La carrera de Mastodon como una de las bandas más importantes del metal se ha ido cimentando con pasos lentos pero seguros: un temazo del calibre de «March Of The Fire Ants» hizo que mucha gente posara la vista en su primer largo, «Remission«, en el que el cuarteto de Atlanta daba buena cuenta de su particular interpretación del metal y sus influencias con referencias a Neurosis, Botch o incluso a The Dillinger Escape Plan. La banda al completo se mostraba como una auténtica bestia que hacía honor a su nombre pero si alguien destacaba sobremanera era el batería Brann Dailor: su forma de tocar con gran influencia del jazz y la música experimental dotaba de una personalidad al grupo que lo situaba en otra dimensión.
Su siguiente disco, «Leviathan«, fue el de la confirmación: las publicaciones más importantes del metal se rendían ante la brutal muestra de talento que la banda mostraba en el que sería primer disco de una trilogía de discos conceptuales dedicados al agua, tierra y aire.
Con «Blood Mountain» se producía el salto a la multinacional Warner Bros. sin que ello amilanara nada el carácter del grupo que, eso si, aprovechaba su nuevo hogar para echar mano de colaboradores ilustres (Josh Homme o Cedric Bixler-Zavala) y para coquetear algo más con la melodía y con desarrollos más accesibles.
Fue medio paso atrás para tomar el impulso definitivo que les llevó a engendrar su obra maestra hasta la fecha: «Crack The Skye«. Se trata del disco que definitivamente les encumbraba como una de las bandas más innovadoras y especiales del heavy-metal de la década. Abrazaban directamente y sin medias tintas el rock progresivo de los 70 pero sin dejar que les dominara: el sonido Mastodon no se adaptaba al rock progresivo sino que el rock progresivo se adaptaba a Mastodon.
El pasado año «The Hunter» se apartaba de la senda de discos conceptuales para mostrar a los Mastodon más variados hasta le fecha, sin perder por ello ni un ápice de su innegable calidad musical.
Con estos antecedentes, poder hablar con el batería Brann Dailor era un regalo, y era casi una obligación preguntarle por sus inicios o su formación como músico, además, claro está, de interrogarle por su último trabajo o el futuro inmediato del grupo.
pA: Hace unos días leíamos en vuestra web que se cumplían 12 años de Mastodon como banda. ¿Recuerdas vuestro primer día de ensayos?
Brann Dailor: Vagamente, si. Me acuerdo.
pA: ¿Hay algún recuerdo que aún tengas presente?
BD: Recuerdo estar emocionado porque la cosa echara andar y la verdad es que fue relativamente rápido. Me acababa de mudar a Atlanta, el 1 de enero del 2000 y fue dos semanas después cuando conocí a Brent (Hinds) y Troy (Sanders). Bill (Kelliher) y yo ya teníamos un local de ensayo de un amigo suyo porque yo no conocía a nadie, no había estado antes ahí. Me hice la maleta y me fui a Atlanta. Conocí a los chicos entonces; Brent y Troy tenían un concierto en un sitio con High On Fire. Fui a ver a High On Fire a aquel sótano y terminé conociendo a Brent y Troy. Me dijeron que aquel era su último concierto y que su banda Four Hour Fogger -que era la que teloneaba a High On Fire– se quedaba sin cantante porque se mudaba o algo así. Así que les dije, ‘Oye, pues podríamos juntarnos y ensayar y tal’. Y creo que tres días después nos juntamos y Brent ya tenía un puñado de canciones grabadas para Four Hour Fogger pero iba a descartarlas. Al final rehicimos y regrabamos todo ese material, que eran 5 ó 6 canciones y Bill y yo teníamos algunas canciones así que estuvimos aprendiéndonos las canciones. Así conseguimos ponernos en la senda y logramos cerrar una gira. Fue todo bastante inmediato.
pA: ¿El nombre ya lo teníais fijado?
BD: Salió un par de días después.
pA: ¿Habían alternativas?
BD: No, solo Mastodon. Nunca hubo otro…
pA: ¿Recuerdas el porqué?
