Con la fiebre de regresos de bandas de los 90 (que celebramos y deseamos se extienda aún más) no era descabellado preguntarle a Mark Lanegan sobre un posible regreso de Screaming Trees, la banda en la que el vocalista logró sus primeros logros y que, desafortunadamente, nunca ha logrado el reconocimiento merecido.
Hace unos meses se publicaba “Last Words”, un disco con rarezas y temas inéditos del grupo del que habla con The Skinny Lanegan. “Llevaban un tiempo detrás de mi (para hacer el disco). Me gustaron esas canciones cuando las hicimos. Cuando escuché las mezclas -esa fue mi participación, decir que estaba bien, cosa con la que todos estábamos de acuerdo- no había nada que no estuviera bien, habían hecho un buen trabajo mezclándolo. Eso era todo lo que me preocupaba. Pero cuando volví a escuchar esas canciones me sorprendió la emoción que me trajeron. Fue raro – me di cuenta de que aún eran canciones realmente buenas; así que, si, me hizo feliz que saliera.”
“Habría sentido que los Trees habrían tenido el mismo final si hubiéramos terminado en cualquiera de nuestros discos,” ríe Lanegan. “Es decir, no quiero decir que no hubiera un buen montón de canciones – podrían haber habido tres discos más después de eso porque, en mi opinión, si una cosa hacía Gary Lee Conner (guitarrista de Screaming Trees) era componer muchísimas canciones geniales pero, cinco años es mucho tiempo para una banda, diez años es mucho tiempo para una banda, quince años es muchísimo tiempo para una banda – y ese fue el tiempo que estuvimos juntos. Eso son ocho largos años más que mi relación amorosa más larga.”
Viendo como compañeros de quinta vuelven a los escenarios e incluso al estudio (Soundgarden, Alice In Chains o los propios The Afghan Whigs), ¿no le entra el gusanillo? “Tras el último concierto de los Trees – que también diré que solo hicimos porque nos ofrecieron un buen montón de dinero – le dije a quien fuese que era mi manager entonces, ‘No me vuelvas a llamar si alguien quiere que haga esto’. No me hizo sentirme bien. No era fácil colaborar en los Trees; por alguna razón éramos como agua y fuego. La música debería tener cierta cantidad de alegría al hacerla y había dejado de provocármela. No diré cuanto tiempo hacía pero había dejado de provocármela. Independientemente de que yo lo vaya diciendo, la cosa sigue apareciendo. De hecho, este verano hubo una oferta pero no estoy interesado en hacerlo. No sé si los chicos lo están…”
De cualquier modo, la relación personal con sus ex-compañeros se mantiene: “Si, intercambié mensajes por Acción de Gracias con Van (Conner) y Barret Martin y hubo cierto nivel de contacto cuando salieron las demos. A veces, cuando estoy en Seattle veo a Barrett, Van vive un poco más al norte de aquí. Lee (Conner) ha vivido en Texas durante muchos años y él y yo nunca tuvimos mucha cercanía así que… Es como la familia.”
Habando ya de su nuevo disco, “Blues Funeral”, Lanegan asegura no saber “qué clase de disco iba a hacer. Simplemente empecé a hacerlo. No tenía ni una canción cuando empecé, simplemente empecé a componer y grabar. La música dictó el marco y la instrumentación. Durante mucho tiempo he estado metido en la música electrónica, usando baterías electrónicas y sintetizadores en ‘Bubblegum’ así que tampoco me parecía tan raro.”
El paso de los años ha aplacado el carácter arisco con la prensa de Lanegan y disfruta de cosas que antes no. “Mientras más mayor me hago más disfruto. Me encanta viajar. Ahora disfruto de muchas cosas que no disfrutaba cuando era joven – disfruto conociendo a gente. Todo es más fácil ahora. Cuando era joven no había nada fácil. Incluso tocar y hacer nuevas canciones era fácil. Yo era una de esas personas que tenía a dificultarme la vida a mi mismo. He aprendido, con el paso del tiempo y con mucho intento y error, a abrazar la vida.”