Steven Wilson quiere reivindicar el papel del jazz en el rock progresivo con «Grace For Drowning»

La gente de The Examiner ha hablado con Steven Wilson a quien han preguntado por el título de su esperado segundo álbum en solitario, “Grace For Drowning”.

Es gracioso,” cuenta el frontman de Porcupine Tree, “(porque) el otro día alguien me preguntó si tenía algo que ver con Jeff Buckley porque ‘Grace’ fue su álbum y murió ahogado (risas) Es una completa coincidencia. El título viene de historias de gente que ha tenido experiencias cercanas a la muerte, particularmente relacionadas con ahogados. Dicen que cuando te estás ahogando, y tras luchar (por evitarlo), hay un periodo donde casi entras en un estado de calma. O bendición, como una paz que viene a ti. Aparentemente cuando mueres de frío extremo pasa lo mismo. Y me gusta eso como una bonito metáfora de la vida. Sin ponerme demasiado pretencioso, de algún modo, siento que me estoy ahogando. La vida es una experiencia tan intensa en estos tiempos y da la sensación de que estamos todos ahogándonos hasta cierto punto en el estrés y la velocidad de la vida moderna. Tengo la sensación de que, al hacerme mayor, he llegado a un estado de gracia y que ya no me importa. Me da igual lo que la gente piense de mi música o si visto bien para otra gente. Es decir, cuando tienes 20 años, te preocupan esas cosas. Te preocupa lo que otra gente diga y a ti te preocupa si tienes buen aspecto o si sueltas los nombres correctos o escuchas la música adecuada. Ya no me importa y creo que es algo que me ha pasado de forma gradual entre los 30 y la edad que tengo ahora. Es casi como alcanzar un estado de paz pero sigo ahogándome. Todos lo hacemos. Es esa clase de sensación de gracia de no importarte y este álbum refleja todo ese rollo.

Es mi mayor proyecto en el sentido de que es la primera vez que me he comprometido a salir y a girar un disco en solitario.

Puesto a diferenciarlo de su debut, “Insurgentes”, cuenta que “la raíz de ‘Insurgentes’ fueron los 80 y la música que me rodeaba cuando crecía. La música interesante se llamaba ‘post-punk’ y ‘new wave’ y hablo de artistas como Joy Division, The Cure, Cocteau Twins o Talking Heads. Esa clase de bandas que me gustaban y que editaban álbumes cuando yo estaba descubriendo la música. Y la verdad es que escuché mucha de esa música cuando empecé con ‘Insurgentes’ y muchas de las raíces de ese álbum son los 80. La raíz de ‘Grace For Drowning’ son los 70. Es la música que tuve que descubrir de adolescente a través de la colección de discos de mis padres, la de mi mejor amigo y la de mi hermano mayor. Descubrí ese período extraordinario de la música, particularmente los cinco primeros años de los 70 y creo que se puede oír en el disco.

Disco que se divide en dos, “dos álbumes de 40 minutos. (Todas las canciones) se han cortado de la misma tela en el sentido de que salen de las mismas sesiones así que no se supone que, musicalmente, vayan a sonar tan diferente. Creo que el segundo disco es un poco más experimental y oscuro, quizá. Más exigente. Al final, la idea no era hacer ninguna gran declaración acerca de que fuesen musicalmente diferentes sino hacer una declaración acerca de lo que supongo quizá llame la atención de muchos oyentes estos días. No solo estos días; creo que en general, hay una duración óptima para la experiencia auditiva y creo que no es coincidencia en que tantos álbumes clásicos vengan de la era del vinilo y tan pocos de la del CD.

En la era del CD, los álbumes tendían a hincharse a 50, 60, 70 o incluso 80 minutos. Es decir, mi álbum dura más de 80 minutos pero no quería lanzarlo en un CD de 80 minutos o algo tan maximizado. En lugar de eso, se me ocurrió la idea de separarlo en dos experiencias auditivas separadas, por así decirlo. Así que, la idea no es lo que has hecho hoy y oírlo del tirón, de principio a fin. Se grabaron simultáneamente y son hermano y hermana pero la intención no es escucharlos en una experiencia intensa y pulverizante. Hay mucha cosa; no es música simple. Hay mucho ahí que puedes perderte si no estás completamente centrado en la música.

