Historias de la lagartija

El próximo 23 de agosto se editará en DVD (con la opción de descarga en mp3) el concierto que los pioneros del ‘noise’ The Jesus Lizard ofrecieron hace dos años (14/07/09) en Nashville, Tennessee, dentro de su gira de reunión.

La banda formada en Chicago en 1987 e integrada por el vocalista David Yow, el bajista David Wm. Sims y el guitarrista Duane Denison editó en 1989 un EP usando batería electrónica aunque ya para su debut (“Head”) contaron con Mac McNeilly con las baquetas.

Aprovechando la edición del DVD (“Club”) la gente de Guitar World han hablado con Denison sobre muchos asuntos entre los que se encuentran el DVD, el pasado presente y futuro de la banda y los otros proyectos en los que invierte su tiempo.

La idea del DVD es de Matthew Robison. Ha hecho cosas de documentales y es fan de la banda. Estuvo en el concierto. Me contactó y me pidió si podría traer un equipo de cámara y un equipo de sonido y me dijo que no nos obligaba a nada. Si la cosa no salía, se lo decíamos y hasta luego. Así que, ¿como íbamos a equivocarnos? Resultó ser un buen concierto. Encontró un distribuidor y todo encajó.

Era el primer concierto en EEUU. Habíamos tocado en Europa en las All Tomorrow’s Parties. Así que, desde el principio había mucha energía. Creo que abrimos con ‘Puss’, que siempre ha sido una de mis (canciones) favoritas. Y ver al público fliparlo desde el principio fue realmente bueno. Además, mucha gente no piensa en The Jesus Lizard como una banda para corear. Pues bien, no poca gente se sabía cada fragmento de cada canción. Eso también lo disfrutamos. Hacia el final de la vida del grupo, firmamos con Capitol y eso pareció alienar a la gente, alguna de la cual nunca había oído esos álbumes. Y tocamos algunas de esos también y salieron genial. Así que eso fue gratificante a un gran número de niveles.

El DVD es solo el concierto. Tratamos de meter algunos ‘sketches’ pero no funcionaba. Tratábamos de parodiar el documental de Metallica, ‘Some Kind Of Monster’, donde tienen a su terapeuta hablando con ellos. Me pareció una presentación pueril, embarazosa, realmente espantosa y excesiva. Teníamos a un psicólogo infantil que vive cerca de mi casa y que era fan de The Jesus Lizard. Así que pretendíamos que nos iba a aconsejar e íbamos a seguir ese rollo parodia. Hicimos un par (de sketches) pero no salieron graciosos. No funcionó. Han sido borrados y desaparecerán.

Surge la pregunta de como fueron sus años con Capitol. “No nos presionaron para componer canciones más comerciales, nada de eso. La mitad de la gente que compró el álbum previo en Touch & Go, ‘Down’, no compró ‘Shot’ pero ‘Shot’ era un álbum mejor. Sonaba mejor, las canciones eran mejores. Echando la vista atrás, así era la gente. No sé si sigue siendo así.

Lo cierto es que la banda siempre ha sido considerada como una de las fundadoras del ‘noise’ pero lo cierto es que hay muchos elementos de muchos géneros musicales en la música de los de Chicago. “Si había alguna disonancia (en un tema) normalmente se construía en los propios acordes. Armónicamente había una relación cercana entre la estructura de tonos de las canciones, normalmente fijado por el bajo – al menos la base. No había mucha cosa al azar en cuanto a mi forma de tocar. Siempre sabía lo que hacía. Mi cuñado solía decirme, ‘Siempre tocabas las notas equivocadas’. Bueno, no, no están mal, son completamente intencionadas. Pese a que éramos parte de la escena hardcore, a la misma vez, siempre pensé que era más bien art-rock tocado de forma más agresiva y de un modo más desnudo. Cuando pienso en hardcore pienso en Cro-Mags o Agnostic Front, que se basan en ‘power chords’ directos y normalmente el bajo y la guitarra tocan lo mismo mientras el cantante berrea agresivamente por encima. Sin duda, a veces con un ‘power chord’ te basta pero queríamos hacer cosas que no fuesen tan obvias y torpes. Queríamos evitar clichés, al menos la mayoría de veces. Al mismo tiempo, no queríamos quedar demasiado de listos o demasiado artistas o deja de ser rock y de ser esa experiencia visceral.

