Pese a que tiene detractores a manos llenas, Meg White, quien fuese batería de The White Stripes, cuenta con un defensor con galones: Dave Grohl. El ex-batería de Nirvana considera, en declaraciones que recoge Rolling Stone, que si bien White no es un dechado de virtudes técnicas si tiene personalidad propia lo que hace que se la pueda reconocer al oírla.
Escuchas a John Bonham y su forma no era metrónomica pero era legendaria. Keith Moon tocaba como si estuviera quemándose. Era un batería salvaje. Era chapucero y jodidamente frenético y maníaco, pero eso es The Who. Stewart Copeland, su tempo despegaba como un puto transbordador espacial, pero así son The Police.
Hoy en día a un chaval le podría ser complicado encontrar un batería favorito porque mucha de esa personalidad de esos músicos está siendo robada por la perfección y eso es un coñazo. Es bonito oír baterías como Meg White – una de mis baterías favoritas de todos los tiempos. Nadie toca la batería así. O el tío de The Black Keys. Mira tocar la batería a ese tío – es una locura. El tío de Vampire Weekend. Si alguno de ellos fuese a la Berklee School of Music no les aceptarían, porque no se les considera técnicamente aptos. Pero su música ha cambiado el mundo totalmente.