BD: Bueno, Bill tiene un tatuaje en el brazo de Boba Fett de ‘Star Wars’. Tiene una marca de una de las piezas de la armadura. Y bueno, mirándole ese tatuaje Brent le suelta, ‘¿Que es eso? ¿Como se llama eso que no es un mamut? ¿Aquello otro…?’ Y Bill le dijo, ’Ah si, un mastodonte’. Y nos gustaba como sonaba. Buscábamos una palabra. Era en la época de que todas las bandas que salían tenían como nombre una frase de corrido. Queríamos una sola palabra y pensamos que encajaba y describía el sonido, ya sabes, un gran elefante peludo (risas) Volvimos al apartamento y llamamos a Scott Kelly de Neurosis que nos dijo que el nombre le gustaba (risas)
pA: ¿Cuando decidiste que querías tocar la batería? ¿Hubo un músico que te hizo querer coger las baquetas?
BD: Fue por mi familia, que eran todos músicos. Mi tío tocaba la batería en la banda de mi abuelo y ensayaban en el ático de la casa de mis abuelos. Y yo estaba ahí bastante porque mis padres eran bastante jóvenes cuando me tuvieron y se separaron también muy jóvenes. Mi madre tenía como 20 años o así y estábamos casi más en casa de mis abuelos que en nuestra propia casa. Así que yo ya con 3-4 años estaba constantemente en el ático tocando la batería porque mi tío tenía un kit (de batería) con un bombo bastante pequeñito y llegaba al pedal. Todo el mundo me alentaba y me decía, ‘Hey, ¡eres capaz de mantener un ritmo!’ (risas) Yo no sabía nada de bandas ni nada… Creo que cualquier niño de tres años al que le ponen delante varios instrumentos va a querer aporrerar algo, ¿sabes a lo que me refiero? Para mi fue eso y el hecho de que tenía éxito haciéndolo. Era divertido y me salía de forma natural al contrario que la guitarra o algo así, que era grande y tenías que agarrarlo y era más difícil hacerlo funcionar. En cambio la batería era simplemente, ‘Bang-bang-bang’.
Volviendo al tema de la batería, digamos que era algo que me llamaba a sentarme ahí y tocar. Para mi era un juguete. Tuve distintas fases de tocar y no tocar. Fue a los 11 ó 12 en que empecé a tocar con otra gente y en que empecé a tomármelo un poquito más en serio aprendiendo covers de Metallica y lo que fuese que pudiéramos hacer. A los 13 o así toqué mi primer concierto de rock en una pista de patinaje (risas) A partir de ese momento me costó largo tiempo llegar a la conclusión de que iba a tener que salir de gira y todo eso. Mi primera gira no la hice hasta los 21 años.
pA: Pero tu nivel lo has logrado a base de practicar, ¿no? Es decir, nunca has ido a clases ni nada, ¿no?
BD: Bueno, tomé algunas clases cuando tenía 8 ó 9 pero era algo demasiado joven y no lo pillé demasiado. Me resultaba aburrido. Iba a clase de un tipo que tenía ahí dos baterías y yo que me quería sentar detrás de una y él me decía, ‘No, no; vuelve aquí’. Y me hacía sentarme en un rincón con dos cajas de batería y dos atriles y tenía que hacer izquierda/derecha-izquierda/derecha. Y claro, yo pensaba, ‘a la mierda esto-a la mierda esto’, ¿sabes? (risas) Cuando salía de ahí mi padre me preguntaba, ‘¿Qué tal?’ Y claro, yo le decía, ‘¡Aburrido!’ Lo odiaba. Era horrible. (Tocar) la batería era divertido y en cambio aquello me daba la sensación de ser como el colegio y el colegio no era algo divertido para mi. No era fan del colegio, lo odiaba (risas) Cualquier excusa que surgiera para no ir al colegio, la probaba. Me hice el enfermo muchas veces, no quería estar ahí. También es que era malo (con los estudios). No prestaba mucha atención, andaba siempre con la cabeza en las nubes. Bueno, la cosa es que toqué, toqué y toqué. Creo que no fue hasta los 16-17 en que empecé a tomármelo en serio tocando metal técnico. Todo el mundo empezaba a interesarse en esa clase de material. El disco de Mr Bungle justo acababa de salir y eso cambió las cosas para mi. Empecé a escuchar cosas más raras, complejas, buscaba la música más extraña posible. Empecé con Praxis, material más técnico, cosas de Bill Laswell, Buckethead… Eso me llevó a la música de mi infancia, las cosas que ponía mi padre, cosas como ‘Bitches Brew’ (Miles Davis), ‘A Love Supreme’ (de John Coltrane), Genesis, King Crimson, Yes, esa clase de cosas… Así traté de empezar a incorporar esas cosas a mi forma de tocar y me iba alejando cada vez más del rollo Metallica y King Diamond que eran mis influencias como batería con 13-14 años. Fui cambiándome a Billy Cobham y a tipos como él, Phil Collins. Creo que aún tengo todo eso del metal pero uso el estilo de tocar de fusión y lo pongo todo junto. Luego toqué con un guitarrista bastante alocado y neurótico; además, nunca toqué con bajistas así que solía tocar al ritmo de las notas de guitarra. De ahí viene el estilo de tocar tan frenético.
pA: Bueno, la verdad es que eres asombroso tocando, la verdad sea dicha…
BD: Ah, gracias. (pone tono de paleto tímido) ‘Hago lo que puedo, hago lo que puedo’ (risas)
pA: Déjame que te pregunte por ‘The Hunter’, vuestro nuevo disco. ¿Qué diferencias hubo entre la composición y grabación de este y los anteriores discos?
BD: Bueno, fue algo diferente. Ocurrían cosas personales con la gente del grupo, situaciones estresantes. Normalmente nosotros creamos el estrés con Mastodon porque entramos ahí y la cosa se pone intensa y se convierte en un sitio estresante en el que estar, ahí metidos todo el día, sacando un riff y haciéndolo más y más difícil de tocar y más difícil de que a alguien le guste.
Esta vez no podíamos hacer esto, no podíamos hacer que el local de ensayo tuviera ese ambiente estresante. Teníamos que hacer que todo fuese más divertido, más ligero. Y es lo que hicimos y el resultado es el álbum. Ha sido la vez que menos preparados hemos estado para entrar en el estudio. Teníamos una gira a la vuelta de la esquina, por Europa en festivales y sabíamos el día que empezaba eso. Teníamos como 8 canciones totalmente terminadas y luego teníamos esas otras que estaban así-asá y a ver que hacíamos. Nos reunimos con el productor y decidimos, ‘Vamos a meternos en el estudio, grabaremos la máxima cantidad de pistas de batería y a ver donde llegamos. Si no hemos terminado al menos habremos hecho la mitad del trabajo. Se nos echa encima la gira pero cuando volvamos, lo terminamos’. Y se nos podían ocurrir algunas ideas más en la carretera. Pero al final acabamos terminándolo todo antes de salir a la carretera, grabando la última pista de voz con un pie en el estudio y otro pie en el avión. Lo escuchamos durante toda la gira y cuando volvimos estuvimos dos días en el estudio en los que arreglamos algunas cosas de voces y añadimos algún solo aquí y allá, algún sintetizador ‘Moog’ antes de ‘The Creature Lives’. Simplemente un par de cosas para acabar de abotonar todo.
En cuanto al proceso de grabación no fue tan diferente a como lo habíamos hecho en el pasado: todo bastante directo. Haz la pista de batería, haz la pista de bajo, deja que los guitarristas hagan el loco con sus juguetitos y lo pasen bien, y yo escribía letras enfervorizadamente mientras los chicos hacían lo suyo. Somos bastante poco ortodoxos en cuanto a que metemos con calzador la letra en la música, en plan, ‘Ese quizá sea un buen sitio para las voces’. ‘Creo que tengo una idea’ y te metes en la cabina para grabar voces y tarareas algo (mientras dice esto tararea la melodía de ‘Black Tongue’) y tienes que mirar a ver con cuantas sílabas tienes que trabajar y luego se te tiene que ocurrir algo que tenga sentido, y que rimen la línea 1 y 3, y 2 y 4. Es de putos retrasados (risas) Pero ese es el proceso y es bastante estresante el hacer las letras. Con la batería tengo plena confianza y seguridad, eso me lo quito fácil de encima pero a partir de ahí es cuando llega el verdadero dolor de cabeza: escribir las letras (risas)
pA: ¿Y qué hay de Mike Elizondo? ¿Qué os aportó?
BD: Tuvo algunas ideas buenas, sabes. Vino con orejas frescas, por así decirlo. A veces es difícil distinguir los árboles en el bosque cuando llevas excavando ahí durante 8 ó 6 meses o el tiempo que lleves componiendo, en plan, ‘No sé si ninguna de esta mierda es buena, no tengo ni idea’. Es una cosa de ir día a día. Necesitas a alguien que te diga, ‘No, está genial’ para darte la confianza de seguir adelante. (Elizondo) es alguien que tiene un gusto musical similar y es un tío muy musical. Su forma de encarar (la composición y grabación) funciona bien con nosotros. Es un tío muy tranquilo y relajado. Y logra el rendimiento que quiere. Tiene buen oído para identificar qué es bueno y nosotros también, la verdad.
pA: ¿Fue muy diferente trabajar con él que con Matt Bayles o Brendan O’Brien?
BD: Matt era un poco estresante… Quizá a veces era… Si, era algo estresante. Aunque también nosotros le poníamos en esa situación. Pero con Brendan la cosa fue muy bien. Matt también, ojo. No voy a decir nada malo de él porque es buen amigo nuestro y creo que es un gran productor. Brendan quería concentrarse mucho en el aspecto progresivo de nuestra banda. Y eso era lo que necesitábamos en ‘Crack The Skye’. Pero esta vez pensé que necesitábamos a alguien que si bien cogiera nuestra parte más heavy, combinara ambos mundos y Mike era el indicado. Andaba tan metido en una canción como ‘The Hunter’ como en ‘Spectrelight’. Cuando le mandábamos demos nos decía, ‘Esto es tremendo, deberíais profundizar en eso’. Creo que ‘Spectrelight’ eran solo dos riffs cuando le mandé la demo. Le mandamos un amplio abanico de ideas en forma de pedazos y se emocionó en los mismos en los que nosotros. Todos menos uno, que era ‘The Octopus Has No Friends’ pero yo pensé que debíamos desarrollarla porque me parecía buena. Le dije que me gustaba y me dijo, ‘Vale, perfecto, seguid con ella. Al final es cosa vuestra, chicos. Haced lo que queráis. Yo puedo daros consejos pero es vuestro disco’. Creo que mucha gente se puso de los nervios, en plan (mientras pone voz de fan indignado), ‘Oh, no, Mastodon va a convertise en una banda de hip-hop’. Y yo decía, ‘¿Como coño va a pasar eso?’ En serio, no soy nada bueno rapeando (risas) No puedo hacerlo, no tengo ‘flow’, hijo, nada (risas) Es algo imposible, en serio. Mike solo quería tomar una instantánea de la banda, de donde se encontraba en un momento en concreto y hacer que sonara como quería la banda que sonara, ayudar a la causa.
pA: Hombre, es que nadie quiere sonar igual disco tras disco…
BD: Bueno, hay muchas bandas ahí fuera que encuentran algo y se mantienen fieles a ello. Nosotros nos aburrimos muy rápidamente. Y la verdad, si no tuviéramos nada nuevo que decir, diríamos adiós.
pA: ¿Qué es lo próximo…?
BD: Pues me voy a tomar una taza de sopa (risas)
pA: (risas) ¿Qué hay del ‘split’ que vais a sacar el día de las tiendas de discos con Feist? ¿Ya está grabado y listo?
BD: Si, si. Justo ayer dimos el OK a la mezcla definitiva.
pA: ¿Lo ha oído ella?
BD: No lo sé.
pA: ¿Has oído tu su versión?
BD: No. Pero la nuestra ha quedado tremenda. Creo que puede estar contenta.
pA: ¿Sabéis de qué tema hará un ‘cover’?
BD: Si, pero no puedo decírtelo.
pA: (risas)
BD: Deberías hablar con mi bajista si quieres esa clase de información (risas) En boca cerrada no entran moscas, ya sabes (risas)
pA: ¿Como surgió esa idea de hacer este ‘split’?
BD: Fue algo raro. Bueno, más que raro, inesperado. Tan pronto que bajamos del escenario de grabar nuestra actuación en (el programa de la BBC) ‘Later With Jools Holland’, Brent y ella estaban ya conversando: ‘Deberíamos hacer algo, deberíamos hacer un split’. Y me quedé, ‘¿Como? Ah, bueno, vale, mola’. Nos apuntamos a todo lo que sea raro, sabes. Y luego Troy lo perpetuó hablando de ello en una entrevista y la cosa apareció en todos lados. Y claro, le dijimos, ‘¡Troy, tío!’. Pero estoy feliz de que lo hiciera. A veces cuando dices algo en la prensa y aparece como que va a pasar, no te queda otra que hacerlo. Pero estoy muy feliz de que lo hiciéramos porque ha quedado muy bien. Estoy muy emocionado.
pA: ¿Podemos esperar algo muy diferente a lo que nos tenéis acostumbrados?
BD: Bueno, hemos’heavy-zado’ una de sus canciones. Y creo que suena muy bien.
pA: Déjame preguntarte por todo el lío de internet ahora con la ley SOPA y PIPA. ¿Que opinión te merece?
BD: Bueno… Nosotros salimos en un momento extraño de la historia con internet. Sin duda creo que las descargas ilegales han hecho que mucha gente se fije en nuestra música que, de otra manera, no lo habría hecho. Pero no lo sé seguro… Es difícil de decir. El sello no para de decirnos, ‘Oh, si estuviésemos en 1998 habríais vendido todos estos discos’. Pero, ¿como saben eso? ¡No lo sabes! Además, no me digáis eso, joder (risas) ‘Estaríais viviendo en una casa así de grande’ (mientras gesticula con las manos) ‘No verías a tu mujer en muchos días’
pA: (risas)
BD: Y yo les digo, ‘Yo estoy bien viviendo donde vivo. Es pequeño pero está bien’. No necesito más dinero del que tengo, estoy bien. Pero me tiene más tiempo en la carretera del que me gustaría; ya no se hace dinero vendiendo discos y tienes que estar aquí fuera para mantener a tu familia, dar de comer a los perros’. Así que… No lo sé… ¿Meter a gente en la cárcel 5 años por bajarse unos CDs? No creo que sea una buena idea.
pA: Creo que hay otras maneras de concienciar a la gente…
BD: Si. Las cárceles ya están saturadas, no queda sitio. Tendrán que construir cárceles más grandes, hospitales más grandes porque nadie quiere despedirse de un puñado de vegetales, ¿sabes a lo que me refiero? Pero bueno, eso es otro tema diferente…
Es una pena que los chavales ahora crean que la música es gratis. Creo que la libertad para crear música nueva, interesante y diferente no es que vaya a dejar de existir pero si será más difícil para los músicos, que no podrán vivir de ello. No podrán hacerlo, sabes, no podrán permitirse vivir de ello y tendrán que ir hacia estilos de música más comerciales para poder vivir, pagar las facturas y esas cosas. Para algunos de nosotros y para mi (la música) es la única opción que tengo. Supongo que podría volver a hacer formación profesional (community college) y aprender un oficio o algo así. Supongo que estaría trabajando en un supermercado si no fuese por Mastodon o pintando casas o haciendo de albañil… Espero que den con alguna solución.
pA: Última pregunta teniendo en cuenta a nuestros lectores de Sudamérica; ¿planes para visitar aquellas tierras?
BD: Deberíamos ir ahí, si. Hicimos una gira con Metallica que fue bastante grande. Deberíamos volver a ver si eso sirvió (para ganar fans). Sin duda iremos ahí este año.
pA: Muchas gracias, Brann. Ha sido un placer. Espero que tengáis un concierto genial esta noche.
BD: Gracias a ti tío. Ha sido un placer.