Me fascinan los asesinos en serie pero no soy un asesino en serie. Me fascina la cultura de las drogas pero no tomo drogas.

Wilson se ha cansado de repetir que es su “mayor proyecto hasta la fecha.”. Ahonda en ello: “Creo que es mi mayor proyecto por muchas razones. Creo que es mi mayor proyecto porque tiene la mayor cantidad de fuerzas musicales involucradas. Hay de todo en este disco: desde instrumentos de viento de madera hasta coros pasando por instrumentos de cuerda, mellotrones, pianos, guitarras, músicos de jazz, músicos de rock. En ese sentido, el número de ingredientes en este disco es mayor que nunca. La paleta es más grande que nunca. En otros sentidos, es mi mayor proyecto en el sentido de que es la primera vez que me he comprometido a salir y a girar un disco en solitario. Es mi forma de decir, ‘mirad, este disco es realmente importante para mi y quiero que os lo toméis en serio’. No quiero decir que ‘Insurgentes’ no fuese importante para mi pero creo con tanta fuerza que este disco es lo mejor que he hecho nunca que no quiero desdeñarlo como un proyecto paralelo. Probablemente sea también el proyecto en el que más tiempo he invertido. La gente piensa que soy muy prolífico y que soy un adicto al trabajo pero, de hecho, esta es la primera música nueva que saco en dos años. El último disco de Blackfield (‘Welcome To My DNA’) fue compuesto por Aviv (Geffen) así que esta es la primera música nueva que he compuesto y editado desde ‘The Incident’.

Wilson reconoce que “hay grandes nombres en el disco. Realmente, la mayoría de gente que he usado no es muy conocida. He usado muchos músicos de jazz en este disco. Una cosa de la que fui muy consciente haciendo este disco era que lo que me encanta de los discos de los que hemos hablado, los de principios de los 70, es que muy a menudo, tenían a músicos tocando música rock cuando no eran realmente músicos de rock. Particularmente, habían muchos músicos de jazz. Si escuchas cosas como el primer álbum de King Crimson, por ejemplo, oyes a músicos de jazz tocando rock. Y es gracioso que el jazz sea el elemento que más se ha dejado de lado en la historia del rock progresivo. Si escuchas cualquier música que se ha hecho bajo el nombre de rock progresivo en los últimos 30 años, se manifiesta una cosa: la completa ausencia de influencias del jazz. Estoy pensando en el metal progresivo y el neo-prog. No hay jazz en eso; es muy clínico. E incluyo alguna de mi propia música en esa categoría. De lo que me he dado cuenta remezclando alguno de esos viejos discos es como el jazz es una parte importante de lo que hace la música especial. Escucha a Jethro Tull o . Hay mucho jazz en esa música y ‘Grace For Drowning’ casi ha sido un intento por volver a ese aspecto jazz del rock progresivo. Por esa razón, me di una vuelta y deliberadamente di con músicos de jazz que no están normalmente familiarizados a tocar rock. El batería, Nic France, es un músico de jazz bastante underground del Reino Unido. Fue instruido para, básicamente, hacer solos todo el rato, que es lo que los baterías de jazz hacen. El batería de jazz es normalmente el líder en cuanto a que crea un diálogo con el solista y eso es muy distinto a un batería de rock que básicamente mantiene un ritmo. ¿Quien más tenemos? Tenemos a Theo Travis, el saxofonista y flautista, con el que he trabajado varias veces a lo largo de los años. Hay un guitarrista llamado Mike Outram que viene de la escena jazz del Reino Unido, que también tocó en ‘Insurgentes’. Tenemos a Tony Levin y Nick Beggs al bajo y a Paul Mastelotto a la batería en algunos temas. Jordan (Ruddes) está en los teclados y yo hice mucha cosa. Tampoco es un grupo de músicos muy grande.

