Crónica Cancer Bats, Sala Apolo 2, Barcelona (02-04-11)

Los canadienses Cancer Bats tendrán que empezar a buscarse una segunda residencia en España porque desde 2007 no hay año que no nos visiten: 2007 junto a Comeback Kid, 2008 como cabezas de cartel apoyados por Avenues And Silhouettes, 2009 nuevamente al frente de su propia gira y el pasado año como segundos teloneros de The Dillinger Escape Plan.

Y su tirón entre la parroquia española no decrece y con cada regreso el local también aumenta de tamaño. En esta ocasión, la 2 de Apolo presentó un buen aspecto para ver al cuarteto demostrar que su forma de concebir el ‘hardcore’, en el que se mezcla una amalgama de sonidos (punk, rock sureño, stoner…), atrae tanto a seguidores del ‘hardcore’ más inmovilista como a fans del ‘southern rock’ más clásico.

Vera Cruz fueron los encargados de abrir el fuego y lo hicieron con buena nota: su ‘hardcore’ trufado de ‘breakdowns’, más metalero que punk con sus puntos melódicos lograron levantar los ánimos del público que si bien al principio se resistió a dejarse convencer, acabó dando un notable alto al directo del cuarteto francés en forma de ‘circle pits’.

La media hora con la que contaron fue suficiente para presentar sus credenciales y dejar huella de su ‘hardcore’ potente con claras influencias de grupos como Gallows (el inicio de uno de sus temas recuerda poderosamente a “In The Belly Of A Shark”). Por cierto, los franceses explicaron que la noche anterior al concierto habían tenido la mala suerte de ser robados, quedándose sin pasaportes, otros enseres personales y dinero.

Llegado el turno de Cancer Bats, la banda salió como suele: arrollando con su ‘hardcore’ de claras influencias sureñas. Scott Midleton, como si de un Gimli que cambia el hacha por una guitarra, se dedica a extraer riffs potentes que intercalan el barro más denso con las cuchillas más afiladas, y Liam Cornier, con su habitual tónica de dejarse las cuerdas vocales sin pensar en el mañana, logran que un concierto de los de Toronto no decaiga en ningún momento. Hubo momentos para temas de su último trabajo pero también para echar la vista atrás a sus inicios en un setlist muy equilibrado que incluyó su ya habitual versión del “Sabotage” de Beastie Boys, recibido con júbilo por la concurrencia.

En poco más de 50 minutos de concierto, Cancer Bats volvieron a darle sentido al refrán: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”.