Mike Inez recuerda a Layne Staley

El pasado número de enero/febrero de la revista Revolver incluía una entrevista con Mike Inez, bajista de Alice In Chains, en la que rememoraba a su ex-compañero, Layne Staley, fallecido nueve años atrás.

Layne era un ser humano tan auténtico y también tan bueno. Nunca tenía intenciones ocultas. Nunca contaría un chiste racista, nunca le oí hablar mal de nadie. Apoyaba siempre a otras bandas, como en Lollapalooza, donde teníamos a Tool, Rage Against The Machine, Fishbone, Dinosaur Jr, Primus y Arrested Development. Y al acabar esa gira de seis semanas por EEUU, estábamos todos haciendos ‘jams’ unos con otros. Había gente que se venía con nosotros y nosotros nos íbamos con ellos. También había esa locura de banda belga industrial llamada Front 242. No hablaban muy bien inglés y más bien iban a lo suyo. Resultó ser que eran tipos geniales. Solo que era tan complicado relacionarse con ellos porque eran tan extranjeros y todo aquello era como un circo itinerante. Por la razón que fuese, a Layne le encantaba esa banda. Se subía a improvisar con ellos; molaba mucho. De todas las estrellas del rock – ya sabes, Rage Against The Machine y Tool y todas las bandas de estrellas del rock que había – él quería hacer ‘jams’ con el telonero y hacer esa locura música industrial.

Respecto a como llevaba la fama, cuenta que “recuerdo que nos nominaron para un Grammy – seguimos siendo nominados para los Grammy cada año. No como nuestro premio Revolver Golden God, sabes. Nos enorgullece mucho, por cierto. Si, buen, así que íbamos al rollo ese de los Grammy. Era tan divertido porque él no era la clase de tipo que quiere ser el centro de atención. Era la clase de tipo de perfil bajo. No era la clase de tipo que se haría notar lo que pasa es que transmitía vibraciones asombrosas. Íbamos a las fiestas esas de los Grammy donde había gente como Robert De Niro, Michael Bolan y Nicolette Sheridan. Todos esos famosos y luego venían esos grungeros chalados. Y da igual quien hubiera en la habitación, me di cuenta de que todo el mundo siempre miraba a Layne. La gente no sabía ni quien era y preguntaba, ‘Guau, ¿quien es ese tío?’, ¿sabes? Tenía esa energía y ese algo que absorbía. A él esas cosas le parecían estúpidas. Todas esas ceremonias de premios y todas las pajas de ego que van con esa clase de cosas en Nueva York y Los Angeles. Simplemente era muy divertido. Siempre terminábamos gravitando hacia nosotros y nos salíamos echando unas risas. Creo que hasta el momento hemos perdido ocho Grammys. Así que será como casi una decepción cuando ganemos. Creo que tenemos el récord de más derrotas. Y llevamos esa medalla con mucho orgullo.

Sobre la forma de trabajar los temas del vocalista, recuerda que “era genial. Una de las primeras canciones que compuse con él fue ‘A Little Bitter’ de la banda sonora de ‘Last Action Hero’. Y luego con ‘Jar Of Flies’, las dos canciones que aporté con él fueron ‘I Stay Away’ y ‘Rotten Apple’. Y en las tres canciones, sabes, Layne compuso las melodías. Echando la vista atrás, teníamos una química mágica bastante especial. Conozco muchas bandas que dicen eso pero era realmente bonito ver a Layne encarar una línea vocal. Era tan diferente. Lo hacía casi al revés. Primero hacía todas las armonías – esa clase de cosas. Y muchas de las armonías sonaban desafinadas o algo. No encaja o fricciona una nota aquí o allí. Y él decía, ‘No, espera, espera’. Así que le dejábamos y él hacía. Traía la voz principal y encajaba todas esas armonías radicales. Tenía un gran sentido de la canción como conjunto, como construirla.

Siempre pensé que era experimental, mientras lo hacía. Nunca sabía exactamente lo que buscaba pero luego se metía ahí y empezaba a sacar cosas. Diría que uno de los fuertes de Alice In Chains es la forma en que componemos, todos componemos montones de material a la vez. Pero al final sabemos qué es bueno y qué malo. Creo que ese es uno de nuestros fuertes, el decir, ‘Vale, eso mola, eso no mola lo suficiente’. O ‘eso no suena lo suficientemente original’ o ‘esto si’, ¿sabes? Layne era realmente bueno en eso. Aprendimos a confiar en Layne. Y creo que antes de que llegara yo los chicos confiaban en su forma de hacer las voces. Y, por supuesto, Jerry (Cantrell, guitarrista y vocalista) es también un gran compositor.

Nuestras bujías corrían a altas velocidades por entonces. Compusimos, grabamos y mezclamos ‘Jar Of Flies’ en 10 días entremedio de dos horas. Luego, al debutar en el número uno, nos moríamos de risa, quizá deberíamos haber estado 12 días o dos semanas o un mes. Pero eso era lo guay de la escena en esos tiempos. Siempre pensé que estando casi confinados en el noroeste del Pacífico, hubo tiempo para que bandas como Soundgarden y Pearl Jam y Nirvana, marinaran como banda y descubrieran su sonido antes de ser puestos en el escenario mundial. Creo que eso molaba, estar aislados de Los Angeles y Nueva York fue muy bueno para esas bandas. Y cada uno de esos cantantes suena diferente el uno del otro. La verdad sea dicha, de todos ellos, Layne era mi favorito. Era una voz americana tan original.