El Jerusalem Post ha charlado con David Draiman, vocalista de Disturbed, sobre sus raíces judías.
«Vine a Israel muchas veces de niño con mi familia. Creo que la primera vez (que vine) tenía 6 años. Solía venir de campamento de verano un par de veces en mi niñez y pasé el año después del instituto estudiando en una Yeshivá de Neve Zion. Era uno de esos chicos que solías ver metido en líos o saliendo por ahí en el Kikar Zion de Jerusalén.
De adolescente atendí a cinco escuelas judías diferentes. Es decir, ¡fui entrenado como un chazan! Solía hacer servicios de Yamim Noraim algunos años en Chicago. Si me lo refrescara un poco aún podría hacerlo pero no creo que hoy día fuese yo un demasiado buen representante ante Dios. Mi primer año de instituto fue en el WITS, el Instituto de Estudios de Torá de Wisconsin, en Milwaukee. Y me invitaron a irme tras mi primer año. No era por mis notas – siempre pasaron el corte, me gradué con un promedio de 3,75 y saqué poco menos de 1400 en mi examen de aptitud escolar. Las notas nunca fueron un problema. El problema fue la supresión de la normalidad. No podía digerir los rigurosos requisitos religiosos de la vida. Simplemente quería ser un adolescente normal y ahí estaba yo, en una Yeshivá. En un ambiente donde no se te permite ver la televisión, no puedes leer revistas o ir al cine, no puedes fraternizar con el sexo opuesto, tienes que ir en uniforme todos los días del tzitzit, todos los botones abrochados, los pantalones de vestir, los zapatos, asegurarte que ni siquiera lleves un kippa sruga, era sofocante. ¿Qué terminé haciendo? Montaba citas para mis amigos con chicas que conocía, desafiando a la escuela. Así que me convertí en el chulo de la escuela aún no produciéndose eso. O fumaba algo de hierba aquí y allá, mis colegas se flipaban así que yo era el camello del campus pese a no ser eso lo que hacía. Simplemente me rebelé contra el conformismo – las arcadas funcionaron. Cuando me mandaron a Los Angeles la cosa no mejoró – fue más fácil salirme con la mía porque no estaba en un dormitorio y viviendo en casa del rabino. Desafortunadamente durante la limpieza de Pessah, el rabino buscando jametz en los cajones encontró una caja de condones medio vacía y una bolsa de hierba medio vacía, y ese fue mi final en la casa del rabino. Terminé graduándome del instituto del Ida Crown Jewish Academy de Chicago, que era el instituto al que quería ir desde el principio.»
Draiman cuenta una anécdota relacionada con sus orígenes: «Tengo una historia verdadera que ocurrió en la infancia de la banda cuando estábamos tocando en clubs del Southside de Chicago. Uno de los tipos que venía a vernos era un 'skinhead', tenía un tatuaje de una esvástica, con todo completo. Tras convertirse en un fan acérrimo, la banda estaba un día sentada tomando unos tragos tras un concierto y empezó a soltar cosas sobre negros y judíos, y le interrumpí diciendo, 'Tío, no sé si te das cuenta de que soy judío'. Y me respondió, '¡Eres judío! Esto me cambia totalmente la idea que tenía de lo que se supone que es un judío'. Y poco después de eso, se quitó la esvástica y denunció la cultura 'skinhead'. Siempre me he sentido muy orgulloso de mi origen y de donde vengo y lo he defendido hasta el extremo de hacer correr sangre. De hecho, la mayoría de peleas que he tenido en mi vida -y han sido muchas- han sido porque defendía o a mi familia o mi fe. Y no me disculpo por ello. Aún hay antisemitismo en todos lados y, desafortunadamente, lo que pasó con nuestra gente, que nuestra gente no sean los desvalidos de la región, la percepción de Israel de la gente ha cambiado de forma dramática. Me encuentro cada vez más defendiéndonos y continuare haciéndolo. Escribí una canción de nuestro último disco, 'Asylum', titulada 'Never Again', sobre e Holocausto y los que lo niegan, como Ahmadinejad (el presidente de Irán), ese pedazo de mierda. Y parte de nuestra presentación en directo incluye imágenes suyas pintado como el nuevo Hitler. Nunca me disculparé por quien soy o de donde vengo.«