El nuevo disco de Every Time I Die, ”Ex Lives”, salió hace un par de semanas y lo cierto es que no solo se está ganando buenas críticas sino que ha llegado a entrar al número 25 del Billboard norteamericano. La gente de Noisecreep ha hablado con el guitarrista Andy Williams que se muestra encantado con el recibimiento que el álbum ha obtenido.
“Personalmente significa mucho más para mi oír (decir cosas buenas) a los chavales que leerlo en revistas. Con los fans siempre es puro y real. Pero dicho eso, cuando gusto a los críticos que respetas, cuando las revistas que lees, les gusta – eso mola. Me flipo cuando oigo que a la gente le gusta nuestro material, ¿quien no lo haría? Esta vez mucha gente de muchos sitios nos está diciendo que este es nuestro mejor disco de todos.”
El guitarrista da las gracias a sus padres por su buena educación musical: “Siempre escuché mucho punk pero mis padres me pusieron al alcance mucha música. Eran de mente muy abierta. Mi padre era un gran fan de The Rolling Stones pero si le digo que se venga a ver un grupo como Torche, se viene. Fue quien me compró mi primer disco de Black Flag. Y me llevó a grandes conciertos como Sonic Youth, Nirvana e incluso Henry Rollins. En el concierto de Rollings, Beastie Boys le teloneraon. Todo esto me ayudó a desarrollar mis gustos musicales.”
La banda empieza ahora una gira con dos bandas cristianas (The Devil Wears Prada y Oh Sleeper), con las que no tienen demasiado en común, más allá de la música. “Dos de las bandas son devotas cristianas. Hace unos meses estuve pensando en convertirme en sacerdote satánico. Si, si, sacerdote satánico. Leí mucho y es algo que me intriga porque es muy anarquista, no tiene tanto que ver con Satán ni nada, es más sobre la anarquía, que es algo en lo que ando muy metido. Empecé a preguntarme si podía hacerlo, obtener ese estatus. He leído al respecto y pensé que podría ser guay. Pero he decidido que, ahora mismo, no tengo suficientes conocimientos. Pero quizá vuelva a planteármelo.
Pero aún así nos llevamos bien y nos respetamos. Son totalmente diferentes a mi pero nunca hemos juzgado a las bandas con las que salimos de gira. Estos tíos son tremendos. Si alguien es bueno conmigo, yo soy bueno con él.”
Le van las experiencias extremas a Williams que cuenta que “recientemente compré una balsa de 30 dólares y me fui al lago Ontario a remar lo más lejos que pude. Como unos 5 kms. Y lo hice a la una de la madrugada. Sin luces, ni sirenas ni nada – y tenía que dar con la tierra. Podría haber muerto. ¡Se me rompieron los remos!”
Todo ello le sirve para crear música. De hecho “leí del gran músico de jazz Ornette Coleman, que componía, tomaba heroína y luego volvía a componer lo que había compuesto estando colocado. Bueno, yo no bebo ni me drogo y realmente nunca lo he hecho pero he empezado a tomar café. Y para este álbum, componía, me bebía dos cafeteras y luego volvía a mirarme la música. La verdad es que las cosas fuesen más intensas y originales y eso es lo que más me gusta de este disco. La energía. Otra cosa que quise hacer fue levantar 225 kilos. Canalizar todo mi cabreo en eso en el gimnasio -así hago pesas- y luego coger la guitarra y estar en buena forma porque he logrado algo grande. hay mucha energía extraña en este álbum.”