Hace unos meses caía en nuestras manos el esperado álbum en solitario de Mark Tremonti, ese trabajo al que llevaba una buena temporada dándole vueltas y que, de alguna forma, debía completar algo así como su particular «Divina Trinidad». Una trinidad que han formado su banda de la toda la vida, Creed, la banda que lo vio renacer como músico, Alter Bridge, y la que ahora debemos incluir, su nuevo proyecto personal: Tremonti.
Me resulta imposible en este momento no echar un vistazo a la trayectoria musical de Mark Tremonti porque, seamos sinceros, el hoy respetado e influyente Mark no siempre fue el músico que hoy conocemos.
De hecho, aquellos primeros discos que contribuyó a componer e interpretar con Creed no jugaron a su favor. Tampoco lo hicieron los rumores que le acusaron de ser un subproducto manipulado por su discográfica.
Creed acabaron por separarse, y a partir de aquí Tremonti comenzó una nueva etapa alejado de los clichés que rodearon a la banda, construyendo una sólida reputación en Alter Bridge. Apoyado por sus antiguos compañeros de Creed y junto a Myles Kennedy, Mark ha desarrollado su manera de entender el rock alternativo y el metal. A lo largo de los 3 discos que nos ha entregado con Alter Bridge ha conseguido definir un sonido y estilo bastante reconocibles, de modo que solo era cuestión de tiempo encontrar un hueco en su apretada agenda para entregarnos su álbum en solitario.
Bautizado como «All I Was«, el disco en cuestión supone un recorrido bastante efectivo por las influencias que han venido acompañado a Mark desde sus inicios hasta la actualidad, todo ello perfectamente integrado dentro del característico sonido que sale de su guitarra.
Trallazos como «Wish You Well», «Brains», «Living Up», «All I Was» o «Decay» tienen claras reminiscencias al metal clásico que siempre ha reivindicado, pero no deja de lado canciones de corte más cercano al rock alternativo como «The Things I’ve Seen», «New Way Out» o «Proof», que perfectamente podrían formar parte de cualquier álbum de Alter Bridge.
No podemos obviar el hecho de que, por primera vez en su carrera, Mark Tremonti enfrenta sus composiciones desde el micrófono, interpretando todos los cortes de «All I Was«. Aunque su registro vocal no es comparable al de los dos vocalistas que le han acompañado a lo largo de su carrera (Scott Stapp y Myles Kennedy), consigue salir airoso de la prueba. Energía y convicción no le faltan en absoluto y, aunque en este aspecto sus límites son mucho más evidentes que sus cualidades a la hora de generar riffs, el resultado global bien merece un aplaudido reconocimiento por nuestra parte.
Puede sentirse orgulloso nuestro admirado Mark Tremonti, porque ha conseguido completar un álbum muy notable, que lo confirma como uno de los músicos definitivos de esta década, capaz de componer e interpretar temas de una calidad muy superior a la medianía general, y todo ello con su inconfundible sello personal. Lejos, muy lejos, quedan aquellos tiempos que sembraron muchas dudas sobre las posibilidades y capacidades de Mark.
¡Esperamos impacientes la próxima entrega que quieras ofrecernos… con cualquiera de tus proyectos!