La oscura tormenta corrosiva

La gente de Metal Injection ha charlado con Steven Wilson aprovechando su paso por Nueva York en el marco de la gira de presentación de su último disco en solitario, “Grace For Drowning”.

Preguntado por la colaboración con Mikael Akerfeldt, frontman de Opeth, Storm Corrosion, ha explicado que “en lo único que he colaborado en el pasado con Mikael es trabajando en sus discos. Obviamente esto es una colaboración así que esto es un enfoque distinto. Nos sentamos juntos en una habitación y compusimos música juntos más que no coger la música que ya tenía compuesta y convertirla en un disco. De hecho, empezamos trabajando desde lo más básico, composición y arreglos. Si me hubieras preguntado hace tres meses te habría dicho que es lo último que podrías esperarte pero ahora que ha salido ‘Heritage’ (nuevo disco de Opeth) y ha salido ‘Grace For Drowning’, no creo que vaya a chocar tanto a la gente porque, de algún modo, es la tercera parte de la trilogía.

Si acaso, es incluso mucho más orquestal, más básico, incluso más oscuro, retorcido y melancólico… Pero se nota que viene del mismo sitio que ‘Heritage’ y ‘Grace For Drowning’, lo cual es así porque fue compuesto durante el mismo periodo. De algún modo, ambos nos azuzábamos mutuamente por esos discos pero al mismo tiempo dábamos con la música que ahora será Storm Corrosion. Así que es un disco muy orquestal, como esperarías, las canciones son bastante largas y se desarrollan de maneras inusuales. Soy realista en cuanto a que la mitad de la gente lo odiará y la otra mitad se enamorará. Sea como fuere, seré feliz.

Hablando del porqué “Grace For Drowning” se divide en dos álbumes en lugar de haber hecho uno largo, cuenta que “es por la idea que tengo de que la mayoría de gente tiene un período de atención, en cuanto a escuchar determinada música o artista, creo que la atención empieza a decrecer tras 40 minutos. La razón por la que tengo esta teoría es porque creo que la mayoría de álbumes clásicos duran 40-45 minutos. Una vez sobrepasas (ese tiempo), independientemente de lo buena que sea la música, empiezas a perder la concentración, pierdes el entretenimiento que te provoca la música. Así que en lugar de crear un álbum de 80 minutos, he creado dos experiencias distintas para dos ocasiones diferentes. Cada álbum es como un viaje musical separado. Supongo que lo he hecho así porque crecí en los últimos tiempos del vinilo así que, aún trabajando en discos ahora mismo, pienso en cara A y cara B. No lo puedo evitar, vengo de esa generación.