Hambruna musical

AltPress publica un interesante artículo que muestra las penurias económicas por las que pasan muchas bandas, algunas de las cuales uno pensaría que se encontraba en una situación algo más desahogada.

El frontman de Thursday, Geoff Rickly, admite que sus ingresos del pasado año fueron menos de 10.000 dólares y que para cubrir gastos estuvo trabajando como dependiente en Brooklyn. Al vivir en Nueva York ha tenido la suerte de no necesitar coche. «Vi una vez en la red algo que decía, 'Oh esos tíos pijos de Thursday pasan de todo, van en sus coches pijos y viven en sus grandes mansiones'. Me pareció tan gracioso. En nuestro año más exitoso, cuando salíamos en la radio y la tele, saqué mucho menos de lo que alguien saca trabajando en una oficina. Es un extraño malentendido. Pero recuerdo, cuando era niño, vi a Snapcase; y era la banda de hardcore más grande que había visto hasta entonces. Tenían a cientos de chavales subiéndose al escenario, todo el mundo les compraba camisetas y pensé, '¡Estos tíos tienen que estar forrados!' Ahora pienso en eso y es realmente gracioso.»

El bajista de Haste The Day, banda que colgará los instrumentos en unos meses, cuenta los difíciles comienzos de la banda. «Nuestro primer año de gira o así tocamos en locales ante cinco chavales,» rememora Mike Murphy. «Hicimos un concierto frente a nadie, literalmente. Solíamos coger el dinero de la banda y comprábamos mantequilla de cacahuete y mermelada. Sobrevivimos mucho tiempo a base de fideos ramen. Comprabas un bote de ramen, ibas a una gasolinera, pillábamos agua caliente de la cafetera y la metíamos en un bote de poliestireno. A veces te cobraban 89 céntimos por el bote. Eso era mucho por entonces pero intentas que no te lo cobren por lo que te traes tu propio bote. Es difícil que te paguen cuando nadie viene a tu concierto siendo una banda que empieza. Pero tuvimos suerte y apoyo más adelante.»

El frontman de The Swellers, Nick Diener cuenta que la banda a veces durmió «en un estante escondido en un Walmart 24 horas simplemente para evitar tener que pagar un hotel.» Su compañero de banda, cuenta los menús de gira: «En nuestros primeros años de gira, comía dos veces al día en un Taco Bell y gastaba solo un dolar en un burrito de frijoles y luego trataba de aguantar el resto del día a base de barritas energéticas. Íbamos a sitios como Cici's Pizza Buffet y comíamos 10 platos por 5 dólares porque pensábamos que estaba bien.»

El caso es que las bandas no lo tienen fácil para lograr vender sus discos en sus conciertos a precio decente ya que, de comprarlos en una tienda, los beneficios que ven son nulos. Si un CD vale 10, el 50% va para la tienda y el resto al sello que, normalmente, se quedará prácticamente todo para poder compensar el coste que tuvo la grabación del álbum. Cuando una banda vende sus discos en los conciertos se los han comprado al sello.»Incluso cuesta vender CDs en los conciertos porque le cuesta mucho a una banda conseguirlos comprar al por mayor,» explica el guitarrista de This Is Hell, Rick Jimenez. «Durante un tiempo, era normal ver CDs a 5 dólares en las mesas de merchandising pero la mayoría de sellos les piden tanto a las bandas, casi tanto como eso, simplemente para venderlos.»

Luego, otra fuente de ingresos que parecía importante, tampoco lo es tanto. Cuenta Rickly que «por alguna razón esa es la parte de la industria sobre la que las bandas controlan mayor parte.» Pero también aclara que de los 15 dólares que puede costar una camiseta, la banda acaba llevándose 4 ó 5 dólares. La sala en la que tocan se lleva un 20%, hacer una camiseta vale entre3 y 4 dólares y la compañía de merchandising del grupo se lleva otro 20%. Pero aún así, indica que «puedo decir sin duda alguna que si quieres meter dinero en el bolsillo de una banda, compra una camiseta (en un concierto).»

Y es que salir de gira no es todo diversión y juegos. Los costes que comporta son muchos: agentes de gira, managers, abogados, contables, alquilar una furgoneta, alquilar un trailer, gasolina, habitaciones de hotel… A ello además hay que sumar impuestos y tasas que las bandas deben pagar en casi cada estado de EEUU. El frontman de Thursday afirma que casi el 50% de lo que sacan en una gira se destina a pagar tasas en cada uno de los lugares en los que tocan. Aunque no se queja ya que entiende que lo que pagan sirven para que las carreteras por las que circulan estén en condiciones y para que luego, en las ciudades que toquen, puedan contar con la ayuda de la policía y los bomberos si hiciera falta.

Concluyendo, Rickly tiene claro que eso de llamar «vendida» a una banda le parece una hipocresía. «Si puedes poner tu música en una anuncio de coches, ponla en el anuncio de coches. Tengo tantos amigos en bandas de punk underground que nunca, nunca, hacen anuncios. (Esas bandas) son vistas como el Santo Grial de las bandas que nunca se venden – y mientras, su trabajo diario es el de componer jingles para anuncios. Es lo mismo. La gente puede llamarnos vendidos todas las veces que quiera. La verdad es que me gustaría 'venderme' más. Tendría más tiempo libre para componer música.»

Precisamente, en otro artículo relacionado que nos hace llegar Boa, la edición española de la web de la Rolling Stone, ofrece interesantes datos -extraídos a su vez de Information Is Beautiful– sobre la cantidad de ventas que tiene que alcanzar una banda para lograr recaudar 1000 euros:

– CD autofabricados y autodistribuidos
El artista ingresa: 8 euros por disco (si su precio de venta es de 9 euros). Debe vender (nunca con gastos de distribución): 125 discos al mes.

– CD con sello discográfico
El artista ingresa (dependiendo de los contratos): 1 euro por disco. Debe vender: 1.000 discos al mes.

– Álbum íntegro en iTunes
El artista ingresa: 0,95 euros por álbum (partiendo de un precio de venta de 9,99 €). Debe vender: 1.052 álbumes al mes.

– Canciones en iTunes
El artista ingresa: 0,09 euros por canción (el precio de venta suele ser de 0,99 €). Debe vender: 11.111 canciones al mes.

– Escuchas en Spotify
El artista ingresa: 0,00029 euros por canción escuchada. Debe vender: la escucha de 3.448.275 canciones al mes.