Denison no es manco, precisamente. “Tengo un título en música. Estudié música en la universidad, así que tenía eso. Como la mayoría de tipos que tocan la guitarra eléctrica, probablemente empiezas tocando blues y blues-rock. Toqué en bandas que empezaron haciendo bailes en escuelas. Al menos cuando era niño, tenías que aprender esos estilos para que pudieras hacer esos conciertos de tres sets donde la gente solo quiere bailar. Crecí en un suburbio de Detroit llamado Plymouth y ahí había un gran número de guitarristas profesionales que vivían a tiro de piedra de donde yo. Tomé algunas lecciones de un tipo llamado Paul Warren que, de muy joven, tocó en The Temptations. Salía en la canción ‘Papa Was a Rolling Stone’.

Aún saliendo otras bandas que podrían encuadrarse en el mismo género (Tar, Surgery, Godbullies, The Cosw…), el guitarrista considera que “nosotros veníamos de otro lado. Estábamos en la escena underground pero éramos todos muy bohemios y nos gustaban cosas antiguas que nada tenían que ver con el underground, y no nos daba miedo tomar eso como referencia. Mientras muchas bandas de esa era nunca asumían que les gustara Led Zeppelin o admitían que tenían un álbum de Brand X. Y nosotros éramos más que felices de hacerlo y referenciar eso en la música.

Denison confirma que si bien “no creo que David (Yow) esté loco en el sentido clínico pero obviamente, en las actuaciones, se le iba la pinza. Y mucho de ello era por el alcohol y lo que fuese que rulara por ahí. Como la mayoría de gente artística, tenía un filtro distinto para el mundo. Nada estaba preparado o calculado para ser un concepto vendible. De hecho, es una persona muy gentil. Siempre habrá la otra cara de la moneda donde es autoritario y odioso y hace cosas sin pensarlas.

El guitarrista asegura que la relación entre los miembros no fue siempre idílica. “Cuando tienes una banda como esa y pasas tanto tiempo juntos, pasas más tiempo juntos que la mayoría de familias. Cuando empezamos esta banda vivíamos todos en un apartamento de tres habitaciones en un gueto portorriqueño en el oeste de Chicago. Estábamos pegados las 24 horas, 7 días a la semana e íbamos a casa y seguíamos juntos. Así que tuvimos discusiones y desencuentros y a veces se ponían algo violentos. Enfurecíamos los unos con los otros pero nos dábamos cuenta de que teníamos que volver a trabajar juntos a la mañana siguiente. No podíamos marcharnos, eso no era un reality show. No hablamos de nuestros sentimientos. Éramos directos y buscábamos el enfrentamiento y creo que eso funcionó.

En esos enfrentamientos “volaron puños, hubieron empujones. Se lanzaron lámparas y otros objetos. No las recuerdo todas. Normalmente era alguna estupidez que hacía alguien (la que lo iniciaba). Y cabreaba a alguien, ‘¿Por qué cojones haces eso?’, ‘¿Por qué no cierras la puta boca?’, ‘¿Por qué siempre tienes que…?’, esa clase de cosas. Junta a cuatro tíos en un cuarto, añádele alcohol, mezcla locura y acabará saltando. Simplemente aprendimos a lidiar con ello.

La ruptura del grupo, sin embargo, no fue debida a ninguna pelea. “Para entonces llevábamos juntos 10 años y habíamos trabajado para ascender, disfrutado de un buen lugar y parecía que las cosas empezaban a retraerse. Podríamos haberlo alargado un poquito pero no quisimos. En plan, ‘¿Por qué?’ Lo hicimos. Dijimos todo lo que queríamos decir e hicimos todo lo que queríamos hacer así que la decisión de dejarlo fue bastante amistosa y mutua.

Respecto a su regreso a los escenarios de hace un par de años, cuenta que fue el momento adecuado. La discográfica Touch & Go iba a reeditar su catálogo, llevaban 10 separados y hacía 20 que habían empezado. “Teníamos buena salud (…) y las ofertas (de los promotores) eran realmente buenas.

Preguntado por el futuro de Tomahawk, otro de sus proyectos más valorados, cuenta que “tengo un álbum completo de demos instrumentales que han estado circulando y justo hoy acabo de recibir un e-mail de Mike Patton (vocalista). Hablamos todo el rato. He estado hablando con John Steiner (batería) y Trevor Dunn (bajista). Probablemente grabaremos un nuevo álbum en enero.

El guitarrista también centra mucho de su tiempo en The Legendary Shack Shakers, un proyecto rockabilly. “Invierto mucho tiempo de gira y hay mucho de mi en su último álbum, ‘Aggridustrial’. Se tomaron algo de tiempo para dejarme hacer la gira de reunión pero aún así hicimos 100 conciertos el pasado año. Disfruto tocando con ellos. Parte del tiempo es más tradicional. Toco riffs más blueseros y un sonido más antiguo.