El ambicioso último proyecto de Bjork ha hecho que la gente de Spin haya querido charlar con la islandesa. La artista explica que pese a haber mantenido entrevistas con gente de mundos tan alejados de la música como el “National Geographic”, no tuvo más remedio que autofinanciarse.
“Me reuní con ‘National Geographic’, ya sabes, el canal de tiburones y pandas, en Washington DC. Hablamos del álbum e incluso un programa mío haciendo de exploradora. Pero creo que todo el mundo se aterrorizó del proyecto ‘Biophilia’; era una locura. Es la primera vez que he tenido que montar un proyecto y no les culpo (por su escepticismo). Al final, financiamos nosotros la música. Los chicos que hacen la aplicación se ofrecieron a hacerlo gratis, compartiendo los beneficios.
Es como los tiempos del punk – hacemos todo el trabajo y luego compartimos los beneficios 50/50. Nunca me han esponsorizado ni he hecho un anuncio. De hecho, Apple me preguntó si querría hacer un anuncio y les dije, ‘No, voy a seguir fiel a mis principios’. Pero les visitamos cuando ‘Biophilia’ estaba casi terminado porque teníamos que asegurarnos, ya que como nadie antes habia probado algo así antes, de que había sitio para esto en el iPhone y el iPad. Les dijimos, ‘No estamos aquí por dinero. Solo queremos saber si vuestros programadores nos podrían facilitar algunas cosas’. Y fueron maravillosos. Apple recibe con los brazos abiertos a la gente que quiere llevar más allá sus innovaciones.”
La islandesa reconoce que su visión de “Biophilia” siempre fue como una herramienta de aprendizaje. “Mientras iba componiendo las canciones, lentamente, sentí que todas se basaban en todo aquello que me fue mal en mis clases de musicología de cuando era niña. Estuve ahí durante 10 años y nunca entendí porqué componer música se considera algo tan académico, especialmente para los niños. Mientras mayor me hago más me doy cuenta de que lo que enseñan a los niños en la escuela se basa en los valores germánicos/cristianos del siglo XVII. No hay nada malo en eso pero ¿como va a ayudarle eso a un niño en el siglo XXI? Cuando era niña quería hacer una escuela de música pero entonces pasó lo del pop. No me quejo, ha sido divertido. Pero llevó más tiempo del que pensé. Cuando surgió la tecnología de las pantallas táctiles pensé, ‘Ahora podemos hacer cosas’. Podemos reconectar la música con la naturaleza y el sonido. La gente está obsesionada con el sonido; entiende que no es una cosa intelectual. Es más algo impulsivo, intuitivo. Elegí canciones donde el sonido y la temática se cruzan. Podía hacer 5000 canciones pero decidií elegir los temas más obvios y seguí imaginándome que este álbum era para un niño de 8 años.”
Su hija sirvió de conejillo de indias. “Pero cuando empecé a trabajar con gente mayor me di cuenta de que tampoco había tenido nunca educación musical. También querían aprender. Es musicología 101: escalas, acordes, contrapuntos, arpeggios, compases. Y no era solo yo tratando de educar a otros; yo también me estaba educando. Investigué para este proyecto y nunca había leído tantos libros. Quería hacer canciones realmente simples con cosas de las que normalmente me alejo, como patrones C-F-G, esa clase de musicología de cruz cristiana. Es un término que me he inventado. Pero si miras las relaciones entre notas musicales, te darás cuenta de que es conservador. No lo digo para desmerecer. Solo digo que esa es una manera de verlo. Es realmente sencillo componer una canción sobre la luna donde tienes corrientes que suben y bajan en diferentes compases. Encaja y es muy fluido. Quería hacerlo más simple pero metiendo complejidades de estructuras muy comunes de la naturaleza sin sentir que sea un esfuerzo. Un niño de seis años podría hacer una canción en 5-4 que tuviera cambios de velocidad y la textura de la canción estaría cortada como una rama de árbol. Y eso no es raro. Los niños se ponen en plan, ‘Quiero componer mi propia música! ¡Quiero cuidar mi estilo individual!’ Pero a los niños no se les alienta a hacer eso. Y esa edad es una edad muy buena porque no tienes ninguna clase de inhibición, puedes hacer lo que quieras.”
Bjork tocará en directo a lo largo de tres años aunque tocando en lugares diferentes. “Voy a hacer residencias. Voy a ir a ocho ciudades y lo haré en tres años. Quiero tocar en museos de la ciencia. Estamos hablando de San Francisco y el Exploratorium. Sería una fuente: cuando los chicos van a estudiar cristales, tendrían los mejores cristales del mundo, al igual que un especialista, y justo después compondrían una canción al respecto. Vendrán niños en cada ciudad. Manchester es el prototipo. Vamos a hacer una semana con 30 niños que componen y usan instrumentos. Los niños vendrán, los días que no toquemos, para hacer talleres. Aprenderán como hacer cambios en la estructura de una canción: quiere repetir ese verso cinco veces. Así que es un poco como LEGO. La siguiente lección tendría que ver con arpeggios e iluminación. Tendríamos iluminación y sería una línea de bajo. Tratamos de elegir objetos que destaquen un poco, para que los niños digan, ‘¡Guau! ¿Puedo hacer yo eso?’ Tratamos de darle el poder a los niños – pueden decir, ‘Quiero que esta canción tenga forma de cascada’. Entonces tendrían una manera de tocarlo. Así que estaba tratando de escoger los sonidos más impresionantes que haya encontrado el hombre, como el órgano de tubo para iluminar. Los niños pueden enchufarse en el fenómeno de la naturaleza.”
Acaba considerando que “la idea de solo una vía de editar música es ridícula. Cuando se inventó la radio la gente se puso como, ‘Se acabó, nadie va a volver a ir a un concierto’. Mi teoría es que en lugar de ir a una tienda de música y conocer a otra gente y mantener una conversación, te sientas detrás de tu portátil. Pero en algún punto quieres tener una experiencia física. Así que ahora vas al concierto no solo a ver la banda pero también a conocer a otra gente a la que le gusta la misma música. Tengo esa fe en la música y el físico que, al final, tenemos dos brazos y dos piernas. Siempre será la próxima generación que tiene el doble de energía que nosotros. Y querrán hacer algo con esos brazos y piernas. Con portátiles e internet, tienes que reevaluar el físico. No estás limitado a una guitarra. No importa lo bien que toques el piano. Eso no te limita físicamente.”