Steven Wilson se concentra en la tormenta corrosiva

Los fans de Porcupine Tree que tengáis ganas de nuevo material del proyecto más exitoso de Steven Wilson tendréis que armaros de paciencia y conformaros con los múltiples otros proyectos que se trae entre manos el genial músico.

Bueno, no tengo planes de futuro para el año que viene,” confiesa el británico a Stereoboard. “Eso no quiere decir que no nos vayamos a juntar en algún momento y hagamos algo pero por el momento estamos haciendo nuestras cosas. Me lo estoy pasando genial haciendo lo que hago. Tengo un disco con mi amigo Mikael (Akerfeldt) de Opethque saldrá el año que viene, el disco de Storm Corrosion. Ellos andan haciendo otras cosas también. Nos juntaremos y haremos otro disco, de eso estoy seguro. De cualquier modo, por el momento, no hay planes en particular para Porcupine Tree.

De cualquier modo, este parón de Porcupine Tree, como vemos, no quiere decir que el talento de Wilson vaya a quedarse escondido. Y es que el año que viene, por fin, podremos disfrutar del álbum en colaboración con Mikael Akerfeldt. “El álbum sale en abril. Si me hubieras preguntado hace seis meses te habría dicho, espérate lo inesperado pero… Creo que ahora que tanto ‘Grace For Drowning’ y el nuevo disco de Opeth, ‘Heritage’, han salido… Creo que te puedes hacer una idea de donde estamos los dos ahora. De manera que, puedes ver Storm Corrosion como la tercera parte de una trilogía de discos. Tiene muchas de las mismas calidades musicales excepto que es aún más melancólico, retorcido. Es un disco muy oscuro. Casi no hay batería. Hemos tratado de usar distintas fuerzas musicales, como instrumentos de viento de madera, por ejemplo. Hay muchas partes de percusión más que de batería. No es de fácil escucha. Es realmente oscuro y retorcido. Tengo mucha curiosidad por lo que pensará la gente de ello. Supongo que los mejores puntos comparativos serían los momentos más oscuros de ‘Grace For Drowning’ y ‘Heritage’.

Habla también de Bass Communion, el proyecto en el que Wilson se aventura en el ‘drone’ y demás experimentos. “De muchos modos siempre he visto a Bass Communion como una búsqueda y desarrollo para otros proyectos. Tuvo un efecto colateral en mis otros proyectos, especialmente mis álbumes en solitario y Porcupine Tree y No-Man. Cuando estuve grabando ‘Grace For Drowning’ también estaba trabajando en ‘Cenotaph’, el nuevo disco de Bass Communion. Mi proceso creativo para Bass Communion está obviamente dictado por el hecho de que el proyecto son experimentos de texturas musicales. Busco encontrar un sonido o una combinación de sonidos que me inspiren y luego eso lo manipulo durante un periodo de tiempo. Trabajo con manipulación digital para crear una especie de mundo sonoro en el que te puedes sumergir de tanto en cuanto. Dibujaría la analogía de llenar una habitación con incienso o perfume. Es un intento de cambiar la manera en que reaccionas con tu ambiente o habitación por un periodo de tiempo en el que tocas esa música. Es difícil encontrar gente que esté, creo, como has apuntado, familiarizada con el vocabulario de la música rock, para relacionar la música de texturas o ambiental o como quieras llamarlo. Si quitas la melodía y quitas el ritmo y quitas la armonía, tienes algo con lo que muchísima gente no conecta como música.

De modo interesante, cuando mucha de esa misma gente va, por ejemplo, a ver una película de terror reaccionan a las mismas ideas pero en la película. La textura, disonancia y atmósfera de una película de terror intenta manipular los sentimientos de la persona que mira la película. Así que, todos estamos, a algún nivel, familiarizados con que nos manipulen los sentimientos… Pero la gente tiene problemas en conectar con música que se centra en hacer eso sin un acompañamiento visual. A alguna gente le cuesta escuchar esa clase de música. Personalmente me encanta. De hecho, diría que es mi tipo de música favorita. Es algo en lo que te puedes sumergir. No requiere la misma cantidad de compromiso y concentración que si requiere mucha otra música. Para mi, eso lo hace mucho más efectivo. Fue, de algún modo, mi primer amor con la creación musical… Experimentar con zumbidos y texturas. Si la gente me pregunta lo que hago normalmente no digo que soy guitarrista o cantante o lo que sea… Muchas veces digo que soy productor. Creo que es lo que se me da mejor. Creo que la experimentación pura con el sonido y la textura y la producción está en lo que más me gusta. Es como estar en el estudio pintando con el sonido y pintando con la textura. Eso es lo que me encanta hacer.

