«Waking Season», el último disco de Caspian, se ha ganado buenas críticas por ser una vuelta de tuerca al cada vez más estático género del post-rock. Sin duda la escena de Boston ha nutrido al rock de espectro concienzudo de nueva vitalidad.
Así, tener la oportunidad de charlar con el guitarrista del grupo, Erin Burke-Moran, era una interesante propuesta sobre todo sabiendo que Burke-Moran no solo dedica su tiempo al grupo sino que también ejerce como profesor en una academia de Beverly, en Massachusetts.
pA: ¿Qué tal estás Erin?
Erin Burke-Moran: Cansado, tío. Pero bueno, es lo normal cuando estás de gira: duermes dos horas aquí, cinco allí. Y así vas haciendo. Me siento bastante bien ahora mismo, a decir verdad.
pA: ¿Te ves dentro de 10-15 años con esta misma tónica? Durmiendo a salto de mata…
EBM: ¿Sabes qué? No sé si hay alguna manera de no hacerlo. A veces es demasiada fiesta y otras es: el concierto termina a las 4:00 A.M. y te tienes que levantar a las 6:00 A.M. Es parte de esto. La cosa es que cuando estoy en casa, necesito ocho horas de sueño. Pero por la razón que sea, cuando estoy de gira puedo funcionar con solo dos horas (risas)
pA: ¿Como os está yendo la gira? ¿Qué tal está reaccionando el público a vuestro nuevo material?
EBM: La verdad es que en todos sitios está siendo tremendo. El público, en términos de números, también está siendo mayor. Siempre es difícil juzgar a un público: una noche puede haber un puñado de gente que puede parecer que no está muy metida en el concierto pero en realidad si lo está y luego tienes otros donde todo el mundo está gritando y saltando. Se hace difícil de juzgar. Me suelo centrar más en disfrutar de la noche. Las expectativas te dejan a veces queriendo más de algo.
pA: Esto me lleva a una pregunta típica que les hacemos a muchas bandas. ¿Se notan diferencias entre públicos en función del país?
EBM: Oh, ¡si! Sin duda. Incluso dentro de los propios países. Creo que hay grandes diferencias… Bueno, no grandes pero si diferencias entre países e incluso entre ciudades de un país. Por ejemplo, el público de Madrid pudo estar flipante y alocado, y la próxima vez que vas quizá no, ¿sabes? A veces tiene que ver la gente que finalmente va al concierto.
pA: Al final somos todos personas, ¿no?
EBM: Exacto (risas) Pero si, hay pequeñas diferencias.
pA: ¿Como ha sido la composición y grabación de vuestro nuevo disco?
EBM: Me encanta todo el proceso. Este es mi segundo disco con Caspian y en este, personalmente, me he sentido mucho más cómodo siendo parte de la banda. Al principio, al empezar a componer, lo pasamos mal. Para empezar, estuvimos de gira durante dos años. Y claro, empezábamos (a componer una canción) y nos tocaba salir de gira y no la terminábamos… Y eso una y otra vez. Llegó el momento en que terminamos de girar y decidimos tomarnos un año fuera de los directos. Los primeros dos o tres meses de eso fue difícil porque era como si hubiéramos perdido la dirección. Entonces, nos juntamos y hablamos todos, trabajamos duro y el álbum empezó a componerse solo, de alguna manera.
pA: ¿Trabajáis normalmente como banda o cada uno hace sus partes y luego lo juntáis?
EBM: Normalmente alguien tiene una idea y luego nos metemos en el local de ensayo 3 veces a la semana, de 2 a 4 horas. Y trabajamos en ello sin parar. Pero también pasamos tiempo solos y hacemos cosas. Y también tenemos muchos samples en los que trabaja Phil (Jamieson). Él suele trabajar en esas cosas y luego nos las trae y todo empieza a tomar cuerpo. Y en cuanto a la grabación, en esta ocasión…
pA: ¿Os ha echado una mano Matt Bayles, no?
EBM: Fue maravilloso. Bueno, para empezar fuimos a un estudio fantástico y que estuviera él ahí fue toda una… Nos sentimos bien.
pA: ¿En qué os ayudó?
EBM: Bueno él, digamos que en lo que más… Estuvo ahí solo cuatro días antes de que grabáramos pero logró que alcanzáramos cierta excelencia. Es muy particular en cuanto a sonidos y ritmos. Era como tener un pequeño fuego debajo nuestro. Tras eso, fuimos a grabar e iba a ser tres meses antes de que pudiéramos mezclar con él así que pensamos en mezclarlo nosotros mismos con un amigo pero al final decidimos esperarle y creo que fue la mejor decisión que tomamos. Tener un oído externo y, bueno, ese tío es un genio. Personalmente tengo la sensación de que esta vez hemos hecho un disco de verdad. Todo en general da esa sensación.
pA: Sin duda es el disco con sonido más profesional que hayáis hecho.
