Ya no hay stop decía el famoso slogan publicitario. Sin embargo, lo que puede decir stop es el tímpano de los oyentes. Y es que quien dice que la música pop anda en caída libre desde los 60 ya tiene fundamento científico en el que basar su opinión: de acuerdo a un artículo publicado en Scientific Reports, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, dirigido por el investigador Joan Serrà, asegura haber “hallado pruebas de la progresiva homogenización del discurso musical.”
En el artículo, Serrà afirma que han “obtenido indicadores numéricos que muestran que la diversidad de transiciones entre combinaciones de notas -hablando llanamente, acordes más melodías- ha menguado de forma consistente en los últimos 50 años. ”
Los investigadores han combinado la música de los últimos 50 años con unos complejos algoritmos y han descubierto que las canciones pop suenan intrínsecamente más altas y anodinas en términos de estribillos, melodías y tipos de sonido empleados.
Según leemos en la noticia de la agencia Reuters, también descubrieron que la denominada paleta de timbres se había vuelto más pobre. Se dice que la misma nota tocada al mismo volumen en un piano y una guitarra tiene un timbre diferente, así que los investigadores concluyeron que la música pop moderna tenía una variedad de sonidos más limitada. Así, las canciones han ido aumentando de volumen con el paso de los años, siendo otra prueba de eso que se ha ido llamando como la guerra del volumen, que la Wikipedia define como “la tendencia de la industria musical a grabar, producir y emitir música elevando progresivamente el volumen todos los años creando un sonido que destaca sobre los de años anteriores.”