Veinticinco años de la conmoción de Juana

El próximo año será el vigésimo quinto aniversario del “Nothing’s Shocking”, el debut de . Por ello, la gente de Noozhawk le ha preguntado al respecto al batería Stephen Perkins.

Ahora, en el backstage tenemos un pequeño cuarto para ensayar porque nos gusta tocar una hora o así antes de subir al escenario. A mitad de la gira, hace un mes, tocamos el disco completo íntegramente en el backstage y fue escalofriante. Sentí algo por esa pieza musical como pieza de 48 minutos de música, y el viaje al que me llevó como oyente.

Como batería en una banda, me encanta estar en la banda pero echo de menos ser parte del público. Sabes, poner un disco de tu banda favorita y meterte en ello, es difícil hacerlo con porque soy parte de la banda. Pero me encanta saber que la gente se haya casado con ‘Summertime Rolls’ o que una de nuestras canciones significa algo para ellos. Y todo ese disco sigue siendo una pieza íntegra de música para mi.

Hacer ese disco, e incluso ‘Ritual (de lo Habitual)’, fue llevar nuestro directo al estudio y meter micros y hacer un poco de post-producción. Pero así es como sonamos en un escenario. Simplemente pusimos los micros y tocamos, y ahí tienes ‘Nothing’s Shocking’. Y lo mismo pasó con ‘Ritual’. Cuando nos pusimos con ‘Strays’ y el nuevo disco, no éramos tanto una banda en directo como para meternos ahí y hacer un disco. Teníamos que meternos ahí y casi con las nuevas tecnologías, juntarlo. Pero por aquellos tiempos, tocábamos, poníamos los micros y luego lo escuchábamos. Por aquel entonces, todo era en una toma. Así que lo que oyes en ‘Nothing’s Shocking’ y la sensación que obtengo de ello es mágica.

Por supuesto, el efecto onda y el impacto, lo único que puedes hacer es sentarte y ver qué pasó pero yo casi lo veo como si tomas un gran vaso de agua cristalina, le tiras una pequeña gota de agua con tinte azul y todo el vaso se torna azul. no hicimos mucha cosa. Hicimos uno o dos discos pero la pequeña gota cambió todo el ambiente. Tiramos una piedrecita a un gran lago pero aún hay olas. Teníamos una comunidad increíble, realmente, de lo que estaba pasando en Los Angeles tanto en el underground como por encima. Y estuvo en ese momento. Puedes escucharlo en las letras y en la música. Ahora, 25 años después, echo la vista atrás a como se hizo ese disco, y hay fotos divertidas nuestras haciéndolo. Fue la primera vez que como banda teníamos dinero así que alquilamos timbales y campanas de iglesia. Nos tiramos a a piscina. Fue una gran experiencia tener el tiempo y los ingenieros de calidad, y el productor Dave Jerden, y Ronnie Champagne. Esos tíos trabajaron con nosotros y crearon una obra de arte.

Cuando haces música, siempre piensas -¿por qué sacarlo si no lo será?- si será original, una experiencia que cambie la vida de los oyentes. Sabes, ese es nuestra meta (risas) Nuestra meta no era hacer música para nosotros, hacer una cinta para escucharla en el coche. Solo queríamos hacer algo que cambiara las cosas, que agitara las cosas. Fue bueno saber que estaba funcionando. Pero creo que el ambiente en el que empezó la banda, esa sensación y esa filosofía y ese interés en agitar ese arte, estaba en todos lados.