EBM: Creo que es el conglomerado de todo. Además, llevamos ya unos cuantos años juntos. Pero realmente en cuanto a producción es donde se nota mucho.
pA: ¿Como decidís el título del álbum?
EBM: Bueno, fue cosa de Phil. Vino y nos dijo, ‘Tíos, ¿qué os parece ‘Waking Season’ como título?’ Y dijimos, ‘Si, suena genial’ (risas) Fue cosa de dos minutos (risas)
pA: ¿Pasa lo mismo con los títulos de las canciones? ¿O los títulos de las canciones llevan más tiempo?
EBM: Bueno, Phil estuvo su tiempo pensando en eso (el título del disco) durante un tiempo. Teníamos un par de títulos mientras trabajábamos… Pero en cuanto a las canciones, lo mío no es ponerle nombres. A Joe (Vickers), el batería, le gusta lo de los nombres. Sinceramente, le pusimos el nombre a tres o cuatro canciones mientras las mezclábamos porqué no había más remedio (risas) Tuvimos tres años para pensar en títulos y mira (risas) Fue, ‘Mira, tenemos que ponerle título a estas canciones’ (risas)
pA: Al no tener letras… No puedes usar alguna estrofa para titularla, claro.
EBM: Sabes, tratas de darle el nombre a algo sin hacer que sea algo específico. No sé. A veces funciona mejor que otras.
pA: ¿Qué hay el artwork? ¿Es responsabilidad absoluta de Phil?
EBM: Sabes, él empezó encargándose de ello desde el principio y disfruta haciéndolo: está muy metido en la fotografía y esas cosas y le gusta hacerlo todo. La foto de la portada era de otro artista – no sé su nombre, no te lo sabría decir – pero Phil lo encontró y trasteó un poco con eso. La verdad es que todos confiamos en él y si queremos aportar algo, él está abierto a ello pero a mi me gusta componer música y dar conciertos, ¿sabes? (risas) Todos tenemos nuestras especialidades de las que nos encargamos.
pA: Háblanos un poco de tu trabajo como profesor de música. ¿Qué haces exactamente?
EBM: Bueno, tengo unos 30 alumnos por semana. Casi siempre son cosas individuales. Son niños de 5 años hasta adultos. Son toda clase de cosas distintas: niños que quieren aprender a tocar Green Day, estudiantes de guitarra clásica, chavales de 16-17 que piensan ir a la universidad y prepararse para carreras musicales… Creo que lo que más estoy disfrutando estos último cinco o seis años es algo que la escuela llevaba haciendo desde antes de que me incorporara: juntar a chavales y que formen una banda y trabajar con ellos durante dos meses. Tenemos un local de cuyos dueños soy amigo y lo usamos para que monten un concierto y sientan lo que es estar en una banda. De esta manera los chavales pueden superar sus miedos de ‘¿podré hacerlo?’. Se trata de enseñarles a tocar y a ensayar, y a como hacer un concierto y pasarlo bien. Y, sinceramente, está siendo una de las cosas más agradecidas de mi vida.
pA: ¿Como logras apañártelas para tener tiempo para todo?
EBM: Bueno, es más fácil cuando estamos en casa (risas) Lo que mola es que trabajo en una escuela de música y por tanto otros profesores pueden encargarse de mis alumnos. Hay una banda con la que llevo trabajando sin pausa desde hace un años ya y hay otro profesor que se está encargando de llevarla mientras no estoy. Eso facilita mucho las cosas. La suerte es que todo el mundo comprende que esto es lo que hago.
pA: ¿Crees que hoy en día las bandas pueden vivir de solo hacer música?
EBM: Creo que es realmente difícil. Por muy duro que trabajemos y mucho tiempo que invirtamos seguimos sin poder… Podemos salir de gira pero no me conozco la magia que hace que puedas estar en una banda y no tener que trabajar. Personalmente, en cuanto a mi trabajo, seguramente estaría haciéndolo aunque estuviéramos sacando dinero de esto. Es una pregunta complicada. Especialmente cuando estás en un banda post-rock o lo que sea…
pA: Algo no ‘mainstream’.
EBM: Exacto. Al entrar tuve una idea pero ahora ha ido cambiando a una postura mucho más realista. Aún así estoy tan agradecido por poder estar aquí. Y ese es el éxito. Si además viene el dinero, genial (risas) Pero…
pA: Al menos puedes viajar y ver mundo, ¿no?
EBM: Si, hoy estoy en Barcelona, ¿no? (risas) Es increíble.
pA: Háblanos un poco del concierto que hicisteis en esa iglesia de Boston.
EBM: Fue realmente maravilloso. Antes de que entrara en la banda habían hecho algo parecido, tocando en otra catedral de Boston. Yo no pude ver el concierto pero siempre me hablaron de que fue increíble. La verdad es que fue un concierto diferente porque todo el mundo estaba relajado y sentado. Y bueno, un edificio como ese es magnífico…
pA: Y la acústica…
EBM: Si, la acústica era intensa. Y había un rollo muy guay en el escenario durante todo el concierto. Vinieron muchos amigos porque al ser en Boston y lo disfrutaron muchísimo. Fue uno de esos conciertos en el que nos sentimos muy bien pero no estábamos del todo seguros y saber que nuestros amigos resultaron inspirados por lo que hicimos, fue muy guay. Y fue por una buena causa para una ONG (Amirah) con la que esperamos volver a trabajar en el futuro.
pA: Eso tiene que sentar bien de poder ser músico, tener la posibilidad de ayudar a otra gente con la música.
EBM: Si, eso es genial.
pA: Por cierto, ¿de qué es la camiseta que llevas? ¿No es de Motorhëad, no?
EBM: Es de Monkey Drive, nuestra empresa de camisetas. Es una imagen muy metalera, si.
pA: Hablando de metal, ¿qué te parece el regreso de Black Sabbath?
EBM: ¿En serio vuelven?
pA: Si, están grabando un álbum.
EBM: Me parece maravilloso. Bueno, tampoco es mi banda favorita pero está claro que han inspirado a muchísimas bandas de rock. Siempre que una banda así se reúne a mucha gente le gusta. Mola. Ozzy es hilarante (risas) Ver a esos tíos en un escenario tiene que ser tremendo.
pA: ¿Cuales fueron tus principales influencias cuando empezaste en esto de la música?
EBM: Empecé a tocar la guitarra a mediados de los 90 así que estaba muy metido en las bandas de rock alternativo como Bush o Live y cosas así. Después de eso, cuando fui a la escuela de música entré en la música clásica y la guitarra clásica. Mis mayores influencias son músicos así. Me encanta Bach, Albéniz… Hice muchas de sus transcripciones para guitarra, originariamente para piano. De ahí es donde saco muchas de mis influencias. En los últimos años quizá no ningún artista concreto pero si ando escuchando mucho jazz. Ando muy metido en la música y la teoría musical. Eso es lo mío, si. Y sinceramente, también muchos de mis amigos de giras: Constants, Junius…
pA: Toda esa escena de Boston.
EBM: Antes de salir de gira con Caspian pensaba que la música era Evanescence. No sabía que existía toda esa escena en el ‘underground’. Al salir de gira fue, ‘Mira todas estas increíbles bandas de las que no había oído hablar antes haciendo música honesta y buena’.
pA: Hablabas antes de los 90 y como empezaste en la música con el rock alternativo de aquella época.
EBM: Bueno, sabes, cuando vas creciendo está la música con la que te metes en ese mundo sin que importe lo buena, mala, genial o cursi que sea. Todo aquello, Pearl Jam, etc. Pero mis preferidos eran Live. Luego más adelante, ya en la universidad me metí mucho en Muse. Muse es una de mis bandas favoritas hasta que se metieron en ese rollo bailable-europeo (risas) Pero es lo que pasa siempre: te encantan, cambian y ya no te gustan. Y no es culpa de nadie (risas)
pA: Bueno, es que también sería aburrido que hicieran siempre lo mismo.
EBM: Exacto: o acabas aburrido porque hacen el mismo disco una y otra vez, o cabreado porque sacan uno diferente. Siendo ahora un artista, más o menos, es divertido porque cuando estás en medio la gente dice, ‘El último disco es tan distinto al anterior’. Creo que todos lo podemos ver y sentir. No es una decisión consciente sino que la música ocurre, por así decirlo. A mi, mientras eso siga ocurriendo, seré feliz. Creo que lo bonito dentro de nuestro género musical es que no hay mucha presión, no hay esa presión musical. Eso es lo que me encanta: podemos hacer lo que nos gusta, música honesta.
pA: Bueno, eso es todo, Erin. Muchísimas gracias por tu tiempo.
EBM: Gracias a ti, tío.
Texto y preguntas: Rob Merino / Fotos: Nuria Ocaña
Agradecimientos: Mark Jourdian / Ben Hoffman