Después de ocho años de paréntesis, que le sirvieron al protagonista de nuestra entrevista para sustituir a Jon Lee en Feeder tras su suicidio, en 2009 el mismo se encargó de anunciar el regreso de la banda con la que mayores cotas de éxito alcanzó: Skunk Anansie.
Si bien define su paso por Feeder como de agradable y enriquecedor, la niña de sus ojos siempre fue Skunk Anansie ya que su forma de trabajar -definida por él mismo como una auténtica democracia- le permiten aportar todo aquello que se le pasa por la cabeza sin miedo a que sus opiniones no sean valoradas.
Y aunque Mark Richardson haya pasado la mayor parte de su carrera en la banda londinense, su bagaje musical incluye su citado paso por Feeder además de varios años en Little Angels, por lo que su curriculum le permite hablar con conocimiento de causa de muchos de los problemas que asolan la industria discográfica.
pA: ¿Como estás Mark?
Mark Richardson: Muy bien, gracias. Ando tratando de pillarle el ritmo a la gira.
pA: ¿Es vuestro tercer concierto de la gira?
MR: El cuarto, del tirón.
pA: ¿Cansado?
MR: Si, bueno, son largas distancias y bueno, el hecho de no estar en forma física para la gira… Es decir, voy al gimnasio, corro mucho pero nada de eso te prepara realmente para esto.
pA: Hace unos meses leía que estuviste en un congreso médico en el que hablaste sobre como hay que estar en buena forma física para tocar la batería.
MR: Si, me controlaron el ritmo cardíaco mientras tocaba. Ayudo a la Clem Burke Drumming Project que pertenece a la Universidad de Chichester que se dedica, básicamente, a estudiar el efecto que tiene en el cuerpo el tocar la batería: el ritmo cardíaco, temperatura corporal, lo que le pasa al cerebro cuando tocas… Después de esta gira -después de (el concierto) de Brixton- al día siguiente iré a la universidad de Chichester para que me hagan una resonancia magnética del cerebro para ver como es la actividad, ¿sabes? O al menos la que debería tener (risas)
pA: Me decías que notas cuando no estás en forma para salir de gira…
MR: Si, mira, puedes estar en forma pero no puedes estar en forma para salir de gira hasta que no estás de gira. Es lo mismo que con mi ‘death bike’: puedes estar físicamente en forma pero no estarás en forma para subirte a la moto hasta que no has hecho muchas carreras.
pA: No es lo mismo estar en forma por ir al gimnasio que estarlo por salir de gira…
MR: Exacto pero el gimnasio también es importante.
pA: ¿Tienes alguna rutina diaria? ¿Tocas cada día?
MR: No; estamos tanto tiempo de gira: el año que viene estaremos prácticamente todo el año de gira. La verdad es que en casa toco muy poco. Pero bueno, a veces doy algunas clases o así.
pA: ¿Te ves en 10 años haciendo lo mismo, tocando la batería con esta intensidad?
MR: No así, no. No creo que físicamente sea capaz de hacerlo pero si que me gusta pensar que estaré tocando la batería en una pequeña banda de jazz en un café (risas)
pA: Hablemos un poco del nuevo álbum de Skunk Anansie: ¿cuales han sido las mayores diferencias en la composición y grabación en comparación con vuestro anterior disco?
MR: La mayor diferencia es que nos dimos muchísimo tiempo para componerlo, algo que nunca antes habíamos tenido. Siempre había sido un proceso rapídisimo, en plan, ‘Oh, tenemos que tener el álbum terminado para entonces porque tenemos que grabarlo tal día…’ Esta vez dijimos, ‘Este año vamos a grabar en fragmentos’. Fuimos a Los Angeles donde compusimos un poco, compusimos algo en un par de sitios de Londres… Hacíamos bloques de dos semanas y nos dábamos tiempo para sacar ideas y que pudieran gestarse, desarrollarse sin ponerles tiempo, sin estar ahí atosigando las ideas y que de alguna manera, las ideas vinieran a nosotros.
En cuanto a la grabación, hubo un cambio brutal: hicimos una canción por vez. Y luego en cuanto a la batería fue muy diferente para mi porque grabamos las cajas y los bombos de forma independiente. Así, grababa la caja y los toms primero con pads y así no hacían nada de ruido pero podía tocar igual y luego cambiábamos, poniéndole los pads al bombo y tocaba los platillos. Eso nos permitió tener una separación fantástica entre pistas y, en definitiva, un mejor sonido. Aunque también te digo que ¡es horrible! Grabar así es horrible, de verdad (risas) No me gustó.
pA: Da la sensación de convertir la música en algo parecido a un trabajo tedioso…
MR: Sin duda. Pero el resultado es fantástico. Vale la pena el dolor. Y esta vez hemos construido las canciones por partes. No fue hacer primero todas las baterías, luego todo el bajo, etc. Si que, obviamente, hicimos la batería primero, le pusimos el bajo y luego un poco de guitarra pero tras eso nos preguntábamos, ‘¿pasamos a la siguiente canción o le ponemos la voz a esta?’ La tendencia fue construirlo como un esqueleto desde la estructura más básica, lo dejábamos así y luego volvíamos una vez habíamos vivido un tiempo con la canción para añadirle cosas más que no ponerla ahí porque era lo que se suponía que teníamos que hacer. Simplemente las dejábamos ahí con los andamios, por así decirlo, a medio terminar y nos poníamos con otra (canción). Y luego volvíamos. Fue muy interesante, la verdad.
pA: ¿Como suele ser la forma de trabajar en cuanto a letras y música? ¿Hay letras hechas y de ahí sale la canción o primero la música y de ahí se construyen las letras?
