mejor arte. No me gustan los sellos discográficos así que sanguijuela es perfecto.
pA: Entendemos que habéis financiado todo vosotros pero, ¿de donde habéis sacado el dinero para hacer un proyecto tan grande? Presumimos que habréis tenido momentos más complicados pero, ¿llegó el momento en que pensásteis, ‘Quizá debamos hacer otra cosa e intentar hacer algo menos ambicioso y retomar en otro momento este proyecto’? ¿Temisteis un efecto ‘Chinese Democracy’?
SB: Para ser sincero no hemos financiado el proyecto nosotros: fue la gente que compró nuestras camisetas y CDs y que vino a vernos en nuestras pequeñas giras. Ellos son los que han financiado esto en realidad. Nosotros simplemente hemos gastado ese dinero de un modo productivo. La verdad es que no hubieron momentos de bajón. Hubo demasiado ajetreo todo el rato como para pensar en la enormidad de todo ello. Se convirtió en algo inmenso. No era la intención.
pA: ¿Consideráis que una banda puede sobrevivir solo con internet o hay la necesidad de tener otros modos de promocionar una banda como la tele o la radio? ¿Como veis internet como instrumento para las bandas? ¿Qué pensáis de las descargas de mp3s, la piratería y esas cosas?
SB: Internet es básicamente la base de la banda. Otras cosas como la TV terrestre, la radio y las revistas son secundarias pero da más prestigio. Si una banda quiere ir sola debe aprender como manejar sus asuntos del mismo modo en que tocan sus instrumentos. Necesitas muchas habilidades diferentes – no solo musicales. Para ser sincero: no necesitas bajarte el torrent para oírlo y decidir si te gusta – hay muchos sitios que ya existen donde puedes oír la música y oírla gratis – de los proveedores del servicios o de los propios artistas. No es una excusa. Cuando los torrents de ‘The Octopus’ empezaron a aparecer en la red, mató las ventas del disco. Es tan simple como eso. No tenemos un presupuesto en el que apoyarnos. Nuestro presupuesto se crea directamente por la gente que compra ‘The Octopus’. Si no hay ventas – no hay más discos, giras, camisetas, banda, reediciones, nada de nada. Eso es un hecho. Si hay una sola cosa que puede estrangular a ‘The Octopus’ será eso. La gente piensa que el torrent significa un incremento de ventas a largo plazo. Eso no es verdad – Cientos de miles de personas tienen nuestros otros álbums. Quizá una persona de 500 sienta que deba contribuir a la banda. Para el resto, nuestra música simplemente se convierte en otra capa en el ruido de fondo de sus vidas y siguen adelante ignorantes del hecho de que gente real hizo esa música que ellos consumen y les da placer. Gente de verdad hizo esa cosa imposible que tu disfrutas. Esa gente le ha inyectado su vida y energía. Debería ser recompensada por eso. No lo olvides – de otro modo el mundo se convertiría en un sitio gris y oscuro.
pA: ¿Y qué hay de la prensa? ¿Habéis notado diferencias de trato? Es decir, ¿estáis recibiendo más peticiones ahora con la existencia de más webs, blogs, …? ¿Hay futuro para la prensa escrita?
SB: Siempre habrá prensa escrita – tendrá que subir su calidad y convertirse en algo más intelectual y centrado en el consumidor más mayor. La prensa roñosa, de usar y tirar para adolescentes desaparecerá porque la gente joven consumirá todo su material online.
pA: ¿Qué hay de la relación con los fans? ¿Como lo has visto cambiar en todos estos años?
SB: Si, conozco A MUCHOS de nuestros fans por su nombre, su dirección, su e-mail e incluso a veces, cara a cara. Sé cosas de ellos y cuales son sus intereses. Creo que eso mola muchísimo. Tengo la sensación de estar en una extraña gran familia. Probablemente no sea algo para todo el mundo pero a mi me gusta.
pA: Otra pregunta sobre internet y la música, ¿qué pensáis de Spotify? ¿Creéis que quizá eso sea el futuro de la música?
