Hablar de Feersum Ennjin es hablar de Paul D’Amour. Y hablar de Paul D’Amour es hacerlo de una de las personalidades más controvertidas que deambulan por el negocio musical. Supongo que junto con Ken Andrews (ex-Failure, ex-Year Of The Rabbit) al que le une una estrecha amistad, son capaces de provocar emociones tan dispares, amén de habernos dejado la sensación, a lo largo de los años, de que su particular modo de dirigir sus respectivas carreras nos ha privado de disfrutar con mayor regularidad y estabilidad de la enorme capacidad creativa que ambos gurús nos han ido dejando en los últimos años a cuentagotas.
Por si aún queda algún despistado, habrá que recordar que Paul D’Amour formó parte de la formación original de Tool, siendo uno de los embriones básicos que contribuyó a dibujar el universo musical del grupo. De su buen hacer al bajo, tanto interpretativa como compositivamente hablando, nacieron trabajos como «Opiate«, «Undertow» e incluso estuvo involucrado en «Aenima» (aquel álbum que supuso la explosión comercial a nivel masivo de Tool).
En este punto de su carrera, Paul decidió abandonar la banda para comenzar una extraña etapa musical abordando diversos proyectos musicales muy alejados del éxito comercial, y que paulatinamente le han ido alejando de cualquier vínculo con el mainstream. Desde su salida de Tool, 3 han sido los proyectos en los que D’Amour ha estado vinculado. El primero fue Replicants, donde se unió a sus amigos Ken Andrews y Greg Edwards (ambos ex-Failure) para versionar algunos de sus temas favoritos de todos los tiempos. El proyecto no dejó de ser un pasatiempo ente amigos, cuya repercusión no fue mucho más allá del interés que despertó entre los fans de los inolvidables Failure.
De este proyecto surgió el embrión del siguiente proyecto de D’Amour donde volvió a unir fuerzas a Greg Edwards para formar Lusk. Con esta nueva banda únicamente llegó a publicar un album «Free Mars«, trabajo seminal cuya repercusión habría que calificar de testimonial y donde las composiciones del grupo se centraron en el space rock y el rock alternativo. El disco nunca llegó a conectar con el público y la banda acabó por desintegrarse entre la más absoluta indiferencia. Tal es así que perdimos todo contacto musical con Paul hasta que ya en el 2005, reapareció de la nada con un nuevo proyecto musical, Feersmum Ennjin y un magnifico EP de titulo homónimo bajo el brazo.
Los 5 temas que componían el EP son seguramente el mejor material en el que ha trabajado Paul en mucho tiempo. Y que dejan bien claro que D’Amour está mucho más interesado en el material ‘espacial’ que en el rock progresivo con texturas cercanas al metal que facturan sus «amigos» de Tool. Aunque el EP en cuestión tampoco supuso un salto cuantitativo de popularidad para este nuevo e interesante proyecto si que provocó las suficientes expectativas como para que muchos esperásemos con cierta ansiedad y mucha curiosidad qué seria capaz de ofrecernos Paul D’Amour en un disco largo.
Han tenido que transcurrir casi 7 años para que este disco llegara a nuestras manos, mucho tiempo para cualquier banda o músico. Pero como decía, hablamos de un personaje para el que el espacio, tiempo, lugar son conceptos menores.
Pocas semanas antes de la publicación del álbum, el propio Paul nos adelantaba que nada más y nada menos que Danny Carey colaboraba en uno de los temas del álbum, en lo que suponía la primera colaboración artística de un miembro de Tool con D’Amour desde su salida de la banda en 12 años.
El esperado trabajo llegó a nuestras manos a finales del pasado mes de noviembre y aunque los detalles de este álbum debían estar en portALTERNATIVO desde hace varias semanas, he querido tomarme el tiempo suficiente para escuchar los 12 temas de Feersum Ennjin (una vez más titulo homónimo, en esta ocasión para el disco largo) a fin de ser lo más objetivo posible con respecto al material.