¿Y de No-Man hay algo en el futuro? “La verdad es que no hay planes. Tim (Bowness, su colaborador en No-Man) y yo nos reunimos a intervalos irregulares para hacer discos… Creo que suele ser cada cinco años o así. ¡Supongo que quizá en un par de años estaremos listos para el próximo! No hay planes pero digo que ninguno de mis proyectos musicales está terminado o acabado. Para mi es bonito decir que tengo un número de válvulas de escape creativas y colaboraciones donde puedo ir cada vez que me llaman las musas. No tengo planes de hacer discos de ninguno de esos proyectos ahora mismo. Eso vale para No-Man, Porcupine Tree, Blackfield, etc. Eso no quiere decir que no vaya a ocurrir, ni mucho menos.

La entrevista termina preguntándole por lo que le parece haberse convertido en una figura tan importante de la escena musical progresiva. “Bueno, la cosa con la escena de rock progresivo es que tienes que entender que llevo casi veinte años haciendo esto. Cuando empecé nadie quería hablar de música rock progresiva. Naie quería oírla, bueno, no es verdad, pero era un público sin importancia, supongo que por la falta de interés o conocimiento mostrado en la música progresiva por la prensa musical general. Salí y dije, ‘Mira, me encanta el rock progresivo. También me encanta todo estas cosas de las que queréis escribir. Sonic Youth, My Bloody Valentine, trip-hop, etc.’

No entendía porqué el rock progresivo, que me parecía tan revolucionario como cualquier tipo de música… Es decir, compara ‘Closer To The Edge’ de Yes con cualquier cosa que Massive Attack o Aphex Twin hicieron en los noventa… Es tan experimental e importante como cualquier cosa que hicieran esos artistas. Al mismo tiempo se convirtió, el rock progresivo, en un paria para el mainstream. No podías hablar de él. Así que o me estaba volviendo loco o tenía razón en cuanto a que la música rock progresiva era tan innovadora como cualquier cosa que las escena de baile o indie de guitarras estaba produciendo en los noventa. La cosa es que cuando hablas con muchos de los músicos que hicieron aquella música están de acuerdo. ¡Tenían miedo de lo que pasaría si admitían que escuchaban a Pink Floyd! Es decir, a día de hoy, Radiohead no han admitido que han escuchado a Pink Floyd. ¿No es ridículo?

Es ridículo. Es tan obvio que lo hacen. Toda su discografía está marcada por la influencia de esa banda, la forma en que hacen su música y el modo en que componen álbumes más que singles.

Creo que me han puesto en esa posición porque no tuve miedo de salir y decir lo genial que es el rock progresivo. Creo que el enfoque contemporáneo es decir no solo que existe sino que merece atención. Desde entonces, muchas otras bandas, como Radiohead y Muse y The Mars Volta han salido y han hecho álbumes progresivos. Han hecho el rock progresivo alocado nuevamente ‘fashion’ abrazándolo. De algún modo, creo que la razón por la que la gente respeta a Porcupine Tree y a mi es porque estuvimos preparados para dar la cara por el rock progresivo en unos tiempos en los que nadie lo hacía. Íbamos un poquito por delante, más por suerte que por algo planeado, pero ahora vuelve a ser ‘fashion’ y creo que la gente ahora mira a Porcupine Tree, en particular, y dice, ‘bueno, aquí está una banda que estaba haciendo todo esto del prog-rock de nuevo antes que nadie’. Creo que con el paso de los años llega el respeto también de tus contemporáneos (risas)