SB: No creo que Spotify vaya a sobrevivir con su sistema de suscripción contra el de publicidad. Puedes conseguir tener la misma música en Lastfm sin publicidad de ningún tipo. No puedes competir con eso. También creo que es demasiado complicado de usar.
pA: Hace unas semanas hablamos con Mike Vennart de Oceansize y nos comentó que lo mejor de tener un sello discográfico es que es la única manera en que hagan algo y no se pierdan en el proceso; el sello les pone presión para publicar algo por lo que llega el momento en que tienen que ponerse a trabajar en serio y sacar algo. ¿Echáis vosotros algo de menos de estar en un sello? Aparte del dinero, claro…
SB: No echamos nada de menos. Seamos claros: por nuestra experiencia, un sello invierte en él mismo, no en la banda. Me da igual quien sea o lo guay que parezcan. No necesitamos un sello para ponernos presión. Esa es precisamente la razón por la que dejamos eso atrás. Queremos hacer cosas como las queremos hacer. No como otro quiere que las hagamos.
pA: ¿Hacia donde creéis que va la industria? ¿Creéis que en 10 años seguirán existiendo los sellos? Hoy en día solo los pequeños sellos independientes parece estar haciendo cosas para pensar más allá de los beneficios económicos…
SB: La actual función de los sellos ha terminado – se convertirán en una industria de servicios para las bandas a medida que más y más bandas decidirán ir por su cuenta. ¿Como podrían competir? Un sello necesita cosas que vender a los fans. Una banda que atraiga fans no necesita sello, puede comunicarse directamente con sus fans. Yo preferiría hablar directamente con la gente a la que importa mi música que con algún intermediario de medio pelo. Eso es sentido común. El hecho es que los sellos pagan unos royalties tan bajos que han llevado a las bandas a encontrar una nueva manera de sobrevivir. Venderemos menos discos pero haremos más dinero haciendo las cosas así. No solo eso: cada penique que hagamos, lo podemos reinvertir en la banda. No se desviará de la banda para pagar a otras bandas o a otros gastos como oficinas o sueldos de personal. No tiene sentido alguno tener un sello – a no ser que quieras contratarlos por sus servicios de publicidad o por manejar grandes volúmenes de ventas. Por eso se convertirán en una industria de servicios. Trabajarán para mi y para ti – no al revés. Bien.
pA: ¿Habéis pensado en hacer algo visual, más allá del libro? ¿Vídeos o así?
SB: Sip, estamos haciendo cosas.
pA: ¿Cual es el lugar más extraño del que os han pedido “The Octopus”?
SB: Vendemos álbums en Malasia e Indonesia y también en Nepal. Vía Payal.
pA: Si tuvieras que escoger solo una canción para presentar el álbum, ¿cual elegirías? ¿Recuerdas la primera canción que compusisteis?
SB: Empieza por ‘The Wave’. Es un buen lugar por el que empezar. Si no te gusta, no te molestes en escuchar el resto. Si te gusta: este álbum es para ti. No recuerdo qué canción salió primero – simplemente empezaron a existir. La letra y la música suele salir a la vez. Esta es la mejor manera.
pA: ¿Recuerdas como empezó todo con Amplifier? ¿Recuerdas la primera canción que compusiste?
SB: No, fue hace años – ya casi tengo 40 años. Me gustan algunas de las canciones que compuse en mi adolescencia. Eran mucho más simples. A veces echo la vista atrás y las analizo para extraer cosas de ellas.
pA: ¿Recuerdas el primer instrumento que tuviste? ¿Quien fue la persona que te hizo querer empezar a tocar?
SB: Tocaba la flauta cuando tenía 5 años. Como muchos niños. Mi profesora de música me parecía genial. Llevaba pantalones a rayas y tenía pelo encrespado. Eran los setenta.
pA: Supongo que hay muchas de los 90 que os gustan; ¿qué opinión os merece todo el retorno de tantas bandas de esa década como Soundgarden, Rage Against The Machine, Faith No More, etc.?
SB: No lo sé – ¿no sé porqué no (deberían hacerlo)? Si lo hacen por dinero siempre es una mierda el 100% de las veces. Si lo hacen por amor -entonces es diferente- pero no se me ocurren muchos ejemplos de eso.
pA: Sabiendo que eres un gran fan de Soundgarden y de Chris Cornell, ¿qué te pareció su último disco en solitario en el que colaboró Timbaland?
SB: Evité ese disco así que no lo sé. De cualquier manera, sobre el papel no se ve bien…
pA: Bueno, Sel, muchas gracias por atendernos y esperamos que obtengáis todo el éxito que merecéis.