En primer lugar debo decir que de los 12 cortes del disco, 5 ya formaron parte de su debut EP, de modo que lo realmente nuevo aquí son 7 temas. Feersun Ennjin abre el fuego con los 2 temas de carácter más descaradamente ‘progresivos’ que D’Amour haya compuesto desde su salida de Tool. «The Fourth», con un minutaje de algo más de 8 minutos y la colaboración de Carey a la batería, es probablemente el mejor tema de este trabajo, 8 minutos que discurren por parajes hipnóticos como hacía tiempo que Paul no nos entregaba y con una sección rítmica tanto en las lineas de batería como de bajo de altísimos vuelos.
Sigue el viaje con «Fishing Grounds», cronológicamente el segundo pelotazo del disco tema que sigue una línea continuista respecto del anterior corte, continua el viaje hipnótico a través de desarrollos progresivos que ahondan en algunos momentos en pasajes cercanos a algo parecido al post-metal.
Prosigue el álbum con «Safeway», y llega el primer giro a territorios anteriormente explorados, un tema correcto de rock espacial sin demasiada miga. Algo similar sucede con «The Wilderness» donde las melodías psicodélicas y el rock espacial se entrelazan y se desarrollan hábilmente dirigidas por una brillante sección rítmica aunque la canción en cuestión jamás llega a explotar.
El álbum llega al quinto corte, donde nos encontramos con 4 de los 5 temas que ya conocíamos de su EP, temas que ha grabado nuevamente aunque a penas pueden distinguirse diferencias con respecto a los anteriores, los mismos coros en la magnifica «Dragon», el mismo dinamismo en «Lines» e idéntico resultado en «Solid Gold» y la «U-Boat», canciones que brillaron con luz propia en su EP pero que, honestamente, no aportan nada a este álbum.
La parte final del disco contiene el material más ‘controvertido’ de este trabajo. El material que más criticas ha recibido por parte de quienes esperaban un disco con temas más potentes o heavies (como el propio D’Amour manifestó en alguna entrevista semanas antes de la publicación del disco). «Magus» no deja de ser un corte de espíritu pop, con arreglos electrónicos y matices psicodélicos. «The Raft» sigue una linea más o menos similar aunque probablemente contiene unos arreglos de guitarra más propios del sonido ‘shoegaze’. «Hate The Sun» el tema con más arreglos y producción del álbum, provocará tanta indiferencia entre los fans de la vertiente más dura de este disco, como satisfacción entre aquellos seguidores del ‘shoegaze’ o el ‘space rock’, una canción brillantemente imaginada y en la que no me hubiera extrañado la colaboración de Ken Andrews.
Se cierra el disco con «Thin Air», el mismo tema que cerró su EP, la misma lisergia pseudo-electrónica que bien podía ahorrarse el bueno de Paul y que más que aportar aburre, como ya sucediera en su EP, suena a relleno.
Supongo que hacer una valoración más o menos objetiva respecto de este trabajo, me resulta difícil, quizá por que a diferencia de otros críticos valoro positivamente la independencia de este músico para moverse con soltura, creatividad e imaginación por todos los géneros a su libre albedrío. Para bien o para mal este es el auténtico D’Amour, el personaje capaz de construir una pieza épica de rock progresivo de altos vuelo y continuar con otro ambiental con claras reminiscencia electrónicas o espaciales. Quizá
por ello y en un ejercicio de honestidad decidió abandonar Tool, justo cuando el mundo decidió adorarlos como la banda definitiva del rock progresivo de las ultimas 2 décadas. Para bien o para mal Paul D’Amour es un músico, compositor más cercano al ideario musical de gente como Ken Andews que al de Adam Jones o incluso Maynard James Keenan.
En todo caso si hay que reprocharle algo a este álbum es que únicamente contenga 7 nuevos temas, y que nos haya colado las misma 5 canciones de su primer EP. Un bagaje ciertamente escaso para un periodo de 7 años.
Por lo demás un disco recomendable, muy recomendable si eres capaz de obviar el cliché que sigue suponiendo Tool en la carrera musical de Paul D’Amour.