Lo primero que pienso cuando termino una canción no es ¿cómo puedo mejorar esta música? sino ¿cómo sería representado esto visualmente?

Pocas bandas de rock oye Wilson que tengan ese elemento de jazz. “La única banda que se me ocurre que tiene un fuerte elemento jazz es The Mars Volta. Me encanta y creo que su fusión de música latina, hardcore, jazz, progresiva y psicodélica es realmente fresca. Por supuesto, yo lo encaro de un modo muy diferente, casi más clásico, mientras ellos lo encaran de un modo más hardcore. Ellos son una de las excepciones. No oyes el jazz como influencia en la música rock y creo que es una pena.

El músico reconoce su fascinación por las referencias a medicinas, que han aparecido en “Voyage 34”, “Fear Of A Blank Planet” y que vuelven a aparecer ahora. “Me fascina. Es decir, me fascinan los asesinos en serie pero no soy un asesino en serie. Me fascina la cultura de las drogas pero no tomo drogas. La gente comete el error común de pensar que si compones sobre drogas, tomas drogas a manos llenas. Siempre me ha fascinado la cultura de las drogas, especialmente con su impacto en los más jóvenes. Y no solo las drogas ilegales. La idea de la cultura de las drogas con receta médica y la idea de que los padres no tengan que responsabilizarse de sus hijos porque pueden usar el subterfugio de ‘tiene trastorno por déficit de atención’. No había oído hablar del ADD hasta hace diez años; no existía cuando yo era niño, la verdad. Entonces, simplemente era que tu hijo estaba fuera de control .Ahora es muy fácil para los padres ir al médico y que sean etiquetados con ADD y les prescriban pastillas. Creo que eso es demasiado fácil ahora.

No entiendo a los asesinos en serie y qué les hace actuar. Es esa clase de obsesión con querer llegar al fondo de eso, y lo mismo pasa con la cultura de las drogas. No la entiendo así que me fascina y hace que escriba muchas canciones de ello.

Finalmente, le preguntan por su ya larga relación con Lasse Hoile, quien ya se ha convertido en su mano derecha en el apartado visual de todos sus trabajos. “Creo que (la obra de Lasse) encaja con la música y es muy difícil encontrar un homólogo visual a la música que funcione tan bien. Me llevó diez años encontrarle. Cuando le encontré -o debería decir que me encontró él ya que me mandó su obra- fue maravilloso porque su arte era lo que siempre había tenido en mi mente. Siempre he pensado en términos visuales. Lo primero que pienso cuando termino una canción no es ‘¿cómo puedo mejorar esta música?’ sino ‘¿cómo sería representado esto visualmente?’. Siempre he notado esta fuerte conexión entre cine y música. Imágenes y música. Fue importante para mi encontrar a alguien que pudiera crear casi intuitivamente las imágenes que tenía en mente. Eso es algo que solo ocurre dos o tres veces en la vida, encontrar a alguien tan conectado contigo. Por ejemplo, le puedo explicar el significado de ‘Heartattack In A Layby’ y volverá con algo de lo que diré, ‘¡Es exactamente eso!’ Normalmente con cualquier otro digo, ‘Eso no es exactamente lo que tenía en mente’. Lasse siempre da en el clavo. Compartimos un común amor por el cine europeo y el cine art-house. Siempre estamos, ‘Hey, ¿sabes esa escena de aquella película francesa de 1963?’ y así tenemos esos puntos de referencia similares que facilitan la dirección que tomar. En este proyecto, para mi, (su ayuda) ha sido totalmente incalculable, ha sido mi mayor colaborador en ‘Grace For Drowning’.

Por cierto, si queréis oír fragmentos de todos los temas de “Grace For Drowning”, aquí podéis serviros.