MR: A veces Skin viene con una letra (de canción) y un poco de melodía; otras veces Cass (bajista) viene y me dice, ‘¿puedes tocar esto?’ mientras me canta y otras veces le digo a Ace, ‘oye, tengo este riff’ y se lo canto. Nadie es demasiado meticuloso en cuanto a de donde viene pero lo que si es vital es que si Skin saca un estribillo, una letra y una melodía de una idea, 9 de cada 10 veces eso se convierte en una canción.
pA: ¿Ha ayudado a la forma en que habéis grabado el disco el hecho de no estar en un gran sello?
MR: La verdad es que ha sido fantástico. Si bien no hay la misma presión, sigue estado en distintas áreas. Pero ahora tenemos control absoluto sobre todo, no hay intermediarios. No hacemos un disco y le preguntamos al sello, ‘¿podemos tener esto o aquello?’ y nos dice, ‘Si, si, si, no hay problema’, mientras al mismo tiempo nuestras facturas van sumando ceros… Ahora decimos, ‘¿Y si hacemos esto cuanto costará?’ Y eso ocurre en cada área de hacer un disco o estar en una banda: desde componer las canciones (¿donde vamos a componerlas?) hasta salir de gira (el bus de gira, hoteles…)
pA: Suena todo más estresante, ¿no?
MR: Bueno, en ese sentido se parece más a un trabajo normal y corriente. Antes simplemente salíamos de gira y hacíamos música, y ya está. El tiempo entre medio era cosa nuestra, tiempo libre. Ahora, no hay tiempo libre: siempre hay trabajo. A veces quedo absorto en el ordenador hablando con los chicos por e-mail organizándolo todo… Nuestra manager sigue haciéndolo casi todo pero necesita la aprobación de la banda para cualquier decisión así que tienes que estar ahí disponible a todas horas. Pero bueno, eso es sencillo ahora con los smartphones y todo eso.
pA: Llevas en esto el tiempo suficiente como para haber vivido en primera persona todos los cambios que desde hace unos 20 años viene sufriendo la industria. ¿Está el formato físico condenado?
MR: Creo que los CDs se convertirán en lo que es ahora el vinilo: será algo muy especial tener una colección de CDs y un reproductor de CDs igual que lo es tener una colección de vinilos y un tocadiscos hoy en día. Creo que cada vez más la cosa va a ir por el camino de las descargas y los archivos digitales. Pero es el progreso. No tiene sentido… Es decir, hay tanta gente por ahí quejándose y llorando, ‘Los fans roban nuestra música’. Pero es que así son las cosas y especialmente ahora, tal como está la situación económica en todo el mundo, no lamento que un fan nuestro diga, ‘No puedo comprarme nada para comer pero me encanta ese disco así que me lo descargaré ilegalmente’. ¡A quien coño le importa! Así son las cosas. Probablemente lo diga luego Skin en el escenario, ‘Me da igual si lo habéis comprado o no, haceros con una copia’ (risas) Somos muy conscientes de ello. En algún momento del futuro, algo pasará, el círculo cuadrará y la cosa volverá a poder sacar beneficios de los discos. Hasta que eso no pase no tiene mucho sentido quejarse de ello.
Hay que tratar de encontrar otras maneras de marcar la diferencia. Para nosotros es muy importante el merchandising y gente como Stumpy (su manager de gira) es muy importante porque vigila cada centavo que se gasta y que no lo gastemos en helicópteros o estúpidos coches.
pA: Este año tenemos otro regreso de una banda de los 90 con nuevo disco, Soundgarden. Pero es que de un tiempo a esta parte estamos viendo la vuelta de multitud de bandas que lograron sus mayores éxitos en los 90 y principios del presente siglo. Vosotros mismos sois otro ejemplo. ¿Por qué crees que estamos viendo todos estos regresos?
MR: ¿Sinceramente? Porque ya no cobran los cheques por derechos de autor que solían cobrar.
pA: ¿Crees que el único motivo es económico?
MR: Si lo creo. Algunos pueden hacerlo por moda, ‘Todo el mundo lo está haciendo así que porqué nosotros no vamos a hacerlo’ pero todo empezó porque los cheques por derechos de autor eran por cantidades cada vez más pequeñas. Así pues, la gente que se sustentaba en esos cheques no puede permitirse quedarse sentada tocándose las narices sin ser artistas: tiene que hacer algo. Y la mejor manera es salir de gira. Pero el problema que tiene eso es que hay tantas bandas de gira que la gente no puede ver todo lo que hay. Ahora hay una competencia masiva. En este local en el que tocamos ahora, siempre lo hemos llegado a dejar sin entradas -es pequeño- pero hoy no. Han cerrado incluso la parte de arriba y solo está la parte de abajo. Y eso es porque… Bueno, eso es porque el mundo está jodido (risas) Y la gente no tiene dinero y probablemente diga, ‘Los vi hace 18 meses, así que iré a ver a One Direction‘ (risas) No, pero bueno, irán a ver otra cosa. Y me parece normal. Pero si, hay tanta competencia. Aquí es donde está el dinero. Los precios de las entradas han subido, los precios para contratar han subido, las tarifas de los agentes de contratación han subido, los precios de las salas han subido… Todo. ¿Y ha subido por? Por las descargas ilegales, esa cara de la industria está siendo totalmente devastada y desgraciadamente hay un efecto KO. Por suerte, nosotros tenemos una buena base de fans por toda Europa, muy leal. No me podría imaginar tratando de empezar hoy en día. Quizá sería bueno si no supieras como estaba la cosa antes y quizá sería mejor saber como era salir de gira a finales de los 80 y principios de los 90 en los tiempos álgidos de los excesos y toda esa clase de cosas… Bueno, seguramente ya es de antes. Cuando yo empecé la cosa aún estaba muy alocada en lo que excesos y tal se refiere.
pA: ¿Recuerdas alguna historia que le contarías a tus nietos?
MR: Bueno, con mi primera banda, Little Angels, entré en el 91, fuimos teloneros de Van Halen por Europa y llegamos a Londres, y yo y Eddie Van Halen… Esto eran los tiempos en que Van Halen eran putos héroes con David Lee Roth y no con Sammy Hagar. Y la verdad es que salir de gira con ellos fue bastante increíble. Bueno, no se lo contaría a mis nietos -al menos esta historia en particular porque no terminó bien- pero bueno, terminé bocabajo en un carrito de la ropa sucia empujado pasillo arriba y abajo por Eddie Van Halen. No terminó bien, he de decir. Pero bueno, son historias como esas que hacen que puedas decir, ‘Si, sabes, hubo un tiempo en que esto era todo más lujurioso, más especial’ (risas) No sé si es una descripción terrible o no pero era todo un poco más un sueño hecho realidad. Esa sería una mejor manera de explicarlo. Ahora es todo mucho más literal: es la industria musical. Es más un negocio. En aquel entonces era, ‘Oh dios mío, ¡me pagan por tocar la batería delante de la gente y luego puedo ir a beber! ¡Y se supone que es lo que tengo que hacer! ¡Y luego puedo drogarme con Eddie Van Halen! ¡Increíble!’
pA: Si, con groupies por doquier (risas)
MR: Si, groupies, buses de gira… Eso ya no es así. Lo que les contaría es que era todo muy diferente.
pA: Sabemos que eres bastante aficionado a los deportes en general y que eres un gran seguidor de los deportes de dos ruedas, tanto motos como ciclismo, así que déjanos que te preguntemos por tu opinión sobre el caso Lance Armstrong que hace poco era desposeído de sus 7 Tours de Francia al haberse probado que se dopó.
MR: Bueno, es muy triste, si. Yo solía subir el último alto del tour diez minutos más rápido así que… Si aún hay quien se dopa, no lo sé. Probablemente habrán encontrado nuevas maneras de hacerlo, tristemente. Y terminarán siendo atrapados. Es una vergüenza porque es un deporte fantástico. Sabes, este año con la victoria de Brad Wiggins en el tour y luego la medalla de oro en contrarreloj en los JJOO quieres creer, ‘Dios, espero que esté limpio y lo haya ganado limpiamente’… Pero el otro día en el gimnasio oí algo: yo hago spinning, ya sabes, la bicicleta estática, y a veces llegamos a 300 watios durante 10 minutos. Pues bien, un amigo de un amigo me dijo que Brad Wiggins en el tour llegaba a los 600 watios durante 115 kilómetros. Y el tío mide 1,90 y está flaco como un fideo. ¡Es increíble! ¡Es imposible hacer eso! Pero bueno, hay casos extraños de gente y si, también es que no hacen otra cosa. Uno siempre espera que esté todo limpio.
pA: Muchas gracias Mark, de verdad, por dejarnos robarte algo de tu tiempo. Mucha suerte para luego y para lo que os queda de gira. Ah, y ¡muchas felicidades por tu reciente boda!
MR: ¡Vaya! Muchas gracias a vosotros.
Texto y preguntas: Rob Merino
Fotos: Nuria Ocaña
Agradecimientos: Lorenzo Sanz (Top